Crónica económica / N.D. ■
Sam Altman, director de la empresa de Inteligencia Artificial de Estados Unidos OpenAI, conocida por el Chat GPT, se reunía hace unos días con el presidente español, Pedro Sánchez en La Moncloa, y tras el encuentro, donde abordaron la importancia de que esta nueva tecnología respete los derechos y los valores democráticos de todo el mundo, dejaba un titular, cuando menos, preocupante. Señalando que “en un futuro las empresas de más de un millón de euros podrían estar lideradas directamente por la inteligencia artificial”. No seríamos justos si no señaláramos que también defendió la necesidad de marcar unas pautas para una futura regulación de la inteligencia artificial. Lo que, el que un creador advierta sobre su propia creación, seamos honestos, también da un poco de miedito.
“Sam Altman, director de la empresa de Inteligencia Artificial de EE UU OpenAI, conocida por el ChatGPT, ha señalado que en un futuro las empresas de más de un millón de euros podrían estar lideradas directamente por la inteligencia artificial”
Tras el encuentro, al que también acudieron la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, el secretario general de Asuntos Económicos y G20, Manuel de la Rocha, así como representantes de la empresa creadora de ChatGPT, Altman resaltó que “queremos ser un buen socio para los gobiernos, pero más que eso, queremos hacer lo que la gente quiere. Queremos crear el producto que la gente quiera utilizar». Pero, añadió “de no regular los modelos grandes de IA, estos realmente pueden hacer daño». Unas declaraciones del ‘padre’ del famoso ChatGPT, que está de gira por todo el mundo para tratar de calmar las aguas, que no acaban de tranquilizar.
Precisamente en este tema, el del control, es en el que Sánchez quiso sacar pecho, definiendo a España como país pionero en la regulación de este ámbito, como muestra la aprobación de la Carta de Derechos Digitales. En este sentido, ha defendido la necesidad de un órgano global de supervisión de esta tecnología y la importancia de la próxima aprobación del reglamento europeo de Inteligencia Artificial (AI Act), cuya negociación será prioritaria para la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea. Además, España ha impulsado un banco de pruebas piloto (sandbox) para acordar una guía de buenas prácticas que mejore la implantación de estas actividades en las empresas.
Pero lo cierto es que, visto lo visto, las empresas tampoco deben fiarse mucho porque ya son varias las grandes compañías españolas que están dando tímidos pasos hacia la regulación del uso de la inteligencia artificial (IA) generativa entre sus empleados, ante el temor de posibles filtraciones tras la popularización de herramientas como ChatGPT. Mientras que algunas han optado por prohibir o regular el uso de esta tecnología entre sus empleados, otras no cuentan todavía con directrices. Entre las primeras se encuentran compañías como Sabadell, Sacyr, Deloitte o Telefónica, mientras que otras como Enagás, Iberia o Mapfre están trabajando en ello o han realizado una serie de recomendaciones a su plantilla. En el extremo contrario, empresas como Acciona, Acerinox, Aena, Arcelormittal, Cellnex, Meliá, Fluidra, Renfe o Caixabank no cuentan por el momento con directrices al respecto.
Entre los usuarios de a pie, parece haber más confianza. Casi 8 de cada 10 españoles (el 78%) tiene expectativas positivas sobre el impacto que las nuevas tecnologías tendrán en su vida, muy por encima de los que no comprenden su alcance (10,7%) o quienes sienten indiferencia (7,3%), miedo o rechazo (4%). Son las conclusiones del informe “Feel IT: I Estudio Evercom de percepción tecnológica” elaborado por la agencia creativa de comunicación y marketing, en colaboración con Appinio. El objetivo del estudio es comprender qué piensan y sienten los españoles sobre las nuevas tecnologías y la información en torno a ellas. Para ello, se han analizado las respuestas de 850 personas, incluyendo 250 directivos de pymes y grandes empresas. Concretamente, se ha analizado el impacto de 4 de las nuevas tecnologías con mayor potencial disruptivo en el corto y medio plazo y más presentes en los medios de comunicación hoy: IA, metaverso, criptomonedas y análisis de big data.
“Varias compañías españolas están dando pasos hacia la regulación del uso de la inteligencia artificial entre sus empleados, ante el temor de posibles filtraciones tras la popularización de herramientas como ChatGPT”
Entre las tecnologías analizadas, una genera claramente unas expectativas más positivas entre los españoles. La IA es la única que genera emociones y expectativas positivas en más de la mitad de los españoles (el 66%), por delante del metaverso (49,7%), el análisis de big data (45%) o las criptomonedas (39,5%), siendo estas últimas las que más miedo o rechazo provocan (15%). Claramente, la IA es la nueva tecnología cuyas expectativas los españoles consideran más realistas, dado que, en su opinión (56,5%) se cumplen o se cumplirán en el futuro cercano, en contraposición a las criptomonedas, que es la nueva tecnología cuyas expectativas se consideran más exageradas, con más marketing y promesas que realidad para el 35% de los españoles.