Con Derecho a Réplica / Rafael Ordovás Gómez-Jordana. Consejero Delegado de Eurocofín.
La deuda pública crece en 75.000 millones, pero a coste negativo
España batió el año pasado todos los récords de endeudamiento, aunque la política de dinero barato emprendida por el Banco Central Europeo (BCE) a mediados de la pasada década le ha permitido financiar el déficit a coste negativo. La crisis sanitaria supuso un incremento del endeudamiento nacional de 75.138 millones de euros, con unas emisiones de deuda de 264.312 millones de euros. Sin embargo, el Gobierno ha podido cubrir este formidable esfuerzo a un coste negativo, por primera vez en la historia. Las emisiones de letras, bonos y obligaciones de 2021 se han realizado a un interés medio negativo de 0,04 puntos.
La Dirección General del Tesoro atravesó el pasado año uno de los momentos más delicados de su historia reciente. La crisis sanitaria y económica le llevó a financiar no sólo las necesidades sanitarias provocadas por el Covid-19, sino también la protección al empleo que afrontó España, con los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). Este formidable esfuerzo se hizo más llevadero gracias a la política del BCE. De esta forma, los intereses a los que tuvo que hacer frente el Gobierno de Pedro Sánchez fueron incluso menores que los del ejercicio precedente.
“Más del 60% de la deuda emitida en 2021 se ha adjudicado a tipos negativos, lo que ha permitido reducir el coste medio de la deuda del Estado en circulación del 1,86% en 2020 hasta el 1,64% al cierre de 2021, alcanzándose así el mínimo histórico”, asegura el Tesoro Público. El departamento financiero del Estado añade que en 2021 se materializó un ahorro de 1.281 millones de euros respecto a 2020, en concepto de intereses de la deuda, gracias a esta política de apoyo por parte del BCE.
A plazo más largo
El Tesoro ha ampliado la vida media de la cartera de deuda hasta los ocho años, lo que significa que cada año se producirá un menor volumen de vencimientos de títulos, que deben refinanciarse, como es lógico. En estos momentos, el plazo medio de amortización de los bonos y letras del Estado se ha incrementado hasta los ocho años.
“Se puede esperar una tendencia a la baja del coste de la deuda en circulación, incluso si se produjera cierto repunte de tipos, a medida que los bonos con cupones altos [tipos de interés] de emisión durante la pasada crisis financiera se amortizan y son sustituidos por bonos con cupones más bajos emitidos en la actualidad. Cuanto mayor sea la vida media de la cartera de deuda en circulación, mayor será la resiliencia ante eventuales incrementos futuros de los tipos de interés”, asegura el organismo público.
Este año, el Tesoro ha planteado una reducción de las emisiones de letras, bonos y obligaciones que va a realizar, desde los 264.312 millones del año pasado, hasta los 237.498 millones de 2022. Casi 27.000 millones menos.
La nueva deuda, lo que se conoce como emisión neta, está previsto que se sitúe en los 75.000 millones de euros, prácticamente en el mismo nivel que el año pasado, en que finalizó en los 75.138 millones.
“Gracias a los fondos europeos y el buen comportamiento de los ingresos tributarios, la emisión neta se ha reducido en un 25% desde los niveles anunciados en enero, evidenciando al mismo tiempo la prudencia con que se realizan estas estimaciones”, asegura Nadia Calviño, la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital. En 2020, la emisión neta ascendió a 109.922 millones de euros y la previsión inicial del año pasado era de 100.000 millones, que al final se convirtieron en esos 75.138 millones ya mencionados.