Sus Señorías / Luis Carlos Ramírez ■
Dos parlamentarios periféricos experimentados, Guasp y Vázquez, pilotarán el partido naranja en su travesía del desierto hasta mayo para evitar la desaparición del cuarto partido de centro en España. La sombra de Arrimadas se mantiene como portavoz en el Congreso. Sánchez escenifica la unidad socialista en el inusual conclave PSOE-Gobierno –incluidos los ministros sin carné– con la vista puesta en las encuestas y la minicrisis del gabinete por la salida de Maroto y Darias. El ministro Bolaños descarta un posible adelanto electoral. La reforma penal provoca la revisión de condenas a los indultados del ‘procés’, además de a los sentenciados por corrupción.
Casi dos décadas después de la fundación del partido centrista en Cataluña –como rechazo al ‘nacionalismo obligatorio’– la formación de Albert Rivera, Francesc Carreras y Arcadi Espada culmina su tormentosa refundación liderada por la coordinadora de Baleares, Patricia Guasp, y el eurodiputado Adrián Vázquez. La renovación de cargos y de ideas dirá si revierte su imparable caída electoral en las elecciones de mayo. El objetivo es evitar convertirse en la cuarta formación de centro desaparecida en democracia tras el fracaso de la histórica UCD de Suárez, el Partido Reformista de Miquel Roca y la UPyD de Rosa Díez. La cualificación de cuadros de la formación liberal –Garicano, Conthe, De la Torre, Bal– no ha impedido dilapidar hasta cuatro millones de votos y 57 diputados por sus vaivenes y errores de estrategia.
Está por ver si la nueva dirección nacional consigue retomar las esencias que llevaron al partido naranja a conseguir 100 alcaldías y 2.600 concejales, e incluso estar a punto de cogobernar, o entierra el arma de la equidistancia como grupo bisagra. De momento, Cs aleja el peligro de división con una integración más que forzada entre ‘rivales’ como Arrimadas y Bal. La estrategia es mantener a la hasta ahora dirigente como portavoz en el Congreso con el recelo de la mayoría de su grupo parlamentario.
La apuesta de Guasp y Vázquez pasa por conformar una red municipalista de cara a las urnas de mayo (autonómicas y locales) sin repetir al error de prefijar ‘socios preferentes‘ y alianzas territoriales con el PP. Frente al tradicional ‘centro reformista’, el ‘liberalismo progresista’ de Bal apuesta por acuerdos con el PSOE para evitar la etiqueta de ‘partido de derechas’ que ha hundido la intención de voto del 10% a apenas un 2%.
Pistoletazo socialista, sin adelanto electoral
En las filas socialistas se ve con preocupación la deriva de las encuestas a la baja como consecuencia de las polémicas reformas del Código Penal que beneficiarán a los condenados e indultados del ‘procés’ y la posibilidad de presentarse a las próximas convocatorias electorales al reducirse su inhabilitación. El ministro Bolaños ve ‘lógico’ que los procesados pidan su absolución, mientras descarta un posible adelanto electoral –insinuado por un sector de Podemos–, convencido de la transcendencia de 2023 para “seguir avanzando o retroceder con un gobierno de derecha y ultraderecha”.
Lo que sí evalúa Sanchez es el momento de hacer la minicrisis del gabinete con la sustitución de las ministras Darias y Maroto, candidatas a las alcaldías de Las Palmas y Madrid. Sus sustitutos deberán ponerse al día en los contenidos de sus respectivos ministerios, antes de que España asuma la presidencia europea de turno el 1 de julio.
El PSOE deja en manos de la ministra María Jesús Montero y su secretario de Organización, Santos Cerdán, la coordinación de la intensa campaña electoral. La portavoz de la Ejecutiva, Pilar Alegría, advierte de que el partido mayoritario “va a por todas las plazas, ciudades y municipios”, sin renunciar a ningún territorio. El inusual cónclave federal de su ejecutiva, junto a los 17 ministros socialistas –incluidos los que no tienen carné– impulsa la ‘unidad’ como principal reclamo para engrasar la maquinaria partido-gobierno.
Los barones están más decididos que nunca a soslayar las consecuencias del independentismo en sus respectivos territorios. El manchego García-Page blande de nuevo la espada, esta vez contra la Ley de Universidades del ministro Subirats por imponer la ideología en los claustros. El valenciano Ximo Puig se rebela contra la ministra Ribera por el recorte del trasvase Tajo-Segura que ve “desleal e ilegal”.
Los posos de la sedición
Las reformas de la sedición y malversación provocan las primeras consecuencias con la previsible revisión de penas para los condenados del ‘procés’, además de los sentenciados por corrupción. El magistrado Llarena retira el primer delito al expresidente Puigdemont, aunque mantiene su procesamiento por apropiación indebida con hasta ocho años de cárcel. También emite nueva orden de captura junto a los exconsejeros Comín y Puig por desobediencia. Cuixart y el resto de condenados de Junts (Turull, Rull y Forn) no piden revisión de penas. Rovira y la eurodiputada Ponsatí, ya pueden regresar a España. El Gobierno insiste en que la reforma no beneficiará a los corruptos, mientras la oposición (PP y Vox) la consideran una ‘traición’.
Mayoría progresista en el Constitucional
La mayoría progresista se reparte el control absoluto del Tribunal Constitucional tras una década de mandato conservador y el bloqueo de una renovación que ha erosionado su reputación. La elección de magistrados de la órbita del Gobierno y de la oposición deja en entredicho la reputación del alto tribunal, que se resiste a excluir exministros y cargos políticos a pesar de su cualificación. Su nuevo presidente, Conde-Pumpido, afronta el reto de devolver el prestigio a la institución y advierte de que la Constitución no permite “ni la secesión, ni la independencia, ni la autodeterminación”.
Lapidario
“Sumar es la clave para un década progresista, si no sumamos va a llegar la barbarie”
Yolanda Díaz, impulsora del nuevo movimiento.
Nombres Propios
Arrogancia y discriminación del PNV

La formación que ha gobernado el País Vasco desde 1980 –salvo tres años del PSE– es vista como arrogante, el partido del “amiguismo”, “autocomplaciente”, “pasado de moda”, “masculinizado” y “alejado de las clases bajas”, según un estudio llevado a cabo por asociaciones, expertos y colectivos ajenos a la militancia. Su presidente, Andoni Ortuzar, reconoce también una “cierta arrogancia” que incita a erradicar. Con semejante estereotipo no es de extrañar que la administración convoque oposiciones donde el euskera equivale a la suma de un doctorado, un posgrado y hablar inglés y alemán. La Constitución ‘protege’ las lenguas, pero no ampara la discriminación.
Conde-Pumpido preside el TC

El magistrado Conde-Pumpido presidirá un tribunal de mayoría progresista –siete frente a cuatro conservadores– hasta 2025, que debe resolver más de una decena de recursos sobre el aborto, educación, eutanasia, recorte de competencias del Poder Judicial o la ley del sólo sí es sí. Sólo la formación de Abascal, además del PP, ha presentado medio centenar de recursos de inconstitucionalidad. El último, de la Comunidad de Madrid, recusa el impuesto a las grandes fortunas ya vigente. El renovado TC rompe la norma –no escrita– de elegir un vicepresidente de sensibilidad contraria a la mayoría, nombramiento que recae en la jurista Inmaculada Montalbán.