A pesar del progreso de varios países, un nuevo informe de evaluación sobre las Regulaciones Financieras Sostenibles y las Actividades de Bancos Centrales (SUSREG, por sus siglas en inglés) de WWF, advierte que hay demasiadas brechas importantes que dificultan la transición a una economía de cero emisiones y positiva para la naturaleza. “Con la adopción del Acuerdo Kumming-Montreal, que compromete al mundo a detener y revertir la pérdida de biodiversidad para 2030, necesitamos una acción internacional inmediata, coordinada y consolidada incluyendo a los bancos centrales, supervisores y reguladores. A través de su papel como proveedor de capital, crédito y seguros para la economía real, el sistema financiero tiene un papel fundamental que desempeñar en la transición hacia una economía baja en carbono, positiva para la naturaleza y justa”, dice Maud Abdelli, líder de la Iniciativa de Regulación Financiera Ecológica de WWF. La evaluación examina el progreso en las regulaciones de finanzas sostenibles y las actividades de los bancos centrales en 44 países. Estos representan cerca del 88 % del PIB mundial, el 72 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI) y 11 de los 17 países más biodiversos en el mundo. Asimismo, analiza el desempeño de los bancos centrales y supervisores, incluyendo por primera vez, el sector de seguros que, con 30 billones de dólares en valores bajo gestión y 5 billones de dólares en el volumen mundial de primas, tiene alrededor de un tercio de los activos y pasivos económicos globales en sus balances.