Cultura & Audiovisual / Equipo Lux
La exhibición cinematográfica se encuentra en el año más difícil de la historia del sector, todavía con salas cerradas que han preferido esperar a que mejore la situación sanitaria y no hacerlo a medio aforo. Algunos complejos no podrán volver a abrir, como los Texas de Barcelona, de los que es dueño el director Ventura Pons, especializados en versiones subtituladas en catalán. Mientras, en Madrid, en los últimos meses han sido numerosas las salas convertidas en supermercados, entre ellas cines tan céntricos como los Roxy, Victoria o Canciller, desaparecidos para siempre. Los datos de 2020 pueden ser muy malos para una exhibición que apenas levanta cabeza, y que en el verano tuvo un leve respiro con los cines al aire libre. La comparación es sangrante: en el puente del Pilar en 2019 los espectadores españoles dejaron en las taquillas 10.440.000 euros, según los datos de Comscore, que se encarga del seguimiento. En 2020 han sido de 2.183.224. Todavía peor ha sido el resultado del pasado fin de semana en el que los ingresos totales en los cines españoles no alcanzaron los dos millones; con esa cifra es muy difícil o casi imposible que hagan frente a gastos generales como energía o limpieza, y no hablemos de sueldos, seguros sociales y tributos. ‘Grosso modo’, del dinero que ingresa en taquilla, la mitad corresponde a las distribuidoras, y además hay que detraer el IVA, autores y otros gastos. Por ese camino, más salas estarán condenadas a convertirse en supermercados.
“Datos desastrosos de las taquillas: en 2019 en el puente del Pilar hicieron 10,44 millones; éste apenas llegan a los dos millones”
El hundimiento de las recaudaciones por la crisis del Covid-19 es el peor golpe para el cine. En 2019 las salas españolas recaudaron 624,1 millones de euros. En 2020 la cifra no supera los 151 millones. El sector repite que las salas de cine “son un lugar seguro” donde se ha reducido el número de asistentes, se controlan las entradas y salidas para evitar aglomeraciones, y se exige la mascarilla como objeto imprescindible. Además, buena parte de las entradas se adquieren a través de Internet, sin cercanía en las taquillas. Aun así, los datos son malos. A ello contribuye otro factor: las distribuidoras dependientes de Hollywood reservan su material para 2021, cuando sea posible recuperar los aforos habituales. Este mes tendría que haberse estrenado la nueva de James Bond, que se deja para más adelante. Mientras Disney, ‘rey de la taquilla’ también en España, comercializa sus títulos fuertes a través del ‘streaming’. Sin grandes películas de gancho, y a la vez sin lanzamientos publicitarios, porque las condiciones exiguas del mercado no lo permiten y la inversión es suicida, las taquillas se resienten. Pese a que en las últimas semanas se han estrenado títulos de gran interés, especialmente de las independientes, cuya acogida ha sido tibia por las condiciones del mercado.
Espejismo
Dentro de la situación de alarma aparece un dato que representa un puro espejismo: la elevación de la cuota de mercado del cine español, que en 2019 fue del 15%. Este año, en los meses de enero, febrero y marzo hasta el inicio del confinamiento, subió al 24,1% porque había películas de tirón comercial. Para alguna, el cierre de las salas le cortó las alas como ‘Hasta que la boda nos separe’, estrenada el 14 de febrero y que llevaba más de 2.500.000 ingresados, con tirón para aumentar esa cifra todavía más. El cierre por el confinamiento fue casi ‘mortal’: cuando volvieron a abrir, las recaudaciones se desplomaron. En cambio, de la semana 23 a la 41 el cine español subió al 40,9% de la cuota de mercado, un dato espectacular, gracias a ‘Padre no hay más que uno. 2’ que lleva 13 millones en las peores condiciones posibles de exhibición, aunque le vino bien la apertura de los cines al aire libre en lugares turísticos. Esta última semana otra película española, ‘No matarás’ ha logrado el número 1 de la taquilla, pero con 264.345 euros en 358 pantallas, a razón de unos mil euros por cine: la película protagonizada por Mario Casas, con esos datos podría haber obtenido en condiciones normales cinco o seis veces más ingresos, y superar mas del millón de euros en su primer fin de semana.
Proporcionalmente, las distribuidoras independientes tienen más presencia, ante la renuncia de las ‘majors’ a estrenar sus grandes títulos comerciales; lo que no parece negativo. Hay un creciente sector de público que apuesta por otro tipo de exhibición en versión subtitulada y de producto más diversificado que el de los grandes lanzamientos de Hollywood. Pero, a la vez, se presenta un problema: mientras las pequeñas salas o complejos pese a sus magros datos pueden resistir bajo condiciones de ‘economía de guerra’, los macrocomplejos que deben hacer frente a muchos gastos generales necesitan importantes cajas para salir adelante.
“Falso espejismo: sube la cuota de cine español hasta el 24,1%, porque las ‘majors’ de Hollywood aplazan sus grandes lanzamientos”
El miedo del sector, en estos momentos, sería a una perspectiva de Navidades bajo severas medidas de confinamiento, en una época del año imprescindible para tener números lo menos negativos posibles, y donde en teoría deberían estrenarse títulos de gran tirón comercial. Pero este 2020 es totalmente impredecible y no se sabe todavía qué pasará en noviembre para apostar por unas Navidades en fase de mayor acercamiento a una normalidad. De momento, se cruzan los dedos para evitar esa eventualidad que sería mortal para los cines, después de un año para el olvido.