Luis Carlos Ramírez
“Once meses de Gobierno de coalición sirven al líder de Podemos para imponer a su socio mayoritario una y otra exigencia como el estado de alarma, ley de libertad sexual, ingreso mínimo vital, inmigración, desahucios y hasta blindar la aprobación de los Presupuestos con el independentismo vasco y catalán. Sánchez e Iglesias conviven en una dolorosa cohabitación en la que el vicepresidente aplica su lema de no estar en política para hacer amigos, mientras el presidente practica la virtud para evitar la ruptura de tan fructífera relación. Otros socios incómodos aunque necesarios como ERC y Bildu exigen la armonización fiscal como paso para “alcanzar” las repúblicas vasca y catalana”
Pablo Iglesias mantiene todos los pulsos abiertos contra su propio Gobierno e incluso consigue salir victorioso para disgusto de Pedro Sánchez. El último reto ha sido la rectificación del control millonario de los fondos europeos en los que el vicepresidente segundo quedaba al margen de su gestión y un día después fue incorporado por decisión del presidente para calmar su enfado. En el ambicioso Plan de Recuperación y Resiliencia ni siquiera figuraba el nombre Iglesias, de cuya gestión se encargará el Consejo de Ministros al completo y no sólo las once carteras iniciales, incluida la titular de Trabajo.
De batalla en batalla, hasta la victoria final
Doce meses de Gobierno de coalición han servido al líder de Podemos para imponer a su socio mayoritario, una tras otra, exigencias como el estado de alarma, ley de libertad sexual, ingreso mínimo vital, inmigración, desahucios, vivienda, indultos y hasta blindar la aprobación de los Presupuestos con el independentismo vasco y catalán. Los únicos pulsos perdidos hasta ahora por Iglesias han sido la voladura de la reforma laboral o la imposición de una tasa Covid a las grandes fortunas. Damnificados de tal estrategia no han sido otros que sus colegas socialistas de gabinete, que no han dudado en salir al paso de las exigencias del vicepresidente segundo e incluso mostrar en público sus discrepancias: de ello dan fe los desplantes a Montero, Escrivá, Calviño, Ábalos, Marlaska, Robles, Maroto, Laya o Campo.
Presidente y vicepresidente llevan meses conviviendo en una dolorosa y forzada cohabitación en la que Iglesias pone en práctica su lema de no estar en política para hacer amigos. Sánchez hace de la necesidad virtud para evitar la ruptura de tan fructífera coalición que lograra consolidar una victoria final en los Presupuestos Generales del Estado (PGE), únicas siglas que de verdad le importan. Su estrategia de sumar el mayor número de apoyos y agilizar el debate de las cuentas de 2021 le ha dado resultado. Esta semana saldrán camino del Senado para su tramitación y aprobación en apenas veinte días antes de Navidad.
El peaje de los PGE sin Cs
El Congreso da vía libre así a los primeros Presupuestos de la ‘era Sánchez’ que, según la ministra Montero, “van por buen camino”, tras digerir las disputas de la coalición gubernamental (PSOE-UP) y el voto favorable de PNV, Bildu, ERC y Compromís con los que superar de manera holgada la mayoría necesaria para su tramitación en la Cámara Alta. La suma de otros interlocutores como Mas País será difícil de conseguir por la exigencia de aprobar la jornada laboral de cuatro días. Independentistas vascos y catalanes ven las cuentas del Estado como un elemento más para “crecer y alcanzar” las repúblicas vasca y catalana.
Los peajes para consolidar el resto de legislatura son, entre otros, acabar con la “tutela y el abuso austericida de la Hacienda nacional a la economía catalana», lo que el diputado Rufián califica de “fin al 155 financiero aplicado por Rajoy y Montoro desde 2015”. Los republicanos consiguen también el compromiso del Gobierno de armonizar impuestos como el Patrimonio en toda España y acabar con “paraísos fiscales” como el de Madrid, cuya presidenta amenaza con ser “la peor pesadilla” de quien pretenda tocar el bolsillo de los madrileños. El acuerdo presupuestario con los republicanos aumenta la inversión del Estado en Cataluña hasta los 2.300 millones de euros –19,13%–, la mayor transferencia de este siglo. Con todo, no es lo que más satisface a independentistas catalanes y vascos, tanto Rufian (ERC) como Otegui (EH Bildu) reiteran que su apoyo al Gobierno forma parte de la estrategia para “crecer y alcanzar la república” en sus respectivos territorios.
El PNV refuerza el ‘sí’ a las cuentas tras arrancar la supresión de un nuevo impuesto al diésel, la cesión de terrenos del Ministerio de Defensa y la inversión en infraestructuras e I+D+i. Aunque Podemos ve rechazada su enmienda de prohibir los desahucios sin alternativa habitacional hasta 2022, Hacienda mantiene el compromiso de revisar el plazo cuando finalice la actual prohibición que concluirá el 31 de enero de 2021.
Casi 4.000 enmiendas
De las 3.900 enmiendas presentadas por los grupos parlamentarios, la mayoría gubernamental apenas admitirá una veintena de iniciativas de la oposición y ninguna del PP, que critica el veto a la bajada de impuestos, ampliación de ERTEs, apoyo a los autónomos o el fondo adicional para ayuntamientos. La formación de Pablo Casado denuncia que las cuentas incumplen el mandato constitucional en fondo y forma al modificar 34 leyes y saltarse los plazos de debate y tramitación necesarios. Ciudadanos y Coalición Canaria reprochan también el rechazo de sus enmiendas por minoración de ingresos o aumento del gasto. El partido de Arrimadas materializa su ‘no’ al informe de la ponencia de los PGE y se conforma con una transacción con el PSOE para crear la tarjeta sanitaria única en toda España.
Lapidario
“No es progresista querer romper España o dividirla. Es tanto como dividir a los españoles”
Felipe González (Expresidente del Gobierno).
Nombres Propios

El peaje de los Presupuestos
El apoyo de ERC y EH Bildu a los Presupuestos va más allá de su rentabilidad inversora en Cataluña y Euskadi, la mayor de este siglo en el caso catalán que supera los 2.300 millones de euros. Independentistas vascos y catalanes reconocen que la tramitación de las cuentas del Estado es otro paso para “crecer y alcanzar” las repúblicas en sus territorios. La formación republicana fuerza una armonización fiscal, que ya prepara Hacienda, para acabar con el ‘dumping’ que “la derecha ha montado en Madrid”, cuya presidenta amenaza con ser “la pesadilla” de quien pretenda tocar el bolsillo de los ciudadanos.

Ministra socialdemócrata
La patronal catalana Fomento del Trabajo sigue tendiendo puentes entre Gobierno y oposición con cuyos representantes mantiene discretos contactos. Los últimos cónclaves tanto con la ministra de Trabajo como con el presidente del PP han generado alto nivel de confianza entre los Interlocutores del 70% del PIB catalán. Yolanda Díaz llegó a alabar el “pacto social” con el que Foment propone una “distribución más equitativa de la riqueza”, además de autodefinirse como “socialdemócrata”. Casado, dispuesto a pactar” todos los temas de Estado” con el Gobierno, sorprendió a patronos como Brufau (Repsol), Simón (Aguas de Barcelona) o Creuheras (Planeta) por sus firmes planteamientos centristas y el alejamiento de Vox.