Crónica económica / José García Abad ■
Pedro Sánchez no consigue que sus expertos de cabecera la expliquen cómo es posible que cuando las perspectivas económicas marchan bien, las de ganar las próximas elecciones marchan mal, en beneficio de Alberto Núñez Feijóo, un personaje corrientito que ni siquiera sabe inglés y que está demostrando que España le viene grande, que no responde a los mismos estímulos que tan bien le funcionan en Galicia. Pues, aun así –reconocen los expertos monclovitas–, puede desalojarnos del palacio de la Moncloa.
“Pedro Sánchez no consigue que sus expertos de cabecera la expliquen cómo es posible que cuando las perspectivas económicas marchan bien, las de ganar las próximas elecciones marchan mal”
El presidente Sánchez, que se mueve en Europa como pez en el agua, donde es valorado más positivamente que en España, que esperaba obtener la apoteosis del fin de su contrato laboral con su presidencia europea, no sale de su asombro.
Parece claro que ya no vale el eslogan de Bill Clinton: “Es la economía, estúpido”, y que se imponen otras consideraciones y sobre todo los sentimientos, entre ellos el que muestra el crecimiento del instinto conservador, la sensación de que la socialdemocracia al conseguir sus reivindicaciones sociales ha generado en Europa el reflejo de conservar lo obtenido. Vamos, que la izquierda está muriendo de éxito.
Me señalaba uno de los economistas más escuchados por Sánchez la satisfacción de éste por el informe nada sospechoso de escora izquierdistas que realiza KPMG para la CEOE, que no puede ser más positivo. La presente edición se ha elaborado a partir de las respuestas recabadas en dos sondeos con el fin de analizar el impacto del conflicto en Ucrania.
En el primero, que se realizó entre diciembre de 2021 y febrero de 2022, participaron más de 1.100 directivos. El segundo, que se llevó a cabo entre los meses de abril y mayo, registró más de 560 respuestas.
Según este documento, sólo el 28% de los directivos empresariales puntúan la situación de la economía española de mala o muy mala. Que el 57% la califica de “regular”, que en el lenguaje empresarial quiere decir “buena”.
“Como resume el presidente de KPMG en España, Juanjo Cano, «dentro de la prudencia que exige el contexto actual, las expectativas de los empresarios españoles sobre la evolución de sus organizaciones son optimistas y muestran su confianza en el incremento de las ventas, el impulso de la inversión y en el mantenimiento del empleo”
Que se muestran optimistas sobre su crecimiento en los próximos doce meses. Que un 70% de los empresarios consultados esperan que sus ventas aumenten a lo largo del año. Que el 73% considera que la situación de su compañía es buena o excelente. El optimismo se refleja en la propensión a contratar más trabajadores, aunque en menos cantidad que en 2022.
Como resume el presidente de KPMG en España, Juanjo Cano, «dentro de la prudencia que exige el contexto actual, las expectativas de los empresarios españoles sobre la evolución de sus organizaciones son optimistas y muestran su confianza en el incremento de las ventas, el impulso de la inversión y en el mantenimiento del empleo”.
La única pega que ponen los empresarios, la mitad de los consultados, es la incertidumbre que plantean las próximas elecciones, algo un tanto chocante ya que no hay duda sobre la celebración de las mismas en paz en las fechas previstas. Pero, ¿no habíamos quedado en que lo único cierto es la incertidumbre? Permítanme un consejo dirigido con mis mejores deseos: los gestores que no entiendan en qué mundo vivimos más vale que se retiren.