Crónica económica / N.D. ■
Hace unos días se subió a YouTube la última creación musical con Inteligencia Artificial (IA). ‘Heart on my sleeve’, título de la canción, replica las voces de los famosísimos Drake y The Weekend en un rap con letras personales sobre la relación de ambos intérpretes con la actriz y cantante Selena Gomez. El autor del dúo esconde su identidad bajo el seudónimo Ghoswriter977, una referencia a la fórmula habitual que se emplea en las autobiografías de estrellas y celebridades que realmente son redactadas por «escritores fantasmas». «Esto solo es el principio», indicó Ghoswriter977 al difundir el rap que, según dice, fue generado por un software de AI sin la participación de los músicos canadienses.
“Varios gurús tecnológicos se han unido a más de 1.000 personas, entre las que se encuentran prestigiosos investigadores del campo de la inteligencia artificial y creadores, para firmar una carta abierta en la que piden parar la implementación de las nuevas inteligencias artificiales durante seis meses”
Apenas unos días antes se han difundido imágenes creadas con inteligencia artificial del Papa Francisco vestido con un abrigo acolchado, del expresidente estadounidense Donald Trump arrestado o del mandatario ruso, Vladímir Putin, arrodillado ante su homólogo chino, Xi Jinping. En la arena nacional también hemos visto una imagen generada de Pablo Iglesias y Yolanda Díaz, abrazaditos y en sintonía antes de la presentación del proyecto político de la vicepresidenta, Sumar, en la portada de un diario nacional (que avisaba de que era un montaje a manera de juego). Da un poco de miedo.
Y no solo a los que nos reconocemos como claramente analógicos y bastante analfabetos digitales, sino a quienes ‘manejan el cotarro’ de la inteligencia artificial que ya han empezado a alertar de los riesgos de la contribución de esta herramienta a la desinformación, que se va a multiplicar por mil y va a afectar a la democracia. Porqué, ¿no habrá habido fieles enfervorecidos de Trump que se habrán creído a pies juntillas que su amado líder estaba siendo atropellado en sus derechos, encarcelado y casi con un pie en alguna cárcel tipo Guantánamo?
Varios gurús tecnológicos, entre los que se encuentran Elon Musk, fundador de Tesla y SpaceX, Steve Wozniak, fundador de Apple o el historiador Yuval Noah Harari, se han unido a más de 1.000 personas, entre las que se encuentran prestigiosos investigadores del campo de la inteligencia artificial y creadores, para firmar una carta abierta en la que piden parar la implementación de las nuevas inteligencias artificiales durante seis meses. La carta va dirigida a los laboratorios de IA que están ahora sumidos en una carrera descontrolada que impide gestionar y controlar adecuadamente los «profundos riesgos para la sociedad y la humanidad» que suponen.
La preocupación por estos riesgos también se ha extendido al ámbito legal: el número de proyectos de ley sobre inteligencia artificial ha crecido significativamente desde 2016. Según el último informe sobre inteligencia artificial de la Universidad de Stanford, en 2022 EEUU y España fueron los países que impulsaron el mayor número de proyectos de ley relacionados con la IA, con nueve y cinco leyes, respectivamente. La Comisión Europea presentó en abril de 2021 su propuesta de Ley de Inteligencia Artificial, un documento de 108 páginas que aún está siendo debatido por el Parlamento Europeo.
José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, uno de los grandes conocedores de lo que se cuece anda preocupado y por eso ha propuesto la elaboración de un nuevo contrato social capaz de definir derechos y obligaciones ante los riesgos de una «inteligencia artificial generativa (AGI) descontrolada». Dicha AGI puesta al servicio de intereses particulares «puede crear armas químicas o cibernéticas» y «podría elaborar moléculas dañinas para el hombre o llevar los modelos de fake news o deep fakes a convertirse en una amenaza para la democracia a través de campañas masivas de desinformación sistemática o indetectable». Según explica Álvarez-Pallete, a través de una entrada en el blog corporativo, «la tecnología ya está aquí pero no debemos dejarla sola».
“José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, uno de los grandes conocedores de lo que se cuece, anda preocupado y por eso ha propuesto la elaboración de un nuevo contrato social capaz de definir derechos y obligaciones ante los riesgos de una «inteligencia artificial generativa (AGI) descontrolada”
De esa forma, el presidente de Telefónica se plantea muchas preguntas nuevas que no tienen respuesta en nuestro mundo actual. ¿Es ético poder elegir el coeficiente intelectual de nuestros hijos? ¿Podemos alimentar los sistemas de AGI con los datos que contienen sesgos raciales, de género o de estatus socioeconómico? ¿Dónde quedan derechos analógicos esenciales como privacidad, seguridad o el derecho a la verdad? ¿Cómo defender a la democracia de las amenazas híbridas de ciberseguridad y desinformación? ¿Cómo asegurarnos que los datos, que son parte de nuestra dignidad, son parte de nuestra soberanía individual y colectiva?”, termina diciendo.
Por su parte, la secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, Carmen Artigas, que se ha mostrado en contra de una moratoria en el desarrollo de la inteligencia artificial, explicaba sin embargo la semana pasada en una entrevista que el Gobierno está trabajando en programa para impedir que los sistemas de inteligencia artificial (IA) roben información a las empresas.
Es decir que pese a que nadie puede dudar que la inteligencia artificial abre un mundo nuevo de oportunidades también tiene un lado oscuro que provoca mucho temor y sobre el que ya se han levantado voces de alarma y se ha puesto en marcha proyectos de control. Habría que ir viendo.