Sus Señorías / Luis Carlos Ramírez
Mientras el Gobierno justifica en Bruselas las reformas para recibir los millonarios fondos europeos, el vicepresidente Iglesias presume de haber derrotado al ministro Escrivá en un “asunto inaceptable” como el recorte de pensiones. El titular de la Seguridad Social –más que airado– califica de “narrativa intoxicadora y juego de confrontación” la maniobra de su colega de Gabinete. El todavía ministro de Sanidad, favorito en las encuestas catalanas, considera suficiente el “arsenal de medidas” contra el Covid antes de cambiar el decreto de alarma que las autonomías exigen de forma unánime. El ministro Garzón blinda la ´okupacion´ de viviendas.
El Gobierno agiliza el Plan Nacional de Reformas que debe presentar en Bruselas en febrero para abrir la caja del Fondo de Recuperación del que España tiene comprometidos hasta 140.000 millones de transferencias y créditos, a cambio de inversiones ajustadas a las recomendaciones de la Comisión Europea.
La ministra Calviño ya ha enviado el primer documento con los treinta compromisos anunciados en el Plan de Recuperación y Resiliencia, incluidas las polémicas contrarreforma laboral y pensiones que reabren las heridas tanto dentro del Ejecutivo como con los interlocutores sociales. Para difuminar el enfrentamiento y el bochorno ante Bruselas, el Gobierno remite a Europa el acuerdo de ‘gobernabilidad’ entre PSOE-Unidas Podemos sin concretar la ampliación del cálculo de 25 a 35 años de la vida laboral, así como la futura reforma laboral que en ningún caso contempla el cambio total de la reforma Rajoy.
Iglesias vs. Escrivá
El vicepresidente Iglesias presume –alto y claro– de haber derrotado al ministro Escrivá en un “asunto inaceptable” como el recorte de prestaciones a los jubilados, sobre el que, asegura, ha avisado “en público y en privado” al presidente Sánchez, algo que el titular de la Seguridad Social califica más que airado de “narrativa intoxicadora y juego de la confrontación” para marcarle la agenda.
Los sindicatos, por su parte, anuncian una movilización general el 11-F –ante las delegaciones de Gobierno de toda España– en protesta también por el Salario Mínimo (SMI), ampliación de los ERTEs, nuevo Acuerdo por el Empleo y la Negociación Colectiva y la regulación de las plataformas digitales. Tanto Unidas Podemos como UGT y CC OO discrepan de la medida para aumentar los años base para el cálculo de la pensión. Álvarez y Sordo piden al Gobierno que deje de usar a Europa como excusa y, que, en caso de condicionantes, los traslade a los agentes sociales.
Estragos de la pandemia
La preocupante crisis provocada por la pandemia continúa agravando los desequilibrios macroeconómicos de la zona euro, en la que España no es una excepción. Con la economía más que tocada y sin perspectivas de recuperación a medio plazo, ya son miles las empresas de todos los sectores que se sitúan al borde del colapso con necesidad de ayudas públicas y financiación, según la Asociación de Mercados Financieros de Europa (Afme). Sólo el peso del turismo nacional se ha desplomado del 12,4% al 4,3%, en 2020, tras una caída de actividad de 100.000 millones de euros y 300.000 empleos perdidos.
La Comisión Europea confía en las –irregulares– campañas de vacunación de los 27, sobre las que advierte no haber tiempo para la “complacencia” ante la necesidad de ver la luz al final del túnel.
El aumento de muertes y contagios tensa de nuevo a Gobierno y oposición, incapaces de modificar el vigente estado de alarma de seis meses para facilitar confinamientos más estrictos como exigen las Comunidades. El titular de Sanidad considera suficiente el “arsenal de medidas” y el toque de queda antes de las 22 horas, que las autonomías modifican a la carta para reconducir la tercera ola de la pandemia. La polémica vacunación se salda con el quebranto del protocolo por parte de alcaldes, consejeros y hasta algún gerente hospitalario, inhabilitados o cesados por sus formaciones (PSOE, PP y PNV) por saltarse las normas.
El golpismo y el voto catalán
ERC, JxCat, EH Bildu, BNG y CUP registran una iniciativa conjunta para investigar la «presencia» ideológica franquista en el Ejército y «eventuales intromisiones” de la jerarquía militar tanto en el Gobierno como en el Parlamento. Asegura el republicano Rufián que, por primera vez en muchos años, «se respira un aire golpista» en el que “todo puede pasar» porque militares, empresarios y medios de comunicación «murmuran en los “reservados de los restaurantes”. Para que nada falte, desde las plataformas independentistas y la propia ERC preparan la deslegitimación del 14-F si el Tribunal Superior de Justicia mantiene la cita electoral, como pretende el PSC y su candidato, el todavía ministro de Sanidad, que parte como ganador en las encuestas del CIS.
La cocina del PP
En la comisión que investiga la ‘cocina’ del PP, PSOE y Podemos bloquean la comparecencia de la ‘bomba’ Villarejo, el ex comisario de policía en prisión, para evitar “intoxicaciones”. ERC, PNV y Bildu quieren hacer comparecer a los expresidentes Aznar y González y al presidente del PP, Pablo Casado. Cs extiende su petición a Mariano Rajoy, los exministros Cospedal y Fernández Díaz.
El ministro Garzón aprovecha un decreto “de protección de los consumidores para blindar tanto por la vía penal o civil la okupación –“habitantes sin título”– de viviendas de grandes tenedores que no sean residencias particulares, siempre que acrediten cumplir las condiciones de la ley de “dependencia” (ser víctima de violencia, mayores, niños, discapacidad o vulnerabilidad económica que le imposibiliten encontrar una alternativa habitacional.
Lapidario
«Europa vuelve a tener un amigo en la Casa Blanca, tras cuatro largos años».
Ursula von der Leyen. Presidenta de la Comisión Europea (a Joe Biden).
Nombres propios

Iglesias indigna al PSOE
El enésimo exabrupto del vicepresidente del Gobierno ha conseguido unir al viejo y nuevo PSOE por su “miserable” comparación del “golpista” y fugado Puigdemont con los exiliados de la Guerra Civil. Insulto, provocación, indignidad son algunos calificativos suscitados de izquierda a derecha tras la equiparación de Pablo Iglesias que hasta su aliada Colau considera inadecuada. Veteranos socialistas personifican en Azaña la tragedia del exilio, 80 años atrás, al cruzar a pie la frontera francesa. El expresidente de la República dejo escrito su rechazo a la cobarde y desleal actitud de quienes entonces –y desde la Generalitat– no se privaron de “ninguna transgresión e invasión de funciones”.

Las advertencias de Batet
“Denigrar lo público tiene un coste social”, asegura la presidenta del Congreso, quien incita a la ciudadanía a asumir responsabilidades convencida de que para mejorar la calidad de la política “no se puede ser mero espectador”. Batet se pregunta si hay ‘Azañas’ en la política actual, ‘Güells’ empresariales, o ‘Chaves Nogales’ periodísticos, para concluir que la democracia y las instituciones no dependen sólo de los políticos. No le falta razón a la tercera autoridad del Estado que, sin embargo, debería recordar que peligros como el totalitarismo, populismo, nacionalismo o antipolítica siguen agitándose, sobre todo, desde el poder.