Luis Carlos Ramírez
“El primer año de Legislatura concluye a golpe de exabruptos como “maniobras fascistoides”, “separatismo filoetarra” o incluso “golpismo mediático e institucional” que el diputado Rufián cree que practican hasta “los periodistas”. La agridulce despedida navideña de las Cortes –con Sánchez confinado– es un mal ejemplo para la atormentada ciudadanía, todavía en Estado de Alarma. El bronco debate parlamentario se alterna con los continuos enfrentamientos de los socios de Gobierno, que “radian” sus desavenencias”
Todos golpistas. Este parece ser el mantra instalado en el Parlamento en el primer año de legislatura, cuyos principales valedores no son otros que los extremismos de izquierda y derecha, escoltados por el independentismo que no duda en tildar de fascistas, golpistas o cómplices de subvertir el orden constitucional a todo lo que se mueve, incluida la clase periodística. La actividad legislativa avanza a golpe de exabruptos como “maniobras fascistoides”, “narcodictaduras”, “separatismo filoetarra”, “represión social-comunista”, o incluso “golpismo mediático e institucional“, que el diputado Rufián cree que ya no practican los militares y los tanques, sino “los periodistas y los digitales”.
Despedida con Sánchez confinado
La agridulce despedida navideña de las Cortes es un nuevo mal ejemplo para la ciudadanía atormentada por el confinamiento en unas fiestas que los expertos sanitarios pretenden restringir para evitar los contagios. El nefasto 2020 concluye nada menos que con 70.000 fallecidos, la cuarentena del presidente Sánchez tras su encuentro con Macron y el alejamiento del Rey emérito –“por la pandemia”– en Abu Dhabi, frustrando así su repatriación.
Las Cámaras finiquitan su actividad con el visto bueno del Senado a los Presupuestos (PGE 2021) que culminan el primer año del Gobierno de coalición de la democracia. Los últimos debates en el Congreso –a cuenta de la eutanasia, reforma del Poder Judicial y el Estado de Alarma– se asemeja a un Estado de la nación con reproches y desprecios entre bloques irreconciliables –a pesar de las felicitaciones de Navidad– que el peneuvista Aitor Esteban define como “purrusalda” argumental.
La “moral de victoria” de Sánchez le lleva a lanzar un mensaje de esperanza para los meses de mayo y junio en los que habrá 15 millones de españoles vacunados contra el Covid. El empeño del presidente es «pasar del sálvese quien pueda” a “no dejar a nadie atrás” con unos Presupuestos que apuntalan la economía cuya recuperación da por iniciada. Casado (PP) le reprocha presumir de una situación que deja miles de muertos con “una alarma de Estado» que asfixia libertades y beneficia a los independentistas y ‘abertzales’ que pretenden “destruir España«. Abascal (Vox) pide la convocatoria de elecciones para evitar el “deterioro de España” mientras “crece la miseria y la desesperanza» y Arrimadas (Ciudadanos) reprocha la falta de empatía de Sánchez ante la pandemia con críticas a la gestión gubernamental y unos socios que serán juzgados por su relación con ETA (Otegi) o sentenciados por sedición (Junqueras).
Echenique (UP) da por hecho estar “al final del túnel” con alabanzas a la “mayoría plurinacional” forjada por unas cuentas que los poderes económicos y mediáticos han combatido “por tierra, mar y aire” para evitar que su formación llegara al poder. Rufián (ERC) advierte de que “la izquierda no ganará por olas de nacionalismo, sino por la suma del golpismo y el fascismo”, mientras Aizpurua (Bildu) proclama su intención de conseguir la república vasca “más pronto que tarde” de la que no la apartarán ni los ataques “reaccionarios de jueces, militares, ultras o medios de comunicación del régimen».
Polvorín gubernamental
El bronco debate parlamentario se alterna con los continuos enfrentamientos de los socios del propio Ejecutivo. Si algo define la polémica aunque fructífera relación de las formaciones que lo integran (PSOE y Unidas Podemos), son las desavenencias que afectan al Consejo de Ministros cuyos integrantes no se recatan de airear en público el malestar por la deslealtad de la otra parte sobre las decisiones a tomar. En semejante situación, sólo es cuestión de tiempo que Sánchez tenga que imponer su autoridad para evitar el bochornoso espectáculo que cada día se produce a cuenta el rey emérito, salario mínimo, desahucios, inmigración, reforma laboral, semana de cuatro días, pensiones e incluso… los toros.
Las ‘penúltimas’ desavenencias se generan tras la intención del ministro Escrivá de aumentar el cómputo de la vida laboral a los últimos 35 años –en lugar de los 25 actuales– lo que enerva a la formación de Pablo Iglesias al considerar muy grave el recorte de las futuras pensiones a los trabajadores más desfavorecidos. Tampoco se salva el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que la ministra de Trabajo (Díaz) descarta congelar para 2021 con al menos una subida del 0,9%. El criterio de la vicepresidenta (Calviño) a la que Sánchez se ve obligado a respaldar es mantenerlo en los 950 euros y aparcar también el debate de la reforma laboral.
Montero, Iglesias y el rey emérito
La portavoz del Ejecutivo (Montero) afea la estrategia de Iglesias –con un “no seas cabezón”– por pregonar las diferencias cuando lo “normal” es debatirlas dentro del gabinete. La refriega de reproches del vicepresidente segundo se extiende a la crisis migratoria, corte de suministros a familias vulnerables y hasta la ofensiva contra Juan Carlos I, cuya inviolabilidad protegen PSOE, PP y Vox ante la estrategia de Podemos, ERC, JxCat, Bildu y Mas País de investigar su pasado y sus cuentas.
Lapidario
“El discurso racista y repugnante de una señora diputada pija y mala persona me produce vergüenza y náuseas”
Joan Baldoví. Portavoz de Compromís (a Rocío de Meer, de Vox).
Nombres propios

La ‘venganza’ contra Otegi
Para que nada falte en el ruedo parlamentario, hasta la repetición del juicio condenatorio del presidente de Bildu es puesta en solfa por los eventuales socios de Gobierno al considerarlo una “venganza de Estado”, lo que el Gobierno ve como una legítima decisión judicial tras el varapalo del Tribunal de Derechos Humanos de la UE por vulneración de imparcialidad. Ciudadanos reprocha los “caros votos” en los que se apoya el Ejecutivo de Sánchez y hasta al ministro Ábalos por considerar el hecho una cuestión “personal” de Arnaldo Otegi, tras haber sido condenado a seis años de prisión por pertenencia a organización terrorista y el intento de reconstruir la ilegalizada Batasuna.

La explosiva cocina de Villarejo
La comisión del ‘caso Kitchen’ se constituye esta semana –con presidencia del PSOE– y la duda de la comparecencia del comisario Villarejo, una “bomba explosiva” para algunos grupos de la Cámara. El objetivo es investigar la presunta operación orquestada desde el Ministerio de Interior para favorecer al PP en el espionaje a su antiguo tesorero. La mayoría de las formaciones pedirán comparecer a los máximos responsables políticos y policiales de los Gobiernos de Rajoy, la ex secretaria general ‘popular’ (Cospedal), el ex ministro (Fernández Díaz) y el ex secretario de Estado de Seguridad, (Francisco Martínez). Podemos no descarta citar al líder popular, Pablo Casado.