Ana Sánchez Arjona
Siete años seguidos creando empleo que han dado paso a un 2020 que se cierra con un sunami laboral. El confinamiento que se inició en marzo y las restricciones que se produjeron, casi sin tregua, una tras otra, se han llevado por delante 360.100 empleos, en conjunto, un total de 19.066.424 afiliados. Se acaba además con una racha de caída consecutiva de desempleo: el mes de diciembre finaliza con 3.800.136 personas inscritas en el paro, lo que supone un aumento de 724.000 en el ejercicio, según los datos publicados por el Ministerio de Trabajo a los que hay que sumar las 755.423 personas afectadas por ERTE, según las cifras del Ministerio de Inclusión y Seguridad Social.
Por cierto, y en este sentido, Trabajo asegura que “no se esperan enormes cambios” en la negociación para prorrogar los expedientes de regulación temporal de empleo más allá del 31 de enero. Lo explicaba en rueda de prensa para presentar los datos de paro registrado y afiliación a la Seguridad Social del mes de diciembre, el secretario de Estado de Trabajo y Economía Social, Joaquín Pérez Rey que ha dejado claro que, respecto a los ERTE, “se ha venido trabajando y adaptando” el modelo para apuntar que “las piezas claves están ya muy consolidadas”.
“Trabajo admite que la cifra de paro de 2020 es “un mal dato”, pero que es un “mal dato repleto de anomalías” porque la evolución de la crisis sanitaria ha impedido a la campaña navideña desplegar todo su potencial en términos económicos”
“Seguramente intentemos trabajar en una línea de simplicidad de la gestión de estos elementos de empleo y sus elementos centrales, pero el modelo no puede ser objeto de revisión, porque está constatado su buen funcionamiento en los meses que llevamos”.
Pero de vuelta a los datos, el aumento del paro en 2020 es ya histórico. En tasa interanual, casi el 23%. En diciembre, 36.825 personas se han inscrito como nuevos demandantes en los Servicios Públicos de Empleo. Aunque está lejos de las grandes cifras del punto álgido de la pandemia, la tendencia hacia el buen camino se truncó con las nuevas restricciones de la segunda ola tras el verano.
Hay que viajar hasta 2009, en los comienzos de la gran crisis financiera, para encontrar un aumento del paro similar. También el dato sólo de diciembre ha sido el peor de los últimos once años en el registro en las oficinas del paro. Además, un total de 8.078.758 personas percibieron prestaciones por desempleo en algún momento de 2020.
Hay un dato para la esperanza porque los afiliados que la Seguridad Social, en relación a diciembre de 2019, se ha dejado por el camino se elevan a 360.105 trabajadores, lo que sitúa la tasa interanual en el -1,86%. No obstante, el dato de diciembre ha sido positivo respecto a noviembre, con un incremento de 7.340 ocupados gracias a las exiguas contrataciones navideñas, que este año han sido mucho más tímidas que en campañas anteriores.
El secretario de Estado de Empleo y Economía Social, admitió que la cifra de paro de 2020 es “un mal dato”, pero que es un “mal dato repleto de anomalías”. “La evolución de la crisis sanitaria ha impedido a la campaña navideña desplegar todo su potencial en términos económicos y de empleo”.
Una anomalía que se refleja en el descenso de la afiliación, una caída que so se producía desde 2013. Lo que no muestran estas cifras es la gran mochila que contiene los trabajadores en ERTE y que pende sobre el mercado laboral y que ha supuesto un desembolso para el Estado cercano a los 15.000 millones entre abril y noviembre, y que a 31 de diciembre el número de afectados superaba los 755.000.
“Se acaba con una racha de caída consecutiva de desempleo: el mes de diciembre finaliza con 3.800.136 personas inscritas en el paro, lo que supone un aumento de 724.000 en el ejercicio y nos lleva a niveles de 2009”
Explica el Gobierno que la cifra de personas en expediente de regulación de empleo temporal “se mantiene estable desde principios de septiembre a pesar de las mayores restricciones administrativas para afrontar la segunda ola de la pandemia”, si bien es cierto que el estallido de la segunda ola ha tenido un impacto muy directo sobre sectores como el de la hostelería, que han visto cerrados o limitados sus espacios de actividad en estos últimos meses, provocando un nuevo aluvión de solicitudes de ERTE, muchos aún por resolver. De los reconocidos, un tercio de los trabajadores en expediente pertenecen al sector hostelero.
El número de trabajadores en ERTE con los que se estrena 2021 suponen un 5,4% de los afiliados del Régimen General y su prórroga sigue pendiente. El Gobierno ha citaba a los agentes sociales para empezar a abordar su posible extensión el pasado viernes, 8 de enero.
Hay que recordar que las dos últimas prórrogas se alcanzaron casi en tiempo de descuento.