Humor asalmonado / Mateo Estrella ■
Se ha puesto en marcha ‘Madrid Nuevo Norte’ (MNV), iniciativa que cambiará radicalmente la fisonomía en el septentrión de la capital. Han pasado tres décadas para hacerlo posible, y dos décadas más va a consumir la realización de un proyecto faraónico, autorizado y desautorizado sucesivamente según los vientos políticos.
Con núcleo en la estación de Chamartín-Clara Campoamor, MNV comenzó llamándose ‘Operación Chamartín’ en 1993, cuando mandaba Felipe González en España, Joaquín Leguina en la Comunidad de Madrid, y José María Álvarez del Manzano en el ayuntamiento capitalino. Dos socialistas y un ‘popular’. En noviembre de 2023 se ha invertido la balanza: dos ‘populares’ y un socialista. Y, cuando las bofetadas son espectáculo cotidiano en el Parlamento, ‘Madrid Nuevo Norte’ ha concitado un acuerdo PSOE-PP sin fisuras.
“José Luis Ábalos cayó en desgracia, habiendo sido la mano derecha o izquierda de Pedro Sánchez”
Ya fue bendecido por la tercera fuerza de la ‘alcaldesa roja’, Manuela Carmena, un 27 de julio de 2017. El fin del mandato de Carmena y su renuncia a presentarse de nuevo frustraron el intento. Obstáculo final, los efectos colaterales del coronavirus.
Quien quiera conocer MNV en sus grandes cifras, debe pulsar este enlace virtual: https://creamadridnuevonorte.com/. Conocerá las bondades del proyecto y ninguno de sus inconvenientes. La razón es que lo divulga la sociedad promotora ‘Distrito Castellana Norte’ (DCN). Que no es empresa pública, sino privada y perteneciente al Banco BBVA. Aparece asimismo el grupo constructor San José. Aquí radica una de las claves.
Los beneficios irán al sector privado. Lo cual no está ni bien ni mal, sino todo lo contrario, dependiendo de que realmente se mejore el bienestar de los madrileños –como asegura el folleto virtual–, y de que no se desmadren los costes previstos –miles de millones de euros–, algo tan impepinable que no lo menciona el folleto.
El socio imprescindible de DCN es la entidad Adif (Ministerio de Transportes y de más cosas), propietaria de los terrenos cruzados por vías férreas obsoletas. El sector público recaudará buenos impuestos derivados de las acciones, entre ellas la edificación de cuatro rascacielos, cercanos a los que ya componen las ‘Cinco Torres Business Area’ de Castellana. De los nuevos, uno será el más alto de España con más de 250 metros.
Estas y otras maravillas arquitectónicas convivirán con la construcción de 10.500 viviendas, de las que 2.100, el 20%, serán sociales. Esto último, empeño de Carmena para que lata el corazón del pueblo llano, junto al bombeo de un vasto centro financiero en competencia con Londres.
Coincido en el autobús con un vecino del barrio, a la izquierda de Podemos. Me comenta con demagogia social-comunista:
—Con la penuria de habitáculos para la clase trabajadora, habrá tumultos para hacerse con uno de esos 2.100 chollos. A no ser –me hace un gesto cómplice– que se concedan arbitrariamente para evitar disturbios. Y a los de la Cañada Real, que los zurzan.
Una maldición histórica habría triturado –según una superstición no verificada– a los altos cargos que han tenido relación con Nuevo Norte. Entre los más recientes, se inmolaron Carmena, José Luis Ábalos y Antonio Béjar. La primera vuelve a elaborar sus míticas magdalenas, y efectúa discretas apariciones públicas con tono solidario. Ábalos cayó en desgracia, habiendo sido la mano derecha o izquierda de PedroSánchez. ¿Y quién era Béjar? Pues el anterior presidente de ‘Distrito Castellana Norte’. Nada más aparecer en la foto, le destituyó la cúpula de BBVA por presunta contratación del comisario Villarejo, en tramas corruptas que ahora no vienen al caso.
“La estrella rutilante del Partido Popular ha chupado cámaras presentando maquetas, anunciando obras hidráulicas, viajando a Miami y a Nueva York”
Tres alcaldes y dos alcaldesas han tenido que ver con el megaproyecto. Dos presidentas y cuatro presidentes han gobernado la comunidad. Los dos actuales, José Luis Martínez-Almeida e Isabel Díaz Ayuso retoman con bríos las riendas del plan. En primera línea, la estrella rutilante del Partido Popular ha chupado cámaras presentando maquetas, anunciando obras hidráulicas, viajando a Miami y a Nueva York para cantar las excelencias de Madrid ante inversores multinacionales… Como si quisiera asaltar Moncloa.
Florentino Pérez fue quien más insistió –me comenta una fuente poco fiable– en que se cambiara de nombre a la abortada ‘Operación Chamartín’. El presidente del Real Madrid no desearía que se produjeran malentendidos entre OP y otros pelotazos, donde quedó señalado. Bastante alboroto tiene con la remodelación del estadio Santiago Bernabéu, en obras, y con la Superliga, en barbecho.