Cultura & Audiovisual / Equipo Lux
El nombre de Rodrigo Cortés (1973) sonará estos próximos meses muchas veces en los medios. El orensano aclimatado en Salamanca debutó en el cine con la original ‘Concursante’ (2007), que no tuvo el reconocimiento esperado del público, aunque llamó la atención. En 2010 movió uno de los guiones más singulares y no sólo de España: ‘Buried’ sobre un hombre enterrado con una intriga sostenida en una única situación. La historia recorrió antesalas y despachos sin que nadie le prestara atención, hasta que cayó en manos del productor Adrián Guerra, rodándose finalmente en inglés y con Ryan Reynolds de protagonista. Con los beneficios de las ventas al exterior, Guerra y Nuria Valls crearon en Barcelona la marca Nostromo, con cerca de veinte producciones hasta la fecha para cine y televisión, y una clara vocación internacional bajo una política de salida hacia el mercado exterior presente en todos y cada uno de sus trabajos. Además Nostromo produce teatro musical: ‘La jaula de las locas’, ‘La tienda de los horrores’, ‘Cantando bajo la lluvia’…
“Rodrigo Cortés es capaz de rodar las películas españolas más originales y vender una novela, ‘Los años extraordinarios”
Entre esos contenidos para cine hechos en inglés están las películas dirigidas por Rodrigo Cortés, concebidas como filmes de género con firma y personalidad de autor, en las que aparecen repartos de Hollywood, como ‘Luces rojas’ (2012), con Robert de Niro, Sigourney Weaver y Cillian Murphy, o ‘Blackwood’ (2018) con Uma Thurman.
La nueva, ‘El amor en su lugar’, tiene todas las papeletas para convertirse en una película de referencia para el cine español.
La historia de Cortés y del novelista alemán David Safier parte de un hecho real. En el invierno de 1942 más de 400.000 judíos fueron obligados a (mal)vivir entre los muros de un gheto creado en Varsovia por los nazis. Dentro de ese reducido perímetro, la vida trataba de ser reconstruida hasta donde fuera posible. Un hotel con un teatro, el Fémina, ofrecía una función de Jerzy Jurandot, un antiguo músico de ‘jazz band’ en línea con una comedia con canciones al estilo de los años 30.
Esa obra sirve de base a esta película, de la que se conserva el texto y la letra de las canciones, pero no las partituras. En torno a su representación bajo unas circunstancias tan especiales se desarrolla la historia argumental donde hay unas imprecisas relaciones de amor, y la inminencia de una fuga de dos personajes tras haber sobornado a quienes controlan la salida del espacio confinado.
El doble territorio, función y lo que ocurre en el teatro, proscenio y bambalinas, con la entrada de los nazis y un asesinato ante los ojos del público, está bien ensamblado dentro de la película, con un crescendo final donde aumenta la intensidad dramática y un desenlace resuelto con verdadera brillantez. Hay aspectos de esta producción que sorprenden más allá del eficaz reparto de actores daneses y británicos alternando el inglés con algún diálogo en ‘yidish’, por lo que habrá que recomendar la versión subtitulada. Como su narrativa, a base de largos planos secuencia rodados con singular elegancia y precisión, donde los actores se desenvuelven con gran seguridad. Increíble el trabajo de la dirección artística haciendo pasar escenarios creados en Cataluña los de la Varsovia de 1942 en una labor que con toda probabilidad la coloca en las puertas de los Goya, al igual que la música de Víctor Reyes (y del propio Cortés) con un estilo cercano al musical de entreguerras, y una canción que resuena y finalmente deja impactado al espectador en la secuencia final. Además de la fotografía de Rafael García, con una iluminación y un colorido tenue, amarronado, donde no aparecen tonos luminosos, que es otro de los alicientes.
“La película tiene posibilidades de premios y una buena carrera exterior”
Debe ser subrayado que en la producción de ‘El amor en su lugar’ aparezca sólo una televisión, la catalana TV3, con un sistema de financiación que ya estaba en otras producciones de Nostromo, como son las ventas el exterior de la mano entre otras de la distribuidora Lionsgate y las perspectivas puestas en el mercado foráneo donde la película tiene grandes posibilidades de explotación. Tener a Lionsgate de socio comercial es una oportunidad de oro, puesto que esta compañía canadiense-norteamericana es una de las primeras independientes del mercado de cine y televisión, y su nombre está detrás de títulos como ‘Crepúsculo’, ‘Los juegos del hambre’ o ‘La la land’. Mientras en España se encarga Acontracorriente, la distribuidora independiente nº 1 del país por su volumen comercial, de su explotación en las salas.
Junto a Amenábar y Bayona, Rodrigo Cortés destaca entre los directores españoles por su capacidad para rodar con medios y con un pulso en el relato que lo acerca a los grandes narradores del Hollywood clásico. Su referencia suena hoy por varios lados: es, junto a Paula Ortiz, Paco Plaza y Rodrigo Sorogoyen uno de los cuatro directores de ‘Historias para no dormir’ que produce Amazon y se verá en el futuro en Telecinco. Además, Cortés tiene una segunda novela en el mercado del libro, la original, divertida e irónica ‘Los años extraordinarios’, que está teniendo amplio reconocimiento. Otra de las capas de una personalidad multifacética a quien le ha llegado la hora de la proyección popular, y a quien con ‘El amor…’ se puede augurar una proyección exterior superior a la de sus películas anteriores.