Cultura & Audiovisual / Equipo Lux
En los próximos días se ofrecerán distintos espectáculos de circo en las ciudades españolas. La renovación del género ha sido brutal en los últimos tiempos, donde ha quedado obsoleto el viejo circo con animales, o chirrían contenidos estereotipados superados, en un momento en el que el antiguo circo familiar se ha visto desplazado por la gran producción teatral-musical-acrobática. Al igual que le ocurre a la ópera, el circo de nuestros días integra disciplinas tan diferentes como la danza (con un papel cada vez más importante de la acrobática, tal y como está sucediendo en producciones de género lírico), gimnasia deportiva y artística, malabares, telas aéreas, música, video, diseño de decorados virtuales o materiales… Bajo un concepto general del espectáculo donde la dirección escénica cobra nuevo papel. Aspecto que apenas se valoraba en el circo de antaño, como tampoco en la ópera o la zarzuela.
“Cometa soy yo’ propone un espectáculo navideño sin estereotipos”
Perfordance se dedica desde hace años a la enseñanza, formación y creación de espectáculos basados en la danza, el circo y el teatro musical. Posee platós en la capital de España, y produce presentaciones y ‘shows’ tanto para espectáculos escénicos como para presentaciones de eventos y de productos y servicios. En 2018 produjeron ‘Gospel Circus’ al que siguieron en los años posteriores otros espectáculos navideños representados en el Circo Price, con el personaje de ‘Cometa’, una extraterrestre descarada y ‘choni’, interpretada por la actriz-bailarina-cantante-performer Carla Pulpón (‘Mapi’ en La 1). En esta ocasión su nueva producción salta directamente a una carpa de circo con ‘Cometa soy yo’, que estará hasta mediados de enero instalada junto al Palacio de Hielo de Madrid.
Lo primero que sorprende de este ‘show’ es su concepto absolutamente teatral (con acciones simultáneas que ocurren en paralelo dentro la pista y las gradas). A la vez que hay una total ausencia de cursilería o tono blandengue, tan habitual en espectáculos navideños, y hasta se ha huido de cualquier estética navideña convencional. Hay un espacio escénico de diseño muy actual y una gran pantalla que juega gran papel en la función. Donde la música es original y producida expresamente para el espectáculo.
Con tres personajes como hilo conductor tan poco convencionales para un circo navideño como una alcaldesa recién elegida en las urnas, de elevada altura (el actor Íñigo Sádaba, también responsable del diseño de vestuario de la producción), un marido cuya estatura apenas le llega a la cintura (Tomás Pozzi), y una ‘hija’ enloquecida y ‘extraterrestre’ (Carla Pulpón) con algo de ‘poligonera’ que está plenamente en escena, toca todos los palos, participa en números de ilusionismo y se sube a las alturas. El guión tiene alusiones de actualidad sin caer en el chascarrillo y da pie para el enloquecido lucimiento del trío cómico; que parece escrito por guionistas de monólogos, aunque se trate de una producción para todos los públicos. En la que los mayores encontrarán muchas claves repletas de ironía y ecos llenos de resonancias.
Sobre esa base general del hilo argumental se incluyen números excepcionales, entre ellos los de Sergio García y Miguel A. Guillén, con gran trabajo en aros humanos, ruedas y acrobacia; Juan Pereira (aro y ‘straps’), Danyzoo como verticalista, Susana Hernández, Miguel Gilosos en malabares, y Claudio Rossi en uno de los números más espectaculares de cuerda elástica sobre pista, donde es capaz de mantenerse sin caer al suelo e incluso saltar desde el aire mientras suenan las doce campanadas de Año Nuevo. A lo que hay que incluir una decena de bailarines bajo las dinámicas coreografías acrobáticas de Tony Leiva. Buena parte de quienes realizan los números han pasado por espectáculos como Cirque du Soleil, ‘The hole’, vienen de la danza contemporánea y española, o se formaron en el Centro de Alto Rendimiento de Barcelona, además de en la propia escuela de Perfordance, bajo la dirección de los también productores Anna y Carlos López Infante.
Aunque ya se parecía apuntar en otros espectáculos de años anteriores de la saga ‘Cometa’, se prescinde de elementos tan frecuentes en las producciones navideñas como la añoranza nostálgica, la estética pascual y los árboles de navidad. Aspectos que reman bajo el mismo viento de otros ‘shows’ bajo carpas que en los últimos años han estado entre nosotros con tirón comercial, y a la busca de un público distinto al convencional. No se echa en falta el presentador vestido de colorines ni al ‘clown’, cuando hay tres actores cómicos que representan a personajes histriónicos incluso con apelación a temas que están en las noticias, sin caer en oportunismo.
“La integración de disciplinas distintas da nueva vida a un género que ha sufrido un gran cambio en poco tiempo”
La renovación del género pone en evidencia la distancia en los tratamientos escénicos y en las estéticas de las nuevas formas de danza y circo, en un terreno con las más variadas bifurcaciones, del ‘show’ al cabaret, pasando por espacios muy diversos; algunos en principio tan poco relacionados como la zarzuela o la ópera. Cuestión que hace pensar en una evidencia como la que propone esta producción, en la que los participantes participan de disciplinas escénicas diversas a caballo entre lo artístico y lo atlético.
Lo peculiar de nuevas producciones es que se aplican contenidos típicos de cabaret a un espectáculo familiar, y que espectaculares números de circo aparecen integrados en una historia de características teatrales. Que puedan interesar a públicos diferentes, empezando por adolescentes y jóvenes, porque el concepto general del ‘show’ está dentro de una estética de hoy.