Sus Señorías / Luis Carlos Ramírez
La guerra de un Putin sanguinario pone en jaque a Occidente tras la mayor pandemia global, con el compromiso de Sanchez de defender la legalidad internacional. El Parlamento cierra filas con el presidente en espera de su comparecencia en el Congreso, mientras anuncia medidas para “mitigar” el impacto energético en la sociedad. La implosión interna del PP se zanja con un congreso que sustituirá a Casado por Feijóo y su abandono del escaño. El liderazgo de la vieja y nueva política (Diaz, Rivera, Iglesias) equipara egos, cainismo y mala gestión con castigo electoral.
Dos años después de una de las mayores pandemias sanitarias de la humanidad –430 millones de contagiados y casi seis de fallecidos–, Europa se ve envuelta en un nuevo conflicto bélico provocado por el mayor sátrapa contemporáneo desde Lenin, Stalin y Hitler. La planificada invasión y bombardeo de Ucrania por parte de Putin, genera la mayor preocupación de Occidente con protagonismo de España en tanto que miembro de la UE y la OTAN.
Nuestro Parlamento se pronunciará esta semana sobre la primera agresión injustificada en suelo europeo desde hace 80 años que destapa tambores bélicos. Es lo que faltaba a la vieja Europa tras dos grandes crisis económicas, una epidemia brutal y la proliferación de movimientos populistas. La guerra pone sordina, de momento, a una de las mayores crisis políticas hispanas que acaba con la defenestración del líder del Partido Popular.
Cierre de filas con el Gobierno
En espera de la comparecencia de Sánchez, que promete “defender la legalidad internacional” frente a Putin, la mayoría del arco parlamentario cierra filas con el Gobierno y rechaza la guerra de Rusia cuyas consecuencias políticas y económicas están por ver. El presidente anuncia también tomar cuantas medidas sean necesarias para “mitigar” el impacto energético en la sociedad. Su ministro de Exteriores, Albares, pide unidad y consenso a los partidos para enfrentar el “mayor desafío” bélico de la historia reciente; las ministras de Podemos (Diaz y Belarra) condenan sin paliativos la agresión, pero defienden las vías diplomáticas en el marco de la ONU, y la ministra portavoz, Rodríguez, recuerda que la unidad de acción del Gobierno sigue siendo “única».
También el PP reitera su respaldo al Ejecutivo y la rotunda condena al ataque, al tiempo que insiste en haber sido la primera fuerza en reclamar la presencia de Sánchez en la Cámara para informar de la crisis. Aunque no sea necesaria la autorización para el despliegue de aviones y buques en el Mar Negro al tratarse de misiones de la OTAN, cualquier otra acción si necesitará el aval parlamentario. Ciudadanos pide una respuesta coordinada y contundente a la agresión y se pone al servicio del presidente. El PNV rechaza el imperialismo ruso, solicitando gestionar el abastecimiento energético y las materias primas. Vox condena con igual contundencia el ataque militar, aunque pide retomar la diplomacia. Las disensiones oscilan entre la diletancia de Bildu, que “ni está con Rusia ni con la OTAN”, mientras que, para el representante de UP, Pissarello, la vía para la paz no es otra que la “movilización de las clases populares europeas”.
La implosión del PP sigue a la ‘nueva política’
En el panorama político, la convulsión del primer partido de la oposición cierra el efímero mandato de Casado de apenas tres años. Sólo ha bastado una década para que la deriva y liderazgo de la nueva y vieja política salten por los aires por los menguantes resultados electorales y la gestión interna. Tres de sus protagonistas, Rosa Díez, Albert Rivera y Pablo Iglesias sucumbieron por el hundimiento de sus respectivas formaciones y la errática actuación. El todavía dirigente ‘popular’, Pablo Casado, acaba dejando el escaño tras abrir su partido en canal y levantar la sospecha de corrupción en uno de sus territorios. Su agónica salida la resumen sus allegados con una frase lapidaria: “Además de hundido anímicamente, está fuera de la realidad”. Tras la ‘traición’ de sus barones, de su propia ejecutiva y las peticiones de dimisión de no pocos diputados, su grupo le despide con el aplauso unánime.
Mártires de su osadía y ambición, por el camino se quedaron también los líderes de Podemos, Ciudadanos y UPyD, valedora esta última de un centro gafado. Mas reciente, el todopoderoso y resiliente líder del PSOE, Pedro Sánchez, tuvo que pasar su particular vía crucis –con similar enfrentamiento interno– hasta conseguir auparse con tenacidad a la Presidencia del Gobierno. Nada que ver con el cainismo que hace cuatro décadas hizo caer al presidente Suárez tras la voladura de UCD, que paso de 168 a 11 escaños y catapultó al PSOE de González con 202 escaños.
De la era Casado a la de Feijóo
La efímera era de Casado en el PP termina de manera abrupta y comienza la de Feijóo, que ahora debe suturar las heridas internas y recuperar la confianza social. La batalla por superar el enfrentamiento y revertir el declive popular será mucho más ardua en tiempos convulsos para un partido dividido y con el ascenso imparable de su rival. Feijóo está dispuesto a pasar página de su periplo gallego –14 años de gestión con mayorías absolutas– para dedicarse de lleno al partido y evitar ser un ‘pato cojo’ en la oposición, sin apenas visibilidad en el Parlamento. La alternativa de aterrizar como senador apenas le daría oportunidad de confrontar con Sánchez una vez al mes. Tal hándicap le aboca a planificar una transición hasta su previsible ‘aclamación’ en un Congreso extraordinario –la primera semana de abril–, en el que se compromete a estar “a la altura de las circunstancias”.
Lapidario
«No merezco dimitir hoy, no he hecho nada malo. Os pido disculpas”.
Pablo Casado a sus barones tras convocar un congreso extraordinario.
Nombres Propios

Putin sanguinario
El dictador ruso y su siniestros servicios secretos son responsables de masacres y asesinatos inducidos contra periodistas, disidentes, opositores y antiguos espías perseguidos o envenenados dentro y fuera de su territorio. El envenenamiento del opositor Navalny es el último de una larga lista de ejecuciones desde hace veinte años, precedida por el exagente del antiguo KGB Litvinenko, la periodista Politkóvskaya, el diputado Yushenkov, la activista Estemírova, el exministro Nemtsov y el agente doble Skripal y su hija. Su estrategia intoxicadora le ha llevado a interferir también en procesos electorales de EE UU, apoyo a movimientos secesionistas y multitud de ataques cibernéticos.

Feijóo no quiere atajos
El futuro presidente in pectore del PP no quiere atajos para suceder a Casado por lo que espera ser elegido por la militancia en el Congreso extraordinario de abril. Hasta entonces, serán Cuca Gamarra (actual portavoz) y el eurodiputado González Pons los encargados de pilotar la transición. El nuevo líder ‘popular’ planifica una amplia ejecutiva de integración con todas las ‘sensibilidades’ territoriales y el cambio de dirección en los grupos del Congreso y Senado. Los nombramientos deberían ser aprobados por la Junta Directiva y el Comité Nacional. El también secretario general deberá elegirse entre los miembros de la candidatura de Pablo Casado en 2018.