Cultura & Audiovisual / Equipo Lux
Las elecciones madrileñas del 4-M alcanzan interés mediático y político muy por encima de su territorio. Cuando aún no se ha iniciado oficialmente la campaña electoral se suceden los golpes de efecto, y la polémica ronda lo que puede ser el encuentro-cumbre: un debate electoral en el que se juega a ‘todo o nada’. Isabel Díaz Ayuso, presidenta en funciones, candidata del PP, quien disolvió la Asamblea para celebrar elecciones adelantándose a una moción de censura de la izquierda junto a Ciudadanos, contó con estimaciones de voto muy favorables para atreverse a dar el paso.
Ella es un personaje esencialmente mediático, con gran facilidad para dar titulares, sean sensatos o extravagantes, y su dominio del escenario de las televisiones y programas es arrollador. A lo largo de las sucesivas crisis, de ‘Filomena’ a coronavirus, Ayuso se ha paseado por los estudios con una pasmosa facilidad. Ha sido la única entrevistada en el por ahora aparcado autobús transparente de María Teresa Campos, cuya audiencia fue tibia; pero ha pasado por casi todos los platós de televisión y programas de radio. Para su influyente director de gabinete e inspirador, Miguel Ángel Rodríguez, la presencia de una imagen permanente en los medios es decisiva para su conquista del poder, de momento autonómico y ya veremos si en el futuro, también estatal, desplazando como candidata a Casado. Se podría decir que no hay casi nadie en la política española menos remisa a estar en los medios que ella, que además trabajó en Radio Inter, del antiguo Grupo Intereconomía.
“La presidenta y candidata del PP quiere evitar el choque mediático con Pablo Iglesias, que añade morbo a un encuentro electoral”
Hasta ahora. El giro es radical: oposición a los encuentros con los demás candidatos para evitar el ‘todos contra Ayuso’ o el más que probable ‘Iglesias ‘versus’ Ayuso’. Nada más convocarse las elecciones del 4-M, TVE y Antena 3 se ofrecieron para emitir un debate con los seis candidatos en el ‘prime time’ del 2 de mayo. Los comentarios apuntaron a una negociación para celebrar dos debates, el primer y el último día de la campaña. Ayuso no aceptará más que uno, y casi a regañadientes: Miguel Ángel Rodríguez no quiere que aparezca y si lo hace será porque no tiene más remedio. Todavía más cuando el PP y Ayuso se han propuesto un objetivo de carambola: unificar todos los votos de la derecha en su partido. Bajo la hipótesis de alguna encuesta de los últimos días en los que electores de Ciudadanos y de Vox la votarían, dejando sorprendentemente a esos partidos por debajo del 5% y sin representación en la futura Asamblea, con una mayoría absoluta del PP, que no dependería de nadie.
Marear la perdiz
El equipo de Ayuso ‘marea la perdiz’ sugiriendo un encuentro organizado por la Academia de Televisión y moderado por Vicente Vallés, pero ninguno dice haber tenido noticia de esa intención. Un único encuentro, y ya es mucho, para Ayuso, que sabe lo que se juega con una previsible polarización dialéctica frente a Pablo Iglesias, los dos estrellas mediáticas. Mientras a Mediaset no le interesa este debate –tiene ‘La isla de las tentaciones’ y sus nuevos espacios de telerrealidad en plena ebullición y no le garantiza más audiencia–, Antena-3 y La 1 están dispuestas a reservar la noche del 2 de mayo hasta las 00.00 que se cierra la campaña.
El ‘descuelgue’ de Telemadrid es notorio. La vía natural de producción de un espacio de estas características habría sido la autonómica madrileña, con señal ofrecida a emisoras de la Forta y otras redes. Pero Ayuso y el PP mantienen una guerra nada oculta contra sus medios públicos, y especialmente José Pablo López, su presidente. En caso de una mayoría absoluta del PP se resucitaría un viejo propósito de ejecutivos del PP, como el cierre de esos medios, bajo el argumento de que «cuestan dinero, y ya hay demasiados canales al servicio de los madrileños». Cifuentes, que debatió las dos posiciones: cierre o continuidad, se inclinó por esta última, tras el fallido caso del súbito cierre de Canal 9 en Valencia; en última instancia restaurado por un canal ‘ex novo’, A Punt, diferente en tono y contenido.
Juan Pablo López, que llegó con el apoyo de los entonces cuatro partidos de la Asamblea (PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos) y ha mejorado la imagen y la audiencia de esos medios públicos bajo un tratamiento profesionalizado y sin consignas de partido, es la ‘bestia negra’ del PP y de Ayuso, que no está dispuesto a dar baza a López y su equipo. No le han podido echar porque la reforma aprobada en tiempos de Cifuentes creó unos mecanismos de representación y de acuerdo en Telemadrid, y López tiene un periodo de tiempo que debe completar. Pero una victoria arrolladora del PP lo pondría a los pies de los caballos.
“Desprecio a Telemadrid y su presidente, al que le gustaría despedir; pero el 4-M puede afectar a su futuro si no está Ciudadanos”
Uno de los detonantes de la ruptura de Ayuso con Cs fue el malestar por la propuesta parlamentaria de este último de aprobar con la izquierda la prórroga del contrato-programa con la Comunidad, para evitar el corte de suministro económico del pasado invierno que dejó a Telemadrid y Onda Madrid atadas de pies y manos.
Todos los escenarios son posibles si Ayuso gana por mayoría absoluta, entre ellos el cierre de Telemadrid, la asfixia económica o la operación anti-López para conseguir que abandone cuanto antes su puesto. No puede extrañar que la Comunidad descarte cualquier debate en ese medio. A la vez, el brusco giro de Ayuso de las últimas semanas que no desea desgastarse, a diferencia de las autonómicas de hace dos años, cuando necesitaba salir del anonimato político a cualquier precio.