Humor Asalmonado / Mateo Estrella ■
Las elevadas temperaturas no propician el mejor clima para ejercer la investigación periodística en mi barrio. Con esta ola flamígera lo más sensato es quedarse en casa con el bañador puesto, encender el ventilador en horas valle (apagándolo en las horas punta), y escribir en modo opinativo. Todo ello sin abandonar silla y ordenador mientras dure la redacción, excepto para ejercer las urgentes funciones fisiológicas. Estos sencillos principios del periodismo de análisis permiten cobrar lo mismo que un intrépido reportero, pero sin sufrir un desvanecimiento en plena canícula.
“Por un solo bitcóin hay que pagar este día (no se sabe a quién), 27.883,90 euros por el agujero central de un donut”
Antes de empezar mi tarea he enviado mensajes telemáticos a mis lectores. Había citado en la terraza de un bar a los seis, con el propósito de montar una mesa de debate sobre las discrepancias entre las ministras de Igualdad y de Hacienda, con el sugestivo título de «Montero vs. Montero por un bájame el IVA en esos días difíciles». Lo aplazo hasta que se produzca el próximo encontronazo entre las dos almas del Ejecutivo. De momento mandan los rigores meteorológicos.
Empiezo mirando en Google el derrumbe de las criptomonedas. Para un solo bitcoin hay que pagar hoy (no se sabe a quién), 27.883,90 euros por el agujero central de un donut, y seguir la evolución con el alma en vilo.
A continuación, abro ‘El País’ y experimento una intensa sensación de ‘déjà vu’. A toda portada, el excomisario José Villarejo charla con la exlideresa Esperanza Aguirre sobre asuntos propios de sus cargos. El diálogo se ilustra con la foto de él (inconfundible gorrilla, cartera negra que se le resbala entre los dedos), y la de ella evitando mirarle, flequillo rubio al viento.
En el texto filtrado, ambos califican de chorizos a Alfredo Prada y a Francisco Granados, quienes fueron altos cargos del Partido Popular y más tarde se integraron en el orden de los batracios, según el ‘Sistema Naturae’ establecido por el naturalista sueco Carlos Linneo en 1735.
El ‘ya vivido’ y la memoria histórica se entremezclan en la desconcertante exclusiva.
Superados los titulares, descubro que efectivamente la conversación se realizó en septiembre de 2014. Con este dato no puede considerarse de candente actualidad. La información pertenece a una serie que desvelará similares chismorreos entre el superpolicía y otras figuras del PP en el ostracismo, entre ellas María Dolores de Cospedal. El argumento principal son las libretillas incombustibles de Luis Bárcenas.
“Alfredo Prada y Francisco Granados fueron altos cargos del Partido Popular y más tarde se integraron en el orden de los batracios”
Que nadie vea en estas líneas el menor reparo a un periódico emblemático. Un ‘scoop’ es un ‘scoop’, al margen de la fecha en la que se hayan producido los hechos. Ningún responsable de una publicación rechazaría difundir mañana, en primera plana, la revelación sobre quién fue el autor intelectual del asesinato de John F. Kennedy, el 23 de noviembre de 1963. Y la opinión pública lo agradecería sobremanera. Jamás caducará una información relevante.
No esperen que yo enarbole la teoría de la cortina de humo. Como dicen en el Casino de Montecarlo, «nunca es tarde si la ficha es buena». Poco importa quién haya almacenado esta información, ya sea el móvil de Aguirre (improbable), o el bolígrafo de Villarejo con grabadora oculta, comprado en Amazon por 29,92 € (más factible).
Humo o fuego, la gente disfrutará del chismorreo, olvidando la última subida de la bombona de butano, o las estimaciones negativas del Fondo Monetario Internacional sobre el crecimiento económico y la inflación.
Por otra parte, este espectáculo llamado «¡Sálvame de la imputación, Pepe!» ha tenido eco mínimo entre la clase dirigente. Alberto Núñez Feijóo apenas ha fruncido el ceño para referirse, de nuevo, a «esas cosas que pasaron hace mucho tiempo».
Pedro Sánchez sí lo ha aprovechado, con una frase, en su réplica a Cuca Gamarra durante la última sesión de control al Gobierno. Tras ser acusado de que ha hecho un pacto con el diablo independentista, plegándose a sus intereses, el presidente ha tachado al partido opositor de estar más pendiente de las libretas de Bárcenas que de las preocupaciones de los ciudadanos, como hace muy al contrario su Gobierno.
Había que ver las caras aburridas de los diputados asistentes al rifirrafe, escuchando una vez más las mismas descalificaciones sobrevolando el hemiciclo. Yo creo que pensaban en la canícula que iban a padecer en cuanto abandonaran el aire acondicionado del Congreso.
“Poco importa quién haya almacenado esta información, ya sea el móvil de Aguirre (improbable), o el bolígrafo de Villarejo con grabadora oculta”