Luis Carlos Ramírez
La guerra fratricida del segundo partido del país provoca el enfrentamiento sin cuartel de su líder y la principal baronesa, con acusaciones de espionaje y deslealtad, y estupefacción de la militancia. Mientras Casado exige transparencia –por el contrato del hermano de la presidenta de Madrid–, Ayuso denuncia el intento de ‘destruirla’. La mayoría de los barones ‘populares’ apelan a la calma y la depuración de responsabilidades, con el presidente del PP en entredicho y la dificultad de mantener el liderazgo. La negociación de la investidura y el gobierno de Castilla y León añade más incertidumbre a la deriva del partido conservador.
El espionaje y la guerra fratricida del PP socaba la credibilidad del primer partido de la oposición enfrascado en una lucha sin cuartel entre su líder, Pablo Casado, y la principal baronesa y presidenta de Madrid, Diaz-Ayuso, en el peor momento de la formación. Por si algo faltaba, la negociación de la investidura y el gobierno de Castilla y León, blandiendo unos ‘principios’ que rechaza su principal y único valedor (Vox), añade más incertidumbre a la deriva del partido conservador.
El trasfondo del culebrón no es otro que la lucha de liderazgos y el contrato sanitario del hermano de la presidenta autonómica con espionaje oculto de su partido para investigar su posible irregularidad. Génova mantiene la intención de aclarar la transacción –con 55.000 euros de comisión– para llegar hasta el final. El líder ‘popular’ y la presidenta de la Comunidad rompen públicamente entre acusaciones de espionaje y corrupción en la peor batalla por el poder del segundo partido nacional. Casado exige transparencia y ejemplaridad para evitar la sospecha de tráfico de influencias.
Dimisión, liderazgo en entredicho y desbandada electoral
El enfrentamiento se salda con denuncia de Ayuso por la “crueldad” del fuego amigo y por querer “destruirla”, y la amenaza de su secretario general, García Egea, de expulsión por “deslealtad” y ataque “casi delictivo” a Casado. La batalla de acusaciones, reproches y calumnias, de momento provoca el cese del presunto responsable de espionaje en el Ayuntamiento de Madrid,Carromero, y la petición de dimisión del secretario general del partido por algunos barones, junto al benévolo deseo del presidente gallego, Feijóo, de solventar “con inteligencia” los problemas internos. El PP se abre canal en mitad de la legislatura, a 10 meses de las elecciones andaluzas y a 15 de las autonómicas y municipales y a menos de 2 años de las generales. Con semejante descomposición muchos auguran la posible desbandada del partido conservador y hasta el cambio de liderazgo.
El PSOE eleva el caso a la Fiscalía, solicita una comisión de investigación y anuncia un nuevo ‘Kitchen II’, en referencia a la trama de espionaje del ‘caso Bárcenas’ (extesorero del PP). Los socios autonómicos y municipales (Cs y Vox) piden llegar hasta las últimas consecuencias con la advertencia de que su relación esta ’tocada’. La mayoría de los barones ‘populares’ apelan a la calma y la depuración de responsabilidades, otros señalan a un Casado más que ‘tocado’ con dificultad para mantener el liderazgo. En plena guerra de descalificaciones, Ayuso lleva camino de convertirse en mártir a la vez que referente nacional.
CyL: cadenas de Casado, cordón de Sánchez y enroque de Abascal
Para que nada falte, las advertencias y amenazas de los tres grandes partidos (PSOE, PP Y Vox) para fijar las reglas de juego de la gobernabilidad de Castilla y León también enconan a sus líderes sin posibilidad de conciliación. Las posibilidades de hacer presidente a Mañueco –pacto, cordón democrático, bloqueo o abstención– corren el peligro de saltar por los aires abriendo la puerta a la bochornosa repetición electoral que descarta el candidato. El presidente castellano en funciones tiene hasta el hasta el 31 de marzo, con un mes más (31 de mayo), para conseguir la investidura de las Cortes. De lo contrario, quedarían automáticamente disueltas. Aunque su intención es dialogar con las ocho formaciones restantes sin descartar ningún apoyo menor, la dirección nacional de su partido le marca las líneas rojas para evitar el ‘abrazo del oso’ de la extrema derecha que, según el diputado Rufián, continuará creciendo.
Cadena de Casado, puño de Abascal y oxígeno de Sánchez
Casado intenta evitar a toda costa las cadenas de un Gobierno con Vox exigiendo que se acepten sus principios. El líder del PP marca una férrea línea estratégica e ideológica de rechazo a los populismos defendiendo la hegemonía del “centro reformista”. Para mayor abundamiento, advierte de que la semilla del “radicalismo” será “amarga” para quienes la cultivan apostando por un Ejecutivo en solitario. Vox tiende la mano con firmeza sin poner “líneas rojas” para ahormar una coalición que, según Abascal, persigue entrar en el Gobierno con igual número de carteras –e incluso la presidencia del Parlamento–, a semejanza de su predecesor, Ciudadanos. La única formación que puede dar continuidad a la hegemonía conservadora advierte, sin embargo, de que no aceptará “chantajes” y rechazará cualquier otra investidura.
La mano tendida de Sánchez para la abstención socialista, con condiciones, exige a Casado la ruptura con los de Abascal “para siempre y en todos los territorios”, lo que implicaría borrar de un plumazo la mayoría de gobiernos ‘populares’. Cual aviso a navegantes, la portavoz del Ejecutivo advierte de posibles recursos al TC si el futuro ejecutivo regional pacta recortes de derechos y libertades. Algunas voces socialistas como el manchego García-Page o el alcalde de León piden reflexión ante “el peor escenario para la democracia” para acabar con el ‘frentismo’.
Lapidario
Isabel Díaz-Ayuso: “Me quieren destruir”
Pablo Casado: “Niego cualquier intento de espionaje”
Nombres Propios

El ‘guardián’ de CyL
El improvisado líder de Vox en Castilla y León se puede convertir –salvo causa mayor– en guardián del futuro gobierno autonómico de Mañueco. Juan García-Gallardo, abogado burgalés de 30 años, experimentado y con idiomas –inglés, francés y alemán– fue elegido por el propio Abascal por su juventud, desparpajo y determinación como revulsivo de la España envejecida y vaciada. Forma parte la generación millenial, tuvo que marcharse a Dublín para trabajar como pasante en despachos irlandeses. Sus polémicos tuits –homófobos y racistas– a los 20 años, que ha tenido que borrar, le valieron la descalificación general.

Marlaska, CIS e inmigración
La enésima petición para que dimita el ministro Marlaska la esgrimen PP, Cs y Vox al apoyar, sin éxito, la iniciativa ‘popular’ para evitar los homenajes a los presos de ETA y el trato de favor del Ministerio de Interior. La actividad de Sus Señorías se salda con el rechazo de todos los grupos a la propuesta “racista» y «xenófoba» de Vox para restringir el acceso a la nacionalidad española de inmigrantes; así como la petición de cese del presidente del CIS por “manipulación” y filtración de las encuestas al ‘servicio del gobierno’. La Cámara impide que prospere –con los votos de PSOE, PP, Vox, Cs y PDeCAT– la reforma fiscal de Podemos.