Crónica Económica / Nuria Díaz
Nadie se libra, pero si hay un sector que está acusando más que ninguno el impacto de la pandemia es el de las aerolíneas. Día sí y día también se desayuna con un ERE, una quiebra, o una petición de ayuda pública o una revolución ene l organigrama en un intento de dar con la fórmula de parar la sangría de los ingresos. Las estadounidenses, las últimas en dar el campanazo. Delta Air Lines ha registrado unas pérdidas netas de nada más y nada menos que 11.630 millones de dólares (9.900 millones de euros) durante los primeros nueve meses del año, frente a los beneficios netos de 3.669 millones de dólares (3.123 millones de euros) obtenidos en el mismo periodo del año pasado, debido al impacto del coronavirus. Las suspensiones de vuelos y las restricciones de movimiento en países de todo el mundo han lastrado las cuentas de la aerolínea estadounidense, que ha perdido 5.379 millones de dólares (4.578 millones de euros) solo en el tercer trimestre del año, entre julio y septiembre.
«Las aerolíneas estadounidenses American Airlines y United Airlines anunciaron que despedirán a 32.000 de sus trabajadores cuando expiren las condiciones del rescate al sector impuestas por el Gobierno de EE UU»
Prácticamente al tiempo, las aerolíneas estadounidenses American Airlines y United Airlines anunciaron que despedirán a 32.000 de sus cuando expiran las condiciones del rescate al sector impuestas por el Gobierno de EE.UU. American Airlines tiene previsto despedir a unos 19.000 empleados mientras que United Airlines a más de 13.000. Ambas compañías instaron al Congreso de Estados Unidos a aprobar un nuevo rescate para evitar los despidos. Las aerolíneas estadounidenses recibieron un rescate de 25.000 millones de dólares pertenecientes a los dos billones del mayor paquete de estímulo económico de la historia del país, aprobado en marzo pasado. A cambio de recibir el dinero, las aerolíneas se comprometieron a no despedir empleados hasta el 30 de septiembre
También en España, la pérdida de empleo va al alza. La compañía Iberia ha decidido ampliar el Expediente de Regulación Temporal del Empleo (ERTE) a casi 1.000 tripulantes de cabina de pasajeros (TCP), cifra que supone en torno a un 34% del total. Los 2.200 tripulantes mantienen turnos de trabajo y realizan vuelos únicamente la mitad del mes, divididos en dos grupos de 1.100 empleados cada uno. La compañía del grupo IAG está recuperando poco a poco la programación, si bien todavía está muy afectada por las restricciones en muchos países. Por el momento, y de acuerdo con lo pactado en el acuerdo alcanzado entre el Gobierno y los agentes sociales, Iberia ha prorrogado el ERTE hasta el próximo 31 de enero, al que los trabajadores de la aerolínea podrán acogerse de forma voluntaria. International Airlines Group (IAG) ha anunciado una reestructuración de su equipo directivo, relevos que se harán efectivos de modo inmediato, según ha señalado la compañía. Alex Cruz, presidente y consejero delegado de British Airways, dejará su cargo de consejero delegado y permanecerá como presidente no ejecutivo de la aerolínea. Cruz asumió el cargo de presidente y primer ejecutivo de la compañía en abril de 2016. Previamente, fue consejero delegado de Vueling desde 2009, cuando la empresa se fusionó con Clickair, compañía que fundó Cruz en 2006. La decisión ha sorprendido a propios y extraños y solo puede entenderse, según fuentes del sector, Si Luis Gallego, CEO de IAG, quiere apostar por un cambio radicar que levante las cifras.
«La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) ha contratado a la consultora PwC para evaluar el plan presentado por Air Europa para acceder al Fondo de Solvencia de Empresas Estratégicas»
Peor están desde luego en Air Europa. La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) ha contratado a la consultora PwC para evaluar el plan presentado por Air Europa para acceder al Fondo de Solvencia de Empresas Estratégicas, que ha sido cuestionado por ser demasiado optimista en las previsiones que tiene la aerolínea para devolver los 400 millones de ayuda pública. La estructura financiera diseñada por la SEPI y Globalia para salvar a Air Europa podría dividirse en dos tramos. Esos tramos serán en un préstamo participativo (que alcanzará un total de 201 millones) y un crédito puro, en las condiciones preferentes que establezca en su caso el fondo de rescate. Este último tendrá una cuantía de 199 millones de euros. La operación necesitará del visto bueno eventual de Bruselas, si bien no parece que existan problemas a la vista dadas las ayudas que otros países europeos ya han dado a sus aerolíneas estratégicas. Las aerolíneas europeas obtuvieron un apoyo financiero directo de los gobiernos de más de 25.000 millones de euros tras el inicio de la crisis del coronavirus a principios de este año, según datos de Scope Ratings que asegura que la reducción de viajes y el aumento de la deuda ponen a prueba la escasa capacidad de generación de efectivo del sector aéreo europeo.