Crónica Mundana / Manuel Espín ■
La inestabilidad política italiana se repitió a nada que los datos económicos pusieron a prueba la peculiar fórmula de un gobierno de coalición presidido por Draghi donde solo quedaba fuera la ultraderecha de Hermanos de Italia, y que se creó en febrero de 2020 para hacer frente a la pandemia. Más de dos años después las luces rojas se encendieron por la vía económica. La inflación se ha disparado en los últimos meses con el consiguiente malestar ciudadano por las subidas de precios; además Italia deberá afrontar ese invierno restricciones energéticas si se confirma el corte o la limitación del suministro de gas procedente de Rusia. Con un dato inquietante como es la deuda del 151% del PIB en un momento en el que la subida de los intereses penaliza a quienes deben dinero.
“En contra de sindicatos, empresarios, Bruselas, la Iglesia católica e importantes fuerzas sociales y políticas, la inoportuna disolución del Parlamento repercute en la estabilidad de la Zona Euro”
La discrepancia dentro de un gobierno de coalición con fuerzas políticas totalmente dispares llegó a través del partido mayoritario, el Movimiento 5 Estrellas, con la tensión latente entre el ex primer ministro Conteque representa el espíritu del viejo partido inconformista surgido de la nada y el ministro de Exteriores en el ejecutivo Draghi, el joven tecnócrata Luigi di Maio cercano a posiciones de centro-derecha. Nacido en 1986 e hijo de un militante del Movimiento Social Italiano (neofascista) mantiene una línea alejada del populismo. La gota que ha colmado el vaso de las desavenencias internas ha sido la oposición al envío de armas a Ucrania con la consiguiente salida de Di Maio y distintos parlamentarios y la creación de Juntos por el Futuro.
La primera decisión de Draghi fue poner su cargo a disposición del presidente Matarella, que no aceptó intentando que fuera capaz de recomponer otro ejecutivo hasta marzo de 2023 en que acaba la legislatura. Aunque los intereses eran muy divergentes dentro de los partidos, había un claro interesado en la disolución inmediata del parlamento y la convocatoria de elecciones para el mes de octubre como era la extrema derecha de Salvini y La Liga, frente a la apuesta por la continuidad del Partido Demócrata y su escisión, Italia Viva de Matteo Renzi que conforman el centro-izquierda, y defienden como el Movimiento 5 Estrellas el final de la legislatura y la inoportunidad de una campaña electoral en las condiciones en las que se encuentra la economía del país. Sindicatos, patronal, distintas fuerzas de centro y de izquierda, Bruselas o la Iglesia católica consideran que este es el peor momento para disolver el Parlamento en medio de una crisis económica tan grave, y que solo hay un beneficiado: la extrema derecha.
La formación de un ejecutivo entre los dos partidos de ultraderecha, La Liga y Hermanos de Italia, uno en el gobierno y otro fuera, a quienes los sondeos electorales presentan muy crecidos y principales beneficiados de la crisis inquieta a Bruselas. Se trataría del primer gobierno de ultraderecha en uno de los países fundadores y principales de la UE, cuyos cabezas visibles vienen coqueteando de palabra con la posibilidad de abandonar el euro, en la misma actitud anti-UE de la mayor parte de las derechas extremas. El hecho mismo de que los sondeos no descarten la posibilidad de un ejecutivo ultra que en teoría quiere salir del euro, aunque esto no sea nada fácil, añade un factor inquietante a la estabilidad de la moneda común que ahora se cotiza a la baja frente al dólar. Salvini y Hermanos de Italia, con la aquiescencia de Berlusconi, han venido pidiendo elecciones. El malestar ciudadano por las subidas de precios nutre a la ultraderecha, por mucho que sindicatos y empresarios apuesten por fórmulas más moderadas.
La guerra de Ucrania no es sólo un pésimo negocio desde el punto de vista de las vidas humanas, las destrucciones o los refugiados, sino una catástrofe económica para la UE y otros países aun en zonas tan alejadas como África o Iberoamérica. Las constantes subidas de precios y la inflación desbocada golpean a muchos gobiernos en el poder y hacen crecer a la derecha más radical alimentada de un profundo malestar ciudadano que parece dispuesto a buscar a los más imprevistos ‘salvadores’.
“Ruptura en los primeros partidos como Juntos por el Futuro (Luigi di Maio), escisión de Movimiento 5 Estrellas, como lo fuera Italia Viva (Renzi) del Partido Demócrata
Los retos no son sencillos de resolver. Cualquiera que sea el signo del futuro gobierno se es consciente de la necesidad de sacrificios y restricciones energéticas a afrontar en los próximos meses con el consiguiente desagrado entre la población. Un caldo de cultivo perfecto para el crecimiento en cascada de la ultraderecha de tonos anti-Bruselas y de un nacionalismo exacerbado. El presidente Matarella, sindicatos y empresarios, Bruselas o la Iglesia creen que éste es el peor momento para meterse en una campaña electoral para unas elecciones a celebrar en otoño. Draghi ha tirado la toalla ante la imposibilidad de lograr un acuerdo para formar un nuevo gobierno. Con las consecuencias en la zona euro al abrirse un foco de inestabilidad de consecuencias imprevistas, y un futuro mapa político lleno de incógnitas. El Movimiento 5 Estrellas se ha acabado haciendo el haraquiri dejando el protagonismo a Hermanos de Italia, que no quiso entrar en el anterior ejecutivo Draghi y desde fuera del poder ha visto cómo su discurso demagógico, antieuropeísta y anti-inmigración crece como la espuma. La crisis italiana añade un elemento de incertidumbre porque se trata de un país esencial en la UE y una de sus primeras economías.