Con Derecho a Réplica / Rafael Ordovás Gómez-Jordana. Consejero Delegado de Eurocofín. ■
La confianza de los consumidores anotó su segundo ascenso mensual durante el mes de mayo, aunque se encuentra muy por debajo de los niveles marcados hace un año y los del mes de febrero, que registraron los máximos de este año 2022. Los consumidores llevan dos meses de recuperación de la confianza, tras la brusca caída del mes de marzo. Esta situación de ligero optimismo contrasta con la percepción que existe en las grandes empresas, muy preocupadas por la amenaza que supone la elevada inflación para el futuro del sector.
Durante el mes de mayo, el índice de confianza del consumidor anotó un avance de 1,4 puntos, hasta situarse en los 76,0 puntos, que son 13 menos que el nivel de 89,0 puntos de mayo de 2021 y 13,9 puntos por debajo de la cota de febrero de este año, cuando se alcanzó el máximo en 89,8 puntos. El índice de la situación actual también recupera terreno por segundo mes consecutivo. Avanza 5 puntos, hasta los 66,1 puntos y se suma a los 11,6 puntos que subió en abril.
Tanto el ICC, como los propios índices de situación actual y de expectativas, pueden tomar valores que oscilan entre 0 y 200. Por encima de 100, indica una percepción positiva de los consumidores y por debajo de 100 una percepción negativa.
Por lo que se refiere al Índice de Expectativas, éste mostró un comportamiento negativo en mayo, con una caída de 4,1 puntos, hasta situarse en 85,9 puntos. Este indicador se encuentra también muy lejos del nivel de 115,5 puntos de mayo del pasado año, así como de los 98,6 puntos de febrero de este año.
Este retroceso del índice se debe a la evolución de sus tres componentes: la valoración de la evolución de la economía en el futuro inmediato alcanza los 75 puntos, lo que representa 2,2 puntos por debajo del mes de abril, la valoración del futuro del mercado de trabajo baja este mes de mayo hasta los 88,1 puntos, perdiendo 4,3 puntos respecto al mes anterior y la valoración de la futura situación de los hogares se mantiene en los 94,5 puntos.
Caída de marzo
Pese al gran ascenso del ICC en el mes de abril y el ligero incremento de este mes, todavía no se han recuperado los valores anteriores a la gran caída de marzo. Concretamente, el ICC de este mes de mayo se sitúa 13,8 puntos por debajo del dato del mes de febrero, el Índice de Situación actual es de 14,8 puntos menos y el Índice de Expectativas tiene un descenso de 12,7 puntos respecto a febrero de este año.
La evolución de las expectativas en relación con los precios, los tipos de interés, las posibilidades de ahorro de los hogares y la compra de bienes duraderos, muestra un desarrollo coherente con las pautas y los datos de los índices comentados hasta ahora. En términos mensuales, se observa un leve aumento en las expectativas de ahorro de 0,6 puntos respecto al mes anterior, un ascenso de 1,1 puntos en las expectativas de consumo, una subida de 6,3 puntos en las expectativas sobre un futuro aumento de los tipos de interés y un incremento mayor en los temores de inflación, que aumentan 7,1 puntos respecto al mes de abril.
Preocupación
El optimismo con el que los consumidores afrontan la situación económica actual contrasta con la percepción que registran las cadenas de distribución, en las que se constata el fuerte impacto que está teniendo la elevada inflación sobre los hogares. El alza de los precios que se desató hace unos meses, por el exceso de dinero en los circuitos económicos mundiales, se agravó fuertemente con operación bélica de Rusia en Ucrania. La crisis de precios de los alimentos se ha acrecentado, al tiempo que se iniciaba un encarecimiento de los productos energéticos.
La inflación ha conducido a una caída del 1,3% las ventas de las empresas de distribución. Este retroceso se ha visto maquillado por un alza del 4,6% en la facturación. Un informe de la consultora NielsenlQ pronostica un crecimiento del 3,7% en la facturación para final de año.
Con todo, la subida de los precios genera una importante incertidumbre de cara al segundo semestre del año según diversas fuentes.
Como sucede en épocas de crisis, las marcas blancas han registrado un fuerte avance del 11,8%. Las conocidas con el nombre de marcas de la distribución suponen ya el 43% de las compras, frente al 57% de productos con nombre propio de fabricantes.
Los consumidores vuelven a simplificar su cesta de la compra, con una disminución de la preferencia por los productos nuevos. Más de la mitad de los compradores muestra su preferencia por los productos básicos, mientras se dedica una menor atención a las novedades del mercado.
La inflación y la subida de precios han generado cambios en el comportamiento de la demanda. El 70 % de los compradores se fija más que antes en los precios y las promociones, lo que supone un crecimiento de 10 puntos respecto a los datos del año pasado, según este estudio, según datos de un informe de Aecoc, la Asociación de Fabricantes y Distribuidores.
Los índices se recuperan de la gran caída de marzo, pero se encuentran muy lejos de los niveles de mayo del año pasado
Cuatro de cada diez españoles tienen previsto incrementar su gasto durante este verano respecto al anterior. El 59 % de los clientes planea salir en sus vacaciones veraniegas: el 75 % hará turismo por España, el 27 % irá a su segunda residencia y un 19 % viajará al extranjero, asegura Aecoc. Existe el convencimiento de que tras «la buena campaña de Semana Santa«, habrá también «un verano positivo«.
Los sectores más castigados durante la pandemia, como el de la restauración y el de las perfumerías, están saliendo del pozo en que se situaron durante el Covid. El primero acumula un crecimiento del 77 % en este año y el segundo, de un 16 %. Así lo ratifica el informe de Nielsen.
El 87,5 % de los distribuidores indica que el impacto de la guerra en Ucrania sobre las materias primas constituye el principal desafío para el segundo semestre del año, según un barómetro presentado recientemente por Aecoc.
Las roturas en la cadena de suministro constituyen una segunda amenaza para el sector tras la inflación. Los cambios de hábitos que se puedan producir en los consumidores y la contracción de la demanda suponen más amenazas para el sector.
Los propios comerciantes advierten sobre la situación de incertidumbre actual. El 56 % de estos espera un 2022 de crecimiento para el sector del gran consumo, mientras que el 31 % cree que los resultados se estancarán y el 7% prevé un decrecimiento.
El 37,5 % de los establecimientos de distribución prevé un cierre del primer semestre por encima de sus objetivos. La mayoría proyecta un crecimiento de su facturación de entre el 1 % y el 3 % en 2022-, con el mismo porcentaje que espera estar en línea con las metas marcadas y un 25 % que cree que estará por debajo.