Una de las grandes incógnitas de la política internacional, a desvelar cuando se desclasifiquen los archivos del Centro Nacional de Inteligencia –o sea, nunca–, se refiere al vuelco súbito de las relaciones entre los gobiernos español, marroquí y argelino. No he hallado ninguna interpretación esclarecedora sobre lo sucedido. Cuando me encuentro en punto muerto informativo, suelo acudir a uno de mis asesores gratuitos: el profesor Metodio Jodorowsky.
Jodorowsky fue asesor de los hermanos, gemelos e idénticos, Jaroslaw y Lech Kaczinsky, cuando el primero fue presidente y el segundo primer ministro de Polonia. Hechos nebulosos llevaron al destierro del profesor, más conocido actualmente por la ingestión desordenada de vodka que él mismo elabora en el trastero de su modesta vivienda en Madrid.
“Es Obama quien transmite las instrucciones como ya hizo con Zapatero, cuando le obligó a cambiar la Constitución”
De modo que le traigo a colación –es decir, le invito a una frugal cena en casa– para tirarle de la lengua. Como era de esperar, llega completamente borracho. Esta circunstancia me hace dudar sobre la veracidad de sus tesis. No obstante, sintetizo a continuación nuestra conversación hasta altas horas de la madrugada.
—¿Es cierto, profesor –le pregunto–, que el acercamiento a Marruecos y la crisis con Argelia se han producido por orden directa de Joe Biden a Pedro Sánchez?
—Verá usted –carraspea–. Biden suele preguntar a sus guardaespaldas: ‘¿Quién es ese chico mexicano que me asalta en los pasillos y pretende explicarme el nuevo orden mundial, obligándome a que me quite el Sonotone?’. No, Mateo, no es él, sino Barack Obama, quien transmite las instrucciones, como ya hizo con José Luis Rodríguez Zapatero, cuando le obligó a cambiar la Constitución para asegurar que se cumpliera con la deuda pública, so pena de mandarle a los hombres de negro del Fondo Monetario Internacional.
—Es verdad –asiento–, Obama y Sánchez acaban de coincidir en un foro internacional, y han charlado de cambio climático, digitalización y sobre los desafíos actuales y futuros de nuestra sociedad, según nuestro presidente.
—¡Anda ya! –replica Jodorowsky–. En cinco minutos sólo les dio tiempo a hablar del Real Madrid.
—Ignoraba que Obama fuera aficionado al fútbol.
—Sí que lo es. Pero… –deja pasar unos segundos para dramatizar su exclusiva– en el Real Madrid de Florentino Pérez están las claves de la ruptura con Argelia, y los consiguientes perjuicios para el abastecimiento de gas natural.
—¡No me diga! –esta vez el profesor se ha superado a sí mismo.
—Le digo, y más. Hace tiempo que determinados movimientos en el seno del equipo blanco presagiaban el estallido de las últimas semanas.
—Cuente, cuente –le animo, al tiempo que le sirvo otra copa de orujo gallego.
—¿Recuerda que durante un tiempo coincidieron en el equipo Zinedine Zidane como entrenador, y Achraf Hakimi como lateral derecho?
—Sí –respondo–. Y el jugador acabó yéndose al París Saint Germain, antes de que Kylian Mbappé diera plantón al Real. Luego se ha marchado Zidane a su casa. Sigo sin ver la conexión.
—Pues está clarísima. Todo se veía venir, porque todo es geopolítica. Zidane y Mbpapé tienen fuertes raíces argelinas, aunque nacionalidad francesa. Hakimi es marroquí. Estaban informados por los servicios de inteligencia respectivos de lo que iba a suceder. Gracias a lo cual se largaron a tiempo, evitando una situación sumamente incómoda.
—Karim Benzema tambien es de origen argelino, pero se ha quedado.
—Siempre debe mantenerse un hilo diplomático, y no se trataba de crear un estado de alarma.
Contraataco.
“Zidane y Mbpapé tienen fuertes raíces argelinas, aunque nacionalidad francesa. Hakimi es marroquí”
—Vale. ¿Entonces me va a convencer de que los fichajes recientes de brasileños como Vinicius Junior, Rodrygo Goes, o Elder Militao tienen mucho que ver con la carestía de las materias primas y de los combustibles?
—No lo dude. Florentino Pérez preside ACS, la primera constructora del mundo con filiales en varios países. Es el ministro de Economía en la sombra. Si es preciso montará un gasoducto entre Brasil y la Península Ibérica para paliar las necesidades energéticas. Habrá observado también que sus últimos fichajes son todos de raza negra, si unimos a los brasileños con Eduardo Camavinga, Antonio Rüdiger y Aurélien Tchouameni.
—‘Black power’ –ironizo.
—Un guiño a Obama. Además es el color –afirma– que mejor combina con el uniforme blanco. Hay que preservar los valores de la institución, pero también la estética.