Cultura & Audiovisual / Equipo Lux
Estos días llega a los cines el largometraje documental ‘Aztarnak»/ ‘Huellas’, segunda película de la directora vasca Maru Solares, que se estrenó en la clausura de la sección Zinemira del pasado Festival de San Sebastián. Una producción hablada tanto en euskera (subtitulado) como en castellano, con distintos testimonios sobre un hecho cotidiano pero no suficientemente analizado: el parto, los momentos iniciales de la vida, las primeras semanas y meses de niños y niñas, la cercanía y las relaciones de madres y padres en esa etapa, y la forma cómo aquellas sensaciones latentes pueden dejar huellas a lo largo de la vida y muchas décadas más tarde; aunque se carezca de conciencia sobre ese tiempo.
“La película de Maru Solares estrenada en el pasado Festival de San Sebastián ha sido cofinanciada por diversas entidades, entre ellas la Kutxa y el ‘crowdfunding”
Varias producciones españolas para cine y televisión se ocupan estos últimos tiempos de distintas formas de maternidad. Desde ‘Ama'(Julia de Paz), donde se plantea una forma poco ortodoxa de asumir ese hecho, a la serie ‘Madre. Amor y vida’ (Aitor Gabilondo y Joan Barbero, en su cuarta temporada), pasando por la última de Almodóvar, ‘Madres paralelas’. También las madres son eje central de este largometraje documental, pero los verdaderos protagonistas son niños y niñas en sus primeros meses de vida. Un acierto de ‘Aztarnak’/’Huellas’ es que se escucha permanentemente la voz y opinión de los padres, asumiendo que la etapa de crianza y de educación corresponde por igual a madres y padres. La película empieza por los cursos de preparación para el parto, las distintas formas de parir, desde las más naturales a las que se realizan en el agua, siguiendo por las etapas más avanzadas en el desarrollo de sus criaturas…
No se trata de un documental científico o académico dirigido hacia una minoría especializada, sino al gran público, al que se lanzan diversas cuestiones y preguntas: ¿qué influencia puede tener en el desarrollo posterior la forma de parto? ¿Niños y niñas son capaces de percibir a largo plazo situaciones de tensión, estrés, incomodidad, agresividad, problemas, frustraciones de sus madres o padres? ¿Es posible que cuatro o cinco décadas más tarde esos ‘recuerdos’ puedan pervivir en la identidad de los que ya son adultos?
Junto al testimonio de madres (y padres), el de expertos en diversas disciplinas que expresan sus puntos de vista sobre esa inquietante posibilidad sugerida en la tesis de la película: la pervivencia en algún lugar del cerebro de los ‘recuerdos’ latentes de las primeras semanas de vida. Maru Solares, que estudió en la Escuela de Cine y Vídeo de Andoaín y en la DFFB (Academia Alemana de Cine y TV. de Berlín) y rodó en 2012 su primer largo, ‘Camera obscura’, presentado entre otros al Festival de Valladolid, describe de esta manera el planteamiento inicial de su proyecto: «Cuando quedé embarazada de mi hija sentí que muchas cosas no cuadraban a mi alrededor. Siempre había sentido miedo al parto y pensaba que lo mejor sería que la anestesiaran a una en ese momento y le sacaran el niño así, sin dolor, de la manera más fácil posible. Sin embargo, al quedarme embarazada esto cambió. Empecé a sentir y plantearme que si mi cuerpo era capaz de sentir a un ser humano durante nueve meses, a formar un ser humano a partir de dos células nada más, ¿cómo no iba a ser capaz de traerlo al mundo?: la naturaleza tendría algo preparado, ¿no?. ¿Las huellas de la infancia son para siempre?, ¿se transforman con el tiempo? Y si es así, ¿cómo?, ¿qué podemos hacer?, ¿cómo podemos trabajar con ellas?».
El envoltorio general del relato se articula en torno a un paisaje de litoral, roca y mar aportando una característica física al testimonio de padres y expertos, al que hay que unir el de la directora entrevistando a su propia madre en torno a las características de su parto. La propuesta temática de esta película deja una pregunta inquietante en la mente del espectador: ¿permanecen para siempre en el ser humano las sensaciones vividas en los primeros momentos del nacimiento, aunque se carezca de memoria para recordarlas?
“Plantea diversas preguntas: ¿de qué manera influye el parto en el futuro ser humano?, ¿es cierto que cuatro o cinco décadas después sigue habiendo recuerdos latentes o sensaciones sobre los primeros meses de vida?
Entre los datos a subrayar de este documental está el uso del lenguaje inclusivo de expertos y testimonios a cámara. Así como la singularidad de su variada financiación, entre la que se encuentra la Fundación Kutxa y el ‘crowdfunding’ a través de distintas personas que han querido colaborar en el proyecto. La película tiene un ritmo pausado, sostenido, sin grandes efectos, aunque no llega a aburrir y sugiere al espectador diversas ideas que se escuchan y discuten en la propia puerta de salida, generando controversia y opiniones cruzadas.
Es posible que ‘Aztarnak»/’Huellas’ aparezca entre las finalistas del Goya al mejor largometraje documental. El orden de lenguaje del relato, carente de tensión, rema a favor del contenido, donde se carece de aristas y no hay subrayados dramáticos. Es un acierto haber evitado el efectismo tanto en el montaje distendido como en la banda sonora donde los ruidos de la naturaleza no son eclipsados por la música.