Cayetana Álvarez de Toledo, 47 años. Púrpura, el color de la aristocracia.
«Teodoro ‘Profident’ le ha revelado a Susanna Griso, pareja actual de Joaco, mi ex, que para evitar la amenaza socialcomunista acepté ser ministra en un hipotético gobierno de concentración con el PSOE. ¿Exteriores? Por qué no. Soy la única a quien Boris o Emmanuel cogerían el teléfono sin barreras idiomáticas ¿Debo desmentirlo o confirmarlo? Me dice José Mari que lo ignore: “Frente a la revancha por tu libro, el silencio altivo”.
“Cayetana: Dudo si consultar a John Elliot en Oxford. Está muy mayor y me recomendó hace años que no me metiera en política, pues yo estaba muy por encima de ella. Tenía razón”
Luis María Anson me llamó “la inteligencia rubia del PP”. Le faltó añadir que ‘blondes are not necessarily dumb‘. ¡Periodistas! Vienen a entrevistarte y fingen recibir una llamada en el móvil, para buscar en Google quién es Michael Ignatieff. ¡Y qué manía de preguntarme siempre por Ayuso!
Dudo si consultar a John Elliot en Oxford. Está muy mayor y me recomendó hace años que no me metiera en política, pues yo estaba muy por encima de ella. Tenía razón. ¿Debería haberlo hecho en Argentina? Aquello es un quilombo populista. ¿En Gran Bretaña? Mi acento predominante no me habría ayudado. Elegí ser española. Algo que sólo está al alcance de los elegidos, valga la redundancia.
Los de Vox llevan tiempo tirándome los tejos. Santiago Abascal cree que encajo en su proyecto nacionalista. Craso error. Me dejaré querer. Cuando Pablo Casado me nombró portavoz del partido, le avisé de que sería exclusivamente vocera de mí misma. Lo he cumplido a rajatabla.
Quizás ejerza mi calidad de ciudadana del mundo. Viajaré y ampliaré horizontes, si ello es posible. No creo que Arcadi pueda acompañarme. ¿Rumores sobre nuestra relación? Que sigan hablando de ‘amigo especial’. Me ha ayudado mucho con ‘Políticamente indeseable’. Es una excepción brillante en este ámbito cultural dominado por las izquierdas, contra lo cual he luchado con denuedo».
Isabel Díaz Ayuso, 43 años. Azul, el color del conservadurismo.
«Tal como me aconseja Miguel Ángel, seguiré negando mis diferencias con Pablo y afirmando mi disciplina de partido. Mientras tanto, intentaremos acortar los plazos hasta Moncloa. No es fácil cuando eres la única triunfadora que puede plantarle cara a Pedro con posibilidad de éxito.
“Isabel: Esperanza me aconseja que, mientras tanto, me fije metas accesibles para calmar la impaciencia, y me prepare a soportar el lanzallamas amigo”
Esperanza me aconseja que, mientras tanto, me fije metas accesibles para calmar la impaciencia, y me prepare a soportar el lanzallamas amigo. He perdido diez kilos en unas semanas. Me vi fatal en chándal corriendo a duras penas por la Comunidad de Madrid. La estrategia de comunicación sigue funcionando de maravilla. Aprovecho el programa de Bertín, en el casoplón de MAR, para asegurar que estoy volviendo al catolicismo, con el fin de asegurar el voto de los ‘chupacirios’.
Es complejo combinar el ‘glamour’ del estilismo (y eso que he conseguido ampliar espacio para la ropa, porque en el apartamento de Chamberí no me caben los trapos limpios), con el descaro de la chica que sigue yendo a Sotillo de la Adrada, a quien gustan los novios sencillos y ‘fofisanos’, tipo Russel Crowe. Que me hacen reír mientras tomamos el bocata de calamares con las cervecitas. Bueno, eso no, que estoy a dieta.
Parece que a Cayetana le quedan dos telediarios. No lamentaré su pérdida. La verdad es que me intimida con ese aire de superioridad. Como decía mi abuela, parece que está oliendo el culo a una sardina. De momento me viene bien que incordie a Pablo y a Teodoro».
Yolanda Díaz Pérez, 50 años. Rojo, el color del izquierdismo.
«Iván Redondo pronostica en Antena 3 que seré presidenta del Gobierno. Está muy desubicado desde que lo cesaron. Querrá que le contrate. Me van poco esos rollos del ‘relato’, aunque Pablo me echó una buena mano en las elecciones gallegas de 2012.
“Yolanda: Aquellos tiempos de Esquerda Unida, Alternativa Galega, En Marea, Podemos… Un sinvivir. Qué remedio. Habrá que seguir intentándolo”
‘Tú sigue sonriendo y vistiendo mona’, me dice la gente de confianza. Cuesta cumplirlo, días tras día, cuando te peleas con Nadia en los consejo de ministros, sumas reuniones tirantes con Antonio Garamendi, y montas un nuevo ‘Frente Amplio’. Lo de Partido Comunista, que sería lo suyo, continúa dando miedo y provocando agresividad.
Llevo años con la dichosa sopa de letras, intentando convencer a los más díscolos para sumar. Aquellos tiempos de Esquerda Unida, Alternativa Galega, En Marea, Podemos… Un sinvivir. Qué remedio. Habrá que seguir intentándolo, incluso con Íñigo, que va a lo suyo hasta que le hagan ministro y se vengue de Iglesias.
Los eventos con Ada, Mónica, Jessica y las demás chicas, muestra de empoderamiento pero fatigosos. Siempre te quedan dudas sobre quienes se apuntarán al final o seguirán a su bola. Qué ganas tengo de irme unos días a Coruña para aburrirme un poco con la familia, en el buen sentido del materialismo dialéctico».