Crónica Económica / A.S.A. ■
El nuevo ‘boom’ por comprar vivienda ha disparado su precio a niveles previos al estallido de la burbuja. Preocupa la evolución de un mercado que tantos disgustos dio a la economía española y que ha llevado a diferentes organismos a alertar de la situación ante el riesgo de calentamiento del mercado.
El Banco de España, aunque considera que la amenaza de la burbuja sigue lejos, ha pedido recientemente vigilar el fenómeno para actuar con contundencia si es necesario. Por su parte, el Consejo General de Economistas explica que “el mercado de la vivienda presenta signos de calentamiento, por lo que se hace necesario diagnosticar los factores que lo producen –tipos de interés, inflación, ahorro durante la pandemia, refugio ante la incertidumbre económica– y su posible evolución, para poder evitar la formación de una nueva burbuja”.
“La inestabilidad, los precios disparados y guerra en pleno continente europeo son las principales razones por las que el precio de la vivienda se mantiene en niveles muy elevados y se resiste a corregir”
Y es que las cifras que se acaban de publicar hablan por sí solas y confirman las previsiones del sector porque la falta de vivienda nueva en las grandes urbes y la situación extrema de precios tensionan el mercado inmobiliario.
El precio de la vivienda libre ha subido un 8,5% en el primer trimestre en tasa interanual, lo que le ha llevado a superar el dato del trimestre anterior en más de dos puntos y registrando su mayor repunte desde el tercer trimestre de 2007, según el Índice de Precios de Vivienda (IPV) hecho público por el INE.
Con este nuevo repunte, el precio de la vivienda libre acumula ya 32 trimestres de crecimiento interanual.
La más afectada por las subidas fue la vivienda nueva, que se disparó un 10,1% en comparación con el primer trimestre de 2021, cuatro puntos por encima de la tasa interanual registrada en el último trimestre del año pasado y la más alta desde el primer trimestre de 2019, impulsada por la falta de oferta en las grandes ciudades y el aumento de costes en el sector de la construcción.
Por su parte, el precio de la vivienda usada se incrementó un 8,2%, casi dos puntos más que el trimestre anterior y se anota así su mayor ritmo desde el segundo trimestre de 2007, justo antes del inicio de la crisis financiera, aunque el entorno es distinto en este momento por el desequilibrio que hay entre oferta y demanda.
Los expertos aseguran que estamos ante lo que se puede denominar como un nuevo ‘boom de compras’ aunque ahora la situación difiere respecto al estallido de la burbuja porque ya no hay exceso de producto sino escasez de stock.
Se han comprado tantas viviendas, lo que ha supuesto batir récords desde el 2007, y se han adquirido en un periodo de tiempo tan breve que el mercado se ha quedado casi, casi sin existencias
No hay que perder de vista tampoco que el actual momento de crisis política, económica y geoestratégica en occidente ha traído como resultado encarecimientos en el precio de los materiales de construcción lo que ha provocado que la oferta de obra nueva esté en punto muerto y se ralentice mucho más su llegada al mercado.
Así que la inestabilidad, los precios disparados y guerra en pleno continente europeo son las principales razones por las que el precio de la vivienda se mantiene en niveles muy elevados y se resiste a corregir.
Estamos de nuevo ante un fenómeno conocido: la alta rentabilidad del sector lo convierte en un valor refugio no solo para los grandes inversores sino también para los pequeños y medianos.
“Estamos de nuevo ante un fenómeno conocido: la alta rentabilidad del sector lo convierte en un valor refugio no sólo para los grandes inversores, sino también para los pequeños y medianos”
No hay que olvidar el papel que ha jugado la pandemia, el confinamiento que supuso para los ciudadanos que les hizo cambiar sus prioridades en relación a la vivienda, su ubicación, su tamaño y también confort y habitabilidad.
Esto se traduce, según el sector, en requisitos añadidos que engordan la demanda de hogares con más metros cuadrados, mayor preferencia por viviendas unifamiliares y, sobre todo, por los espacios al aire libre.
El sector se enfrenta a un coctel de circunstancias que catapulta los precios. A lo publicado por el INE hay que unir que, según los datos oficiales de tasación inmobiliaria publicados por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, el precio medio del metro cuadrado se situó en el primer trimestre de 2022 en los 1.734 euros, un nivel no visto en más de una década.