Cultura & Audiovisual / Equipo Lux
La pandemia del Covid-19 ha tenido consecuencias funestas sobre los eventos culturales, además de dejar al cine en la cuneta y las salas en peligro de extinción. Varios festivales han sobrevivido gracias al ‘streaming’, como ha sido Mar del Plata (Argentina), único de clase ‘A’ del Hemisferio Sur y de América Latina, donde ha ganado el primer premio el ‘docu’ español de 200 minutos ‘El año del descubrimiento’ dirigido por Luis López Carrasco, y a quien le espera el refrendo de los Forqué y los Goya. Otros eventos se han tenido que adaptar a las circunstancias. Cada otoño la Embajada de Italia y el Istituto de Cultura Italiana organizan en Madrid el Festival de Cine Italiano, en esta ocasión el 13º, donde se pasan los títulos más representativos del año de ese país. Estas vez, aunque se mantuvo la exhibición en salas con aforo muy reducido, más alguna proyección en autocine, la base fue el ‘streaming’ ofrecido al mismo tiempo que se proyectaba; con una cifra total de 10.000 asistentes, además de un concierto homenaje a Ennio Morricone, ofrecido en directo de forma virtual. Como siempre, muchas curiosidades, bajo el mismo perfil accidentado de lo ocurrido en 2020 con las películas españolas.
“10.000 visitas al Festival de Cine Italiano de Madrid con protagonismo ‘on line”
Uno de esos casos ha afectado a ‘Volevo nascondermi’ (‘Quiero esconderme’) de Giorgio Diritti, un largo con muy buena fotografía y ambientación, que ofrece pinceladas sobre la vida de un pintor de arte ‘naif’, Antonio Ligabue (1899-1965), nacido en Suiza aunque de raíces italianas, expulsado a ese país sin saber el idioma, cuya vida fue un discurrir por instituciones psiquiátricas, manicomios y tratamientos de ‘shock’. Este personaje de imprevistas reacciones con un problema de enfermedad mental descubre la pintura, hasta ser reconocido por el mercado como una celebridad cotizada hasta la estratosfera, pero cuyas actitudes eran primarias. La contradicción esta bien expuesta en esta película, entre el hombre que arrastra un problema psíquico, y el mercado que busca una ‘estrella del arte’. Lo sorprendente: el apasionante trabajo de Elio Germano, un actor de 40 años que ha hecho galanes y cuyo aspecto físico en nada se parece a la caracterización que aparece en la imagen, que tras cuatro horas diarias de cada jornada de rodaje es absolutamente creíble en el desquiciado protagonismo; por el que el festival de Berlín del pasado febrero le dio el premio de interpretación. La película no se pudo estrenar en marzo en Italia por el confinamiento, y lo ha hecho, en peores condiciones, en agosto. Es de esperar que pueda ser vista también en España.
Reciclado
La película más votada por el público ha sido un título de animación ‘Trash'(‘Basura’), de Francesco Dafano y Luca Della Grotta donde con muy buena técnica y original planteamiento estético se habla de un deteriorado envase de cartón y de otros residuos de la sociedad de consumo condenados al basurero; donde aparece un mensaje favorable al reciclado y contra el desperdicio del Primer Mundo. Podemos destacar también otro largo de ficción, ‘L’agnello’ (‘El cordero’) rodado en un agreste e incómodo paisaje de la isla de Cerdeña en pleno invierno, con dos hermanos que llevan años odiándose, y cuando uno de ellos está gravemente amenazado por el cáncer, su joven hija que trabaja y es despedida de una lavandería, crea las condiciones para una difícil reconciliación. Hay que anotar la labor de Nora Stassi, una actriz que aporta toda la credibilidad a un personaje de ‘poligonera’ que borda con brillantez, un nombre a anotar para un inmediato futuro pues se desenvuelve con una increíble soltura en el personaje.
Respecto a los documentales, consignar dos de ellos dedicados al cine. Una canónica biografía ‘Alida’ sobre la actriz protagonista de ‘El tercer hombre’, Alida Valli (Mimmo Verdesca) con muy buen material de archivo, magnífica documentación y la presencia y opinión de hijo y nieto; atractiva mujer nacida en Croacia de familia aristocrática que triunfa en el cine del fascismo, y es acusada de amante de Mussolini al acabar la guerra cuando va a trabajar en Hollywood, lo que tiene que desmentir rotundamente; y que al final de su carrera estuvo con los directores más comprometidos, como Bertolucci, y las apariciones menos fáciles en las pantallas.
La historia secreta sobre ‘La Dolce Vita’
Pero especialmente hay que mencionar ‘La veritá su ‘La dolce vita’ (‘La verdad sobre ‘La dolce vita’), de Giuseppe Pedersoli, donde con una espléndida aportación testimonial se reconstruye a través de cartas y mensajes cruzados la difícil producción de ese título emblemático de la historia del cine. En 1958 el proyecto de Fellini no interesa a nadie, y tiene que ofrecerlo a Giuseppe Amato, que convence finalmente a Rizzoli para que asuma el presupuesto. Aunque con un largo rosario de conflictos y situaciones, que incluyen visitas al Papa Pío XII poco antes de su muerte para que dé su visto bueno, las pugnas constantes con Fellini, la ruptura con la distribuidora que se niega a comercializarla, la bronca Amato y Rizzoli, o el presupuesto disparado hasta niveles muy elevados; bajo la amenaza de que el resultado pudiera ser catastrófico y la película fuera camino del desastre, como podía preverse en un principio.
“Sorprendente documental sobre la complicada preparación de ‘La dolce vita”
Por el contrario, Fellini salió triunfante de esta ‘guerra’ gracias a la cual afianzó su carrera internacional, tras ‘La Strada’ y ‘Las noches de Cabiria’, con un éxito emblemático. Aunque el protagonista no es Fellini, que tiene un papel complementario en la historia, sino Amato, el único que cree en el proyecto disparatado, y que con precarios recursos económicos busca desesperadamente un financiero; aunque ello le suponga la ruina económica y problemas de salud. El relato está construido a través de documentos, testimonios y el rico fondo documental de Istituto Luce-Cinecittá, además de escenificaciones sobre los personajes de esta intrahistoria poco conocida. Donde llama la atención la consulta previa a Pío XII sobre el proyecto. Cuando se estrenó ‘L’osservatore romano’ hizo duras críticas que impidieron su estreno en España al prohibirla la censura franquista. Hay otra historia española paralela, que evidentemente no se cuenta: tras ser prohibida de nuevo con Fraga en Información y Turismo, su distribuidora española recurrió al Supremo en un largo tránsito por el espacio judicial. Finalmente, en 1970 la institución ratificó la prohibición de ‘La dolce vita’ en España en “defensa de la moral”. Para, en 1977, tras la muerte de Franco estrenarse en nuestro país sin escándalo de ninguna clase ni considerarse un atentado moral, como aparecía mencionado en la negativa sentencia del Supremo.