Cultura & Audiovisual / Equipo Lux
Cuando parecía que se había tocado fondo con la pírrica cantidad de menos del millón de euros recaudado en un fin de semana de octubre en las salas de cine españolas, el suelo ha caído: el 13-15 de noviembre se hundió a la sima de 671.252 euros, el dato más bajo desde que se contabiliza. En varias zonas se han visto obligados a eliminar la sesión de la noche, siguen complejos cerrados, se ha reducido aforo, y hay un público todavía reticente a sentarse en un espacio cerrado. Los exhibidores mantienen locales abiertos para evitar que el espectador se olvide de acudir a las salas: con los horribles datos de taquilla el sector pierde dinero sólo por abrir, con la tibia esperanza de una mejora de la situación en diciembre cuando vengan puentes y Navidades, en lo que constituye temporada alta junto al verano.
“Compañías españolas tratan de evitar el cierre definitivo de las salas”
A diferencia de lo que ocurría otros años, con una competencia por ocupar pantallas entre distribuidoras de las ‘major’ de Hollywood, y las independientes españolas y europeas, en esta ocasión las multinacionales retardan, difieren o pasan a las plataformas sus lanzamientos. Y son las marcas independientes las que estrenan semana a semana material para paliar con sus novedades el mal momento de las salas. En España la primera distribuidora de ese subsector es en la actualidad A Contracorriente Films, que ha ocupado con creces el segmento de mercado con el que triunfó, antes de su cierre, Alta Films. La empresa de Adolfo Blanco es fundamentalmente distribuidora, pero participa en producciones españolas, explota y programa salas de cine en Madrid y Barcelona, además de editar en formatos domésticos y crear sus propias plataformas, y se encarga de colocar producto en las ‘ventanas’ más variadas, tanto en abierto como de pago. El confinamiento de marzo impidió que su título español ‘Hasta que la boda nos separe’ superara los tres millones en taquilla. En las últimas semanas la marca viene estrenando diferentes títulos internacionales, con buenos repartos y temas de gancho, que han pasado por importantes festivales, cuyas recaudaciones en condiciones normales deberían haber sido llamativas. Entre ellos: ‘Regreso a Hope Gap’, ‘El año que dejamos de jugar’, ‘De Gaulle’, estrenada este fin de semana, a las que seguirán hasta finales de año, entre otras: ‘Madame Curie’, la terrorífica ‘Península’, ‘Contagio en alta mar’, la comedia ‘El manual de la buena esposa’, o ‘El padre’, interpretada por Anthony Hopkins, que se ha pasado en San Sebastián, y podría tener a su protagonista en las nominaciones al Oscar como mejor intérprete. De las ya vistas la mayoría han entrado en puestos de cabecera de recaudación, pero con datos tan ridículos como los del nº1. Se trata, de una verdadera ‘resistencia’ como la de De Gaulle contra la idea de resignarse y cerrar definitivamente las salas. Hace falta gran vocación comercial para mantener contra viento y marea una frenética actividad por ofrecer novedades competitivas, la mayoría de ellas ‘descubiertas’ en festivales o contratadas antes de su producción por lo prometedor de las propuestas.
De la mano de Adolfo Blanco se han ensayado iniciativas para paliar el desastre: sesiones al mediodía en los cines que administra, creación de sala virtual, unido a promociones como las sesiones de espectador con estrenos a precio simbólico, o las veladas temáticas dirigidas a colectivos y grupos, como el espacio educativo, buscando que no se pierda el contacto con las salas de exhibición… La caída de asistencia por la crisis sanitaria impacta en las cuentas de otras independientes con más reducida capacidad de estrenar producto que A Contracorriente, y que siguen lanzando títulos. Es el caso de Festival Films, que en estos meses ha puesto en las carteleras filmes como ‘Mi gran pequeña granja’, ‘El club de los divorciados’, y en los próximos días lo hará con la nueva de Bajo Ulloa, ‘Baby’, con la paradoja de que distribuyó ‘El hoyo’, la película que representa a España en los Oscar, que tuvo buenas críticas pero su recaudación fue limitada.
Salir al paso del desánimo
Dentro del sector audiovisual hay quien considera que la situación es casi irreversible y el Covid-19 adelanta la muerte anunciada de las salas de cine, y de la exhibición como hasta ahora se ha entendido. Esto es un error y una falacia: sin las salas, y por mucho que tengamos en nuestro hogar las mejores pantallas y productos, y plataformas, vídeo bajo demanda y todas las prestaciones que permite la tecnología doméstica, dejar que las salas acaben convertidas en supermercados representa rendirse a lo monotemático renunciando a defender la diversidad cultural. Las distribuidoras y la exhibición independiente representan un punto de referencia distinto al de Hollywood, sin que un modelo tenga que excluir al otro. El hundimiento de las recaudaciones afecta a todos, tanto a salas y distribuidoras independientes como a los grandes complejos con elevados gastos generales. Repercutiendo en una cadena que impacta en los servicios más variados: no olvidemos que muchas salas cuadraban sus números con los ingresos por bares y restauración, lo que ahora no ocurre.
“Distribuidoras nacionales siguen estrenando pese a la reticencia de las compañías de Hollywood”
Entre tanto, se adelantan iniciativas para 2021 tratando de mantener el ‘fuego sagrado’ del cine en salas. Sociedades del arriba mencionado Adolfo Blanco impulsan la nueva edición del BCN Barcelona Film Fest, que se celebrará, si no hay contratiempos, del 15 al 23 de abril. De momento, los ojos están puestos en tratar de calentar las taquillas esta Navidad tan especial; como lo será la temporada de premios del invierno de 2021 donde tanto Goyas como Oscar tendrán ediciones raras. Todo tratando de mantener uno de los sectores más vapuleados por la crisis.