Cultura & Audiovisual / Equipo Lux
Empezamos a acostumbrarnos a ver mascarillas en los grandes coliseos líricos en una temporada atípica en todos los sentidos que obliga a reinventarse y adaptarse, y a revisar montajes para atender a los requerimientos sanitarios. Los españoles fueron los primeros en levantar el telón tratando de acercarse lo que sea posible a una cierta normalidad. El primero fue el Real, que en julio hizo una ‘Traviata’ semiescenificada, y que ahora intenta dar pasos adelante, pero si la situación de los contagios persiste tendrá que realizar grandes cambios en los próximos estrenos de acuerdo con los directores escénicos. En Alemania dos de sus principales teatros cambiaron la temporada. La Deutsche Oper de Berlín desplazó ‘Nabuco’, ‘Aída’ y ‘La Gioconda’ al un tiempo futuro reabriendo con galas líricas y recitales de primera fila, y la Staatsoper de Hamburgo cambió ‘Boris Godunov’ de Frank Castorf, por un espectáculo-concierto sobre Kurt Weill, Brahms y Gyorgy Ligeti, con resonancias en esta época de virus. El mismo problema que en otros escenarios que han debido cambiar la temporada o reacondicionarla.
La Zarzuela ha reabierto con cambios. El programa doble ‘Granada’ no ha podido representarse seguido; la orquesta de hasta 25 músicos se redujo con las naturales adaptaciones en las partituras pues su foso apenas tiene espacio, y los instrumentistas tocan con mascarilla, excepto el viento, entre paneles. Ahora se desdobla en dos montajes para evitar descansos en un vestíbulo lleno de gente. Del Mónaco dirige escénicamente ‘La tempranica’, de Gerónimo Giménez, sobre nuevo libreto de Alberto Conejero que varía el texto de Julián Romea. Y ‘La vida breve’ de Falla con libro de Carlos Fernández Shaw en una producción de 2010 del Palau de las Arts de Valencia y readapta el montaje a las nuevas condiciones. En ambos se puede ver al coro con separaciones, y a bailarines con mascarilla, algo que es hoy habitual en estos teatros. El ‘experimento’ funciona, bajo una estética tenebrista, sin elementos folclóricos ni andalucismos, oscura, cargada de negros y rojos carbón, inspirada en Goya, en donde las coreografías de Nuria Castejón y los bailarines destacan. Pero no hubiera sido igual verla en las condiciones con las que se ideó. Intentar mantener la producción es encomiable, aunque los montajes deban hacer cambios. El 29 de octubre con ‘La del manojo de rosas’ dirigida por Emilio Sagi será una prueba de fuego; el montaje se estrenó años atrás pero ahora tendrá que ser matizado ante la nueva situación. La resolución de futuros espectáculos no siempre va a ser fácil en estos teatros: tendrán que eliminarse o reducirse entreactos para evitar que se junten los espectadores, aunque los aforos sean menores.
“Frente al retraso de otros teatros europeos, los españoles se ponen en marcha adaptando formatos a la situación sanitaria”
El Liceu hará lo propio con ‘Don Giovanni’ bajo la dirección escénica de Cristotf Loy, un creador que hace oro del minimalismo, y la dirección de Josep Pons, en cartel desde el 24 de este mes al 8 de noviembre. Barcelona también verá conciertos escénicos como en el resto de los teatros españoles. La Maestranza de Sevilla programa al director de orquesta Pablo Heras Casado el 17 y a la soprano Lise Davidsen, el 25. No se necesitarán mascarillas en escena ni cambios el 29 con una ópera de cámara, ‘Fin de partie’ (Gyorgy Kurtag) basada en la obra de Samuel Beckett en un solo acto y construida sobre diálogos y monólogos, a salvo de vetos sanitarios. También el Palau de les Arts de Valencia acondiciona ‘Il tuttore burlato’ de Vicente Martínez Soler para levantar el 13 de noviembre el telón, a cargo de su Centre de Perfeccionament. Otros montajes para los próximos meses no necesitarán adaptaciones, como ‘L’isola disabitata’ una ópera de cámara de Manuel García en coproducción con el Arriaga de Bilbao y La Maestranza de Sevilla, con dirección de Emilio Sagi, uno de los directores escénicos con más trabajo de la actualidad, y bajo escenografía de Daniel Bianco.
Coproducciones
El Teatro Campoamor de Oviedo hará ‘Madame Buterfly’ desde el 9 de noviembre, sobre dirección escénica de Joan Antoni Rechi y musical del asturiano Oliver Díaz, uno de los mejores y más versátiles directores del momento, y el 7 de diciembre ‘Fidelio’ en la dirección escénica de José Carlos Plaza, vista en su día en La Maestranza, en Bilbao y en algún otro teatro, pero por las condiciones de la producción tendrá que reacondicionar aspectos. Lo mismo que con ‘Il turco in Italia’ una coproducción de Oviedo con el Capitol de Toluouse y el Teatro Municipal de Santiago de Chile, dirigida escénicamente por Emilio Sagi.
ABAO de Bilbao proyecta estrenar el 21 de noviembre ‘Alzira’ de Verdi bajo la concepción teatral de Jean Pierra Gamarra, en un formato con el Gran Teatro Nacional de Perú y la Opera Royal Wallaonie-Liége. De momento, los montajes más minimalistas o que no precisan grandes movimientos escénicos ni un amplio despliegue sobre la escena tienen más facilidades de adaptación; contando con que los directores escénicos reelaboren sus producciones. Más difícil será la reducción de instrumentistas que dependerá de la capacidad de los fosos y la posibilidad de dejar butacas libres, o de la amplitud de los escenarios.
“La Zarzuela divide en dos su inicialmente previsto programa doble sobre ‘Granada”
Se trata de mantener la continuidad de las producciones y de la cultura, aunque manteniendo unas condiciones que tienen puntos en común con las de una ‘economía de guerra’. Otra cosa será dentro de algunos meses, el balance económico de una temporada tan difícil como la actual, donde la reducción de butacas disponibles agravará los déficits. Todos los teatros venían haciendo sus previsiones presupuestarias sobre el 90 o el 100% del aforo; algo hoy imposible.