Cultura & Audiovisual / Equipo Lux
El camino hacia una (relativa) normalización ha permitido salvar la edición 14ª del Festival de Cine Italiano de Madrid, iniciativa comandada por el Istituto Italiano di Cultura y la embajada de ese país, con las sesiones presenciales en nuevo y amplio cine (Paz) y aparición de creadores de las películas presentadas que ahora se estrenan en Italia o están en vías de hacerlo. La característica de ‘escaparate’ de la producción media del cine italiano con posibilidades de su distribución en España ha hecho que el acento se ponga en diversas comedias que combinan todos los subgéneros: dramático, intimista, navideño, romántico… Durante las décadas de los 50, 60 y 70, las películas italianas se situaban en segundo lugar de las recaudaciones en España detrás del cine americano y casi en paralelo a las españolas. En ese tiempo la comedia dio lugar a buenos títulos y a grandes taquillazos con una constelación de estrellas. Esa época ha pasado y ya no es tan habitual el estreno de filmes italianos en nuestro mercado. No es extraño que en la selección exhibida de 30 películas, tanto presencialmente como ‘on line’, predomine un género de tanta tradición como la comedia.
“Amplia muestra de la producción italiana con gran presencia de los más variados géneros de comedia y del documental”
Uno de los títulos recientes de más éxito dentro del género, ‘Perfetti sconosciutti’ (2016), de Paolo Genovese, tuvo su ‘remake’ español en manos de Álex de la Iglesia (2018, ‘Perfectos desconocidos’). En 2021 el coguionista de la primera, Paolo Costella, dirige ‘Per tutta la vita’ que tiene puntos en común con la estructura de la anterior y algún actor. Si en la primera era una cena de cuatro parejas y un móvil el que deba lugar a la crisis, ahora también son el mismo número quienes se enfrentan a que su boda fue nula por tratarse de un sacerdote impostor. Hay una pareja rota con un hijo en común que provienen de clases sociales distintas, un adulterio entre dos amigos y una situación bastante interesante como la de la mujer que decide no tener hijos frente al deseo de su marido. Rodada con gran ritmo y elegancia en las transiciones, uno de sus puntos fuertes es un reparto que se desenvuelve con gran soltura en una película que debería tener muy pronto distribución comercial en España.
También pertenece al género de la comedia, en este caso sentimental, ‘Una relazione’ (Stefano Sardo) con un argumento sugerente: una pareja profesionalmente fracasada con más de quince años de relación deciden separarse sin drama, ni sangre, y se enfrentan a una pregunta: ¿se puede ser amigo después de haber sido pareja?. El premio del público se fue a otra comedia, ‘I nostri fantasmi’ (Alessandro Capitani), donde un joven padre y su hijo de siete años desahuciados de su vivienda y que tienen que refugiarse en la buhardilla inventan una realidad inexistente con los nuevos inquilinos de la parte inferior a los que se presenta como fantasmas, antes de que aparezca una mujer maltratada con su hija y las cosas cambien. La historia está contada con una gran sutileza y entronca argumentalmente con alguna comedia italiana de los 50.
Comedia navideña
En esta muestra hay una comedia navideña estrenada estos días en Italia, ‘Io sono Babbo Natale’ (Eduoardo Falone) en la que no hay ñoñería ni la blandura habitual en este subgénero. Un delincuente habitual recién salido de la cárcel (Marco Giallini) que acude a la trabajadora social con la que años atrás mantuvo una relación y una hija a la que no conoce, ahora emparejada con un ejecutivo de clase privilegiada, conoce a un misterioso personaje un ‘Papá Noel’ socarrón y divertido (Gigi Proietti, en su último papel antes de su fallecimiento meses atrás), al que primero quiere robar para después convertirse en forzado ayudante y sucesor. No hay ‘happy end’ o al menos éste es muy relativo: el protagonista no acaba unido a la madre de su hija. El envoltorio navideño está contemplado con ironía, y este producto comercial aparece rodado con agilidad, soltura y gracia.
En esta ocasión los organizadores han programado en paralelo un rescate de clásicos de la comedia italiana de los 60 y 70 con películas de De Sica (1964, ‘Ayer, hoy y mañana’), Scola (‘Céramo tanti amati’, 1974), Monicelli (‘Amici miei’ 1976), o Carlo Verdone (‘Bianco, rosso e verdone’, 1981), que en futuras ediciones debería incluir también títulos en blanco y negro de los 50 y 60, el gran momento de este género en Italia. También por vez primera se ha dedicado una sección a películas para jóvenes en paralelo con el Giffoni Film Festival que se viene celebrando desde 1971. En esta muestra de recientes películas italianas inéditas en España ha habido espacio para algún título minoritario pero curioso, como ‘Il silenzo grande’, la cuarta película que dirige Alessandro Gassman, hijo del que fuera famoso actor, y a su vez hoy uno de los actores más populares en Italia. Basada en una obra teatral de Maurizio de Giovanni, no oculta su origen con un ‘espacio cerrado’: un deteriorado palacete de Nápoles en la mitad de los 60 donde cinco únicos personajes –un escritor encerrado en su mundo, su esposa, un hijo gay enamorado del novio de su hermana y una vieja criada– se enfrentan a una sorpresa final como la de ‘Los otros’ (Amenábar): ¿quién está vivo y quién es un espectro? Gassman lo cuenta con elegancia, pese al tono minoritario de su película.
“Retornan las presentaciones en directo con autores de las películas”
Como siempre, este Festival dedica atención a los cortometrajes y al largo documental. En esta ocasión con presencia de contenidos relacionados con la música, donde debe destacarse ‘Ezzio Bosso, le cose che restano’ (Giorgio Vendelli) dedicada a la personalidad de ese atípico músico (1971-2020) que combinó la composición, el piano, la dirección de orquesta, el bajo, la ópera y el rap, y su terrible lucha contra la esclerosis, antes de su muerte prematura el pasado año. Y especialmente ‘Senza fine’ (Elisa Fuksas) película galardonada como mejor documental, que utiliza el título de la famosa canción de Gino Paoli cantada por Ornella Vanoni (1934), verdadera clásica y diva de la música junto a Mina o Milva, todavía hoy en activo, presentada en sus variadas capas de artista, mujer y estrella. La cantante envió un vídeo saludando al público de Madrid al término de la gala de clausura: ella es una figura tan inmarchitable como ‘Senza fine’, que desde su estreno al principio de los 60 hasta hoy ha tenido diversas versiones, como las múltiples de la propia Vanoni.
El Festival de Cine Italiano de Madrid vuelve a significar una oportunidad para conocer lo último del cine de ese país, con películas que han pasado por festivales como Venecia 2021.