Crónica económica / N. D. ■
El Parlamento Europeo ha aprobado después de años de discusiones la directiva que impone el cargador universal para móviles, auriculares, altavoces, tablets y cámaras de fotos, entre otros dispositivos electrónicos pequeños y medianos para los que será obligatorio a partir de 2024. Los ordenadores portátiles, que al final han sido también afectados por la norma, tendrán que contar con un cargador común desde 2026.
“El asunto no es baladí. El Parlamento Europeo calcula que la medida permitirá a los europeos ahorrar 250 millones de euros al año”
Adiós a los cajones llenos de cables como escenificaba la propia comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, al publicar en sus redes sociales una foto suya sentada en la Comisión y sujetando con la mano una maraña de cables importante. «El cargador único será por fin una realidad en Europa. Hemos esperado más de diez años para esta ley, pero la plétora de cargadores actuales será pronto cosa del pasado. La normativa permite el desarrollo de soluciones de carga innovadoras y beneficiará a todos, desde los consumidores, hartos de cambiar de cargador, al medio ambiente», ha destacado Álex Agius, eurodiputado maltés y ponente encargado de presentar la propuesta durante su intervención en la sesión plenaria de Estrasburgo, en la que también ha participado la propia Vestager.
Y es que el asunto no es baladí. El Parlamento Europeo calcula que la medida permitirá a los europeos ahorrar 250 millones de euros al año, el equivalente a la merma de ingresos que sufrirán los fabricantes tecnológicos. Según el informe The Global E-waste Monitor 2020, elaborado por Naciones Unidas y la Asociación Internacional de Residuos Sólidos (ISWA, en sus siglas en inglés), en 2019 se produjeron 53 millones de toneladas de residuos electrónicos en todo el planeta y se calcula que para 2030 superarán los 75 millones de toneladas.
En 2020 se vendieron aproximadamente 420 millones de teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos portátiles en la UE y, de media, los consumidores disponen tres cargadores de teléfonos móviles, según datos de la Comisión Europea. En los últimos años ha llegado a haber hasta 30 tipos distintos, pero Bruselas ya consiguió dejar el número permitido en tres.
Esta iniciativa se enmarca en el conocido como EU Green Deal (Pacto verde europeo), una serie de nuevas políticas para cumplir con los objetivos de cambio climático. Estos objetivos pretenden reducir el 55 % de las emisiones de los niveles de 1990 para 2030, así como una meta a largo plazo de alcanzar cero emisiones netas para 2050.
Que se trata de un asunto peliagudo lo demuestra como compañías como Apple han sido muy beligerantes y han hecho mucha presión en las instituciones europeas para evitar este cambio legislativo desde que se puso en marcha en el año 2009. Lo cierto es que Apple ya cuenta con un cargador USB-C para sus portátiles, así que ahí no notará el cambio, pero sí tendrá que adaptar el resto de los dispositivos (iPhone, iPad, AirPods, etc.). Apple se caracteriza por tener cargadores propios que son incompatibles con los dispositivos de otras marcas o incluso con distintos modelos de su propia firma, por lo que ahora se enfrenta a un incremento de costes notable.
“Compañías como Apple han sido muy beligerantes y han hecho mucha presión en las instituciones europeas para evitar este cambio legislativo”
Hace trece años se firmó un memorándum de entendimiento con los fabricantes que si bien ha permitido reducir significativamente el número de cargadores en el mercado no ha logrado cumplir el objetivo de imponer, hasta ahora, un cargador universal. El memorándum fue renovado en 2018 y tampoco lo logró. Así que doce años después, y ante la falta de avances, Bruselas ha decidido presentar una propuesta legislativa para modificar la directiva sobre equipos radioeléctricos con la incorporación de nuevos requisitos de interoperabilidad para los cargadores. Y parece que ahora sí, a la tercera va la vencida.