Sus Señorías / Luis Carlos Ramírez ■
La mayor crisis política tras el espionaje al presidente del Gobierno y a buena parte del soberanismo provoca un terremoto parlamentario con exigencia de dimisiones y la credibilidad del CNI por los suelos. El amago de renuncia de su directora es cortado de raíz por la ministra Robles, que defiende la legalidad frente a quienes atacan el Estado de Derecho. Sus colegas de coalición y el bloque de investidura insisten en depurar responsabilidades, so pena de ‘cargarse’ la legislatura y hasta la democracia. El bloque de investidura fuerza la comparecencia de Sánchez mientras el Centro Criptológico se ofrece a revisar los móviles de senadores y diputados.
España ya es un país espiado oficialmente, con un Gobierno dividido en secreto y pública discrepancia, y un Parlamento enfrentado en busca de culpables políticos para reparar la seguridad nacional.
La mayor crisis política tras el espionaje al presidente del Gobierno y a buena parte del soberanismo provoca un terremoto parlamentario inédito con exigencia de dimisiones al más alto nivel. El pinchazo de los teléfonos de Sanchez, a varios ministros (Robles y Marlaska) y a 18 líderes independentistas acaba en los tribunales, mientras la directora del Centro Nacional de Inteligencia acredita el respaldo judicial de tal seguimiento incluido al presidente de la Generalitat. Este último, pide explicaciones a Sanchez con la advertencia de que el ‘caso Pegasus’aleja la estabilidad parlamentaria.
La gravedad de otras escuchas ‘ilícitas y externas’, según el ministro Bolaños, se producen en el peor momento de una legislatura bronca, con acusaciones de los partidos, división del ejecutivo y una desconfianza social azuzada por la crisis económica. Para mayor inri, la revelación de un espionaje que nos equipara al sufrido por otros líderes europeos, salta a un mes de la asamblea más transcendente de la OTAN en nuestro territorio y a un año vista de la presidencia española de la UE.
Discrepancia gubernamental
Entretanto se dirimen las pesquisas del Ministerio de la Presidencia, la directora del CNI puede convertirse en el primer chivo expiatorio con amago de dimisión con la ministra de Defensa señalada por sus compañeros de gabinete y por el partido que sostiene al Gobierno. Margarita Robles defiende de manera contundente la legalidad y el Estado de Derecho advirtiendo a la Cámara de que en democracia las responsabilidades y los hechos delictivos «sólo los persigue la Justicia«. A sus aliados de coalición les recuerda que el Gobierno es un órgano colegiado con acceso a la Comisión Delegada de Asuntos de Inteligencia.
No lo ve así el portavoz de Podemos –Echenique– que tilda la situación de «insostenible», señalando a la ministra “lo que tiene que hacer” no sólo por «su dignidad», sino por la del propio Gobierno. Hasta las ministras Díaz y Belarra insisten en depurar responsabilidades por un ‘espionaje masivo’ que revela un fallo de seguridad. La responsable orgánica de los servicios de inteligencia recibe el respaldo firme de la oposición conservadora (PP, Ciudadanos y Vox), que denuncia el acoso y derribo a Robles, a pesar de reprocharle haber contribuido a una ‘ceremonia de la confusión’. Feijóo recrimina que la mitad del Gobierno no se fíe de la otra media provocando un caos y una crisis de credibilidad institucional, por lo que pide un adelanto electoral.
Sánchez, obligado a comparecer
La mayoría del arco parlamentario a excepción de PSOE y Podemos obliga a Sánchez a dar explicaciones en un pleno que solapará el espionaje con el cambio de postura sobre el Sáhara. Los socialistas, junto al PP, Vox y Ciudadanos, evitan la creación de una comisión de investigación exigida por UP, ERC, Junts, PNV, Bildu, Más País y Compromís. Para el republicano Rufián, el ‘escándalo’ se puede “cargar la legislatura y la democracia”, mientras Errejón ve una crisis nacional a la que el Gobierno debe dar respuestas. El PP cierra filas con el Ejecutivo apelando a su sentido de Estado a pesar de las descalificaciones de ‘irresponsabilidad y demagogia’ dirigidas a su líder por el socialista Héctor Núñez, que la ‘popular’ Cuca Gamarra devuelve a Sánchez por defender a quienes atacan al Estado.
Respaldo a Robles y al CNI
El Gobierno apoya a la directora del CNI –Paz Esteban– aunque evita aclarar su futuro justo en el aniversario de la institución. Parafraseando a Felipe González, la ministra portavoz asegura no poder hablar de ‘futuribles’ en espera de recopilar información y adoptar las decisiones al respecto. No ocurre igual con la titular de Defensa, Margarita Robles, que cuenta con el “apoyo” del propio presidente y hasta de su colega de Hacienda por su “impecable” trabajo. Isabel Rodríguez reitera que el gobierno “no tiene nada que ocultar” tras haber actuado con absoluta transparencia.
Todos espiados
Para calmar los ánimos de Sus Señorías el Ejecutivo pone a disposición de los más de 600 parlamentarios (350 diputados y 265 senadores) los servicios del Centro Criptológico Nacional para analizar sus respectivos móviles y averiguar si han sido infectados. Tanto el vasco Aitor Esteban como el podemita Echenique asumen haber sido espiados desde hace tiempo. El primero, desde la época del ‘lehendakari’ Ibarreche y después con la moción de censura a Rajoy, mientras el segundo cree haber sido objeto de seguimiento desde que ‘nació’ su formación y después con Villarejo. El portavoz de Más País no descarta recurrir al CNI para revisar su teléfono, en tanto que Espinosa de los Monteros (Vox) dice no tener medios para evitarlo y Rufián (ERC) procura no incluir en su terminal ni la foto de su hijo.
Lapidario
“Usted sabe lo que tiene que hacer, no sólo por su dignidad, sino también por la del Gobierno”.
Pablo Echenique, portavoz de Podemos (a Margarita Robles).
Nombres Propios

CNI, aciago aniversario
La directora del Centro Nacional de Inteligencia puede ser la primera víctima del espionaje al secesionismo y al Gobierno justo cuando se disponía a celebrar por todo lo alto el 20 aniversario de la institución, con la presencia del Rey. Paz Esteban, que continúa en el punto de mira de los socios del Gobierno, tiene el firme apoyo de su superior jerárquica que, de momento, ha frenado su dimisión. Margarita Robles defiende a la responsable del CNI tras “aguantar imputaciones que no se corresponden con la realidad”. El Ejecutivo dilucida las decisiones a tomar y sitúa al Centro Criptológico Nacional como responsable de la ciberseguridad de los móviles de altos cargos.

El efecto Feijóo
El ‘efecto Feijóo’ aúpa al PP en las encuestas, frena el ascenso de Vox y alcanza al PSOE con mayor número de escaños. El dirigente ‘popular’ pregunta si es “lógico” agotar la legislatura ante el «caos» por el espionaje de Pegasus y un presidente sólo preocupado por tranquilizar a sus socios. Su desembarco definitivo en Madrid pasa por compaginar su labor parlamentaria desde el Senado a finales de mes. Su intención es convocar de inmediato a todos sus parlamentarios –incluidos los europeos– para fijar la estrategia hasta el final de la legislatura. De momento, piensa mantener la equidistancia crítica con Sánchez y con Vox, al que desiste de llamar ‘ultraderechista’ como le recrimina Abascal.