Sus Señorías / Luis Carlos Ramírez
«Las mociones de censura en tres comunidades desata la caja de los truenos del ya convulso panorama político con la convocatoria de elecciones en Madrid y el órdago del vicepresidente Iglesias para dejar el Gobierno y salvar a la izquierda. Tan maquiavélico envite sirve para tensionar a los partidos, con acusaciones de “transfuguismo o compra de votos”, y proclamas de “comunismo o libertad” y “fascismo o democracia”. El gafado centro político de Ciudadanos y Arrimadas lleva camino de la extinción con fuga de cuadros y acusaciones de inducción a la censura”
La hispana afición por las mociones de censura –en este caso fallida en el histórico cantón murciano que en el siglo XIX llego a proclamarse república independiente– desatan la caja de los truenos del ya agitado y convulso panorama político, al que siguen la convocatoria de elecciones en Madrid –con otra censura pendiente en Castilla y León– junto al órdago de Pablo Iglesias de abandonar el Gobierno de coalición para salvar la honra y la debacle de su formación en la comunidad madrileña. La estrategia del todavía vicepresidente es presentarse cual nuevo Cid Campeador para salvar a la izquierda en la batalla del machadiano rompeolas de todas las Españas. Tan precipitada insensatez –con secretismo y despedida a la francesa– provoca el enésimo cataclismo de la política nacional cuyo enfrentamiento, radicalidad y descrédito de instituciones tiene poco parangón en la reciente historia de la democracia.
La política española tiene ya tal grado de cainismo y tensión que sus actores logran situarla al borde del paroxismo con proclamas como ‘comunismo o libertad’ o ‘fascismo o democracia’, y acusaciones de “corrupción, transfuguismo o compra de votos”. La hornada de jóvenes gobernantes que hoy rigen los destinos del país debería reflexionar sobre las consecuencias de tal deriva que ha llevado a la inestabilidad institucional y la fragilidad del Gobierno de la nación.
Centro gafado
El extremismo a derecha e izquierda, impregnado por el populismo radical que protagonizan Podemos y Vox, más la cainita relación del bipartidismo PSOE-PP, y la deriva independista de Cataluña perpetúan el caldo de cultivo perfecto en la creciente desafección ciudadana. Para colmo, el gafado centro político que Arrimadas y Ciudadanos llevan camino de la extinción multiplica la estela de fracasos sonados desde la Transición por formaciones como UCD y CDS (lideradas por Suárez), la desastrosa ‘operación Reformista’ de Roca (PRC), o la UPyD de triste recuerdo abanderada por Rosa Díez. La profunda crisis de Cs se salda con mínima autocrítica de su líder, defenestración de sus dos vicesecretarios, la repesca de barones y desbandada de parlamentarios críticos. El PP ficha a cargos locales y provinciales de su rival en Cataluña, Valencia y Madrid con acusaciones de compra de tránsfugas.
Alivio socialista y exigencia de Casado
El maquiavélico envite de Iglesias, lejos de poner contra las cuerdas a su socio y mentor Pedro Sánchez, sirve para cohesionar el maltrecho Ejecutivo de coalición, en el que el vicepresidente ‘designa’ como sucesora a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz –además de futura líder de Podemos– por debajo de la titular de Economía, Nadia Calviño, y el ascenso de la secretaria de Estado de Agenda 2030, Ione Belarra, autora de las mayores críticas a Margarita Robles y Teresa Ribera. El hartazgo de los ministros socialistas con Iglesias era de tal calibre que estallaron con un “¡que se vaya!” al conocer su espantada gubernamental. La estrategia de convertir la vida política en un ‘juego de tronos’ televisivo la zanjan advirtiendo de que su salida del Gobierno la van a “aprovechar”. La oposición lo despide tildándolo de “vago”, “inmaduro” e “inestable”. Mientras Sánchez descarta un adelanto electoral recordando su compromiso de agotar la legislatura y gobernar “hasta 2023″, Casado aprovecha para exigir una remodelación completa del Ejecutivo, reduciendo el número de ministros, vicepresidencias y el gasto de uno de los gobiernos más numerosos de Europa.
Portazo de Errejón
El partido de Errejón rechaza la candidatura conjunta con Iglesias en Madrid sobre la que Mónica García, cabeza de lista de la formación, advierte al futuro candidato de Podemos y rival: “Las mujeres estamos cansadas de hacer el trabajo sucio para que en los momentos históricos nos pidan que nos apartemos”. La ‘batalla de Madrid’ comienza con acusaciones mutuas de traición, transfuguismo y corrupción.
Indultos, amnistía y ‘caso Kitchen’
Podemos sopesa apoyar la ley de amnistía a los condenados por el ‘procés’ presentada por ERC, Junts, la CUP y PDeCAT, cual “borrón y cuenta nueva” de la “solución política” para Cataluña. El PSOE reitera que la amnistía no tiene cabida en la Constitución por lo que votará en contra. El Gobierno no oculta que la vía para superar los escollos del soberanismo es la del indulto que el ministro de Justicia (Juan Carlos Campo) prepara junto a la reforma del delito de sedición, aunque su aprobación se pospondrá al proceso electoral de la comunidad madrileña.
El extesorero del PP señala en la comisión del ‘caso Kitchen’ que el “operativo” destinado a sustraerle información sensible sobre la ‘caja B’ de la formación podría partir del expresidente Rajoy. Bárcenas se considera el «más interesado» en «saber» si la antigua cúpula ‘popular’ con el ex residente del Gobierno y el Ministerio del Interior «organizaron el robo de documentación delicada» que él custodiada, y el «secuestro» de su familia. El extesorero se acoge a su «derecho a no declarar» esgrimiendo el «carácter reservado» de las actuaciones judiciales.
Lapidario
«Las mujeres estamos cansadas de hacer el trabajo sucio para que en momentos históricos nos pidan apartarnos»
Mónica García, candidata de Más Madrid a la Comunidad.
Nombres Propios

Díaz, batalladora, dialogante y comunista
El talante de la vicepresidenta tercera del Gobierno y futura líder de Podemos dista mucho de la imagen de su mentor, a la que empresarios y sindicatos reconocen un papel dialogante y negociador para llegar a acuerdos. Yolanda Díaz, de dilatado rodaje como abogada laboralista y en el Parlamento gallego, presume de militancia comunista en la formación que la dio a conocer. En su nuevo cargo deberá conciliar las relaciones –críticas– con su compañera de Gabinete y vicepresidenta económica, Nadia Calviño, además del ministro Escrivá. Díaz ha conseguido entrar en la terna de ministros mejor valorados junto a Robles e Illa, hoy en Cataluña.

Soledad de Arrimadas
El enroque de Arrimadas tras las críticas internas y desbandada de militantes y cuadros deja a la presidenta de Ciudadanos en extrema situación con peligroso declive incluso en la comunidad de Madrid. La profunda catarsis se salda con mínima autocrítica, defenestración de dos vicesecretarios, repesca de “barones” como Villacís, Aguado y Marín y el abandono de senadores (Argüeso y Goñi) y otros dos diputados (Cambronero y Martin) por la “deriva sanchista” de la formación. Mientras la sucesora de Albert Rivera lucha por evitar la desaparición del partido centrista, sus críticos la acusan de impulsar una moción de censura, en secreto, contra la presidenta Díaz Ayuso.