Cultura & Audiovisual / Equipo Lux ■
La buena acogida a otras óperas de Richard Strauss (1864-1949) con temática de comedia romántica estuvo en el origen de esta ‘Arabella’, que se basaba en una novela de 1910. Pero nada tiene que ver con ‘El caballero de la rosa’ porque el contexto es muy diferente, y un argumento es como un guante al que se puede dar la vuelta y llenar de otros contenidos. ‘Arabella’ se estrenó en 1933 y las circunstancias de su estreno en Dresde fueron peculiares: sexto y último trabajo del libretista Hugo von Hoffmansthal para Strauss, no pudo llegar a terminarlo. Tras conocer que su hijo se había suicidado, el escritor sufrió un ataque cardiaco que le produjo la muerte, sin tiempo para revisar el acto 2 y 3. Mientras, el director de orquesta que empezó los ensayos fue despedido al igual que la protagonista en plena euforia antijudía. Su estreno coincidió con un congreso nazi por lo que la función llenó el teatro de camisas pardas. ‘Arabella’ renace en la década de los 50 para convertirse en título de referencia para el Metropolitan de Nueva York donde se ha venido representando en múltiples ocasiones.
“El Real estrena en Madrid la obra de Strauss en la versión de Christof Loy de la Ópera de Fráncfort, que destaca por la atemporalidad y el tratamiento psicológico de los personajes”
A España llega por primera vez en 1962 con Montserrat Caballé como intérprete en el Liceo de Barcelona; aunque hasta ahora no se ha representado en Madrid, donde estará en el Teatro Real desde este 24 de enero hasta el 12 de febrero. ¿Qué tiene ‘Arabella’ para haberse convertido en título de repertorio de un teatro como el MET de NY? Joan Matabosch, director artístico del Real, califica la obra de “maravillosa pero problemática”: «Muchos teatros carecen de maquinaria de producción para abordar el delicado tratamiento que exige. Porque no sólo hay que cantarla, sino que cada frase hay que discutirla siendo fundamental entender las relaciones entre los personajes; en línea con lo que se haría en una obra teatral de la máxima calidad. Frente a un tratamiento convencional de ópera ‘fast food’ es mejor no hacerla».
Más allá de su música estaba la posibilidad de revivir el espectáculo de época, en una comedia que podría ser vienesa donde hay amoríos y convenciones sociales por medio, con gran lucimiento escénico. Una distinguida joven, Arabella, que viene de una familia aristocrática que se encuentra en la ruina, se ve obligada a buscar un marido rico en contra de sus convicciones, dando lugar a un juego de confusiones.

Frente a los pretendientes vividores e hipócritas aparece un hombre áspero que no pertenece a esa clase. Como destacan tanto Matabosch como el director escénico Christof Loy (Essen,1962), el contexto social de la Viena de finales del XIX donde transcurre la obra original es una sociedad en crisis, un imperio que se desintegra, con una corrompida clase decadente que vive por encima de sus posibilidades. Ese trasfondo aparece en la base de la historia, donde hay un casamiento nada romántico y un aparente ‘final feliz’ bajo en envoltorio de una comedia triste.
Christof Loy, en cuya dilatada trayectoria hay varios títulos de Mozart o del Barroco, estrenó en 2006 esta versión en la Ópera de Fráncfort que se ha ido transformando en el transcurso del tiempo, y está considerada un pequeño-gran clásico, destaca por ir a la contra de la exhuberancia decimónica. Loy, a quien en el Real se vio en producciones como ‘Lulú’ (2009), donde no había apenas decorado o ‘atrezzo’, una extraordinaria ‘Capriccio’ de Strauss en la que con los mínimos elementos se obtenía una expresividad enorme, o ‘Rusalka’ (2020) en la que estaba presente el juego cantantes-bailarines, utiliza de nuevo un espacio escénico abierto y diáfano, de paredes deslizantes que permite ver lo que hay dentro de las habitaciones de ese gran hotel que carece de alfombras o cortinones.
“Sin decorado decimonónico, sin ropa de época, se representa en un espacio diáfano de paredes abatibles y gran luminosidad”
La época es atemporal y podría ser actual porque según Loy «hoy también se vive una profunda crisis». El detallista y minucioso Loy ha trabajado psicológicamente los personajes tanto de forma individual como grupal, porque la obra tiene mucho de coral. Cada uno de sus trabajos es extremadamente preciosista en todos los elementos escénicos.
Dos directores de orquesta, David Afkham y Jordi Francés (12 de febrero) y un reparto donde aparecen varias primeras figuras: Sara Jakubiak, Sarah Defrise, Martin Winkler, Josef Wagner, Matthew Newlin, Dean Power, Roger Smieets, Tyler Zimmmermans, Elena Sancho Peres, entre otros… Y Anne Sofie von Otter, la veterana mezzosoprano sueca que ha interpretado toda clase de repertorios de ópera, es una consagrada estrella de recitales y conciertos (como la entrega de los Premios Nobel), y que llegó a grabar un comentado trabajo con Elvis Costello. Mezzo grabará esta ‘Arabella’ para su posterior comercialización en las pantallas.