Parecía que el martes 15, el Consejo de Administración de Unicaja Banco había aliviado un tanto la tensión interna al aprovechar la renuncia de Manuel Conthe como consejero independiente, para sentar en su silla a la familia Domínguez, propietaria de la textil Mayoral, que posee el 8% del capital, que facilitaría una solución pactada que acabe con el carajal vigente.
Pero una semana después, el martes 22 caía agua fría a la indeseada renuncia de la también consejera independiente Ana Bolado Valle, de gran experiencia bancaria que estaba en condiciones de enderezar la situación desde su fuerte posición como presidenta de la Comisión de Nombramientos. Los ceses de Conthe y Casado redujo el número de consejeros independientes por debajo de lo obligado, lo que sitúa a Unicaja en la ilegalidad.
Una ilegalidad punible que echa más leña al fuego de un conflicto que, como destacaba ‘El Nuevo Lunes’ el pasado enero, arrastra la entidad desde la fusión producida hace un año de la andaluza Unicaja Banco con Liberbank, la asociación liderada por Cajastur en compañía de Banco CCM, Caja de Extremadura y Caja Cantabria dirigida por Manuel Menéndez, el CEO de Cajastur. Una fusión complicada forzada por el Banco Central Europeo y el Banco de España.
Un escándalo provocado por la pugna cainita de ambiciones personales, básicamente en el triángulo dibujado por los andaluces Azuaga y Medel y el asturiano Menéndez. Una lucha a varias bandas en la que Azuaga conspira contra Menéndez y en la que se inserta Braulio Medel, presidente de la Fundación que posee el 30% del accionariado, que quiere ser el Fainé de Unicaja, pues, como ocurre en Caixabank, el primer accionista es la Fundación que preside Isidro Fainé.
Un carajal en el que han intervenido para poner orden la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, y el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.
Son muy complejas las reuniones a varias bandas de los distintos actores de la trama y no puede decirse que el Consejo esté en condiciones de presentar a la Junta de Accionistas que se celebrará en abril una propuesta que resuelva definitivamente el desaguisado.
Se insinúa la posibilidad de que a Manuel Azuaga se le renovaría el mandato en la junta a condición de que abandone su sillón en una remodelación del Consejo que tendría lugar en julio de 2023, relevado en el consejo por un independiente y en la presidencia, probablemente, por Manuel Menéndez.
Todo está en el aire pero parece que Menéndez le ganará la partida a Azuaga. El asturiano podría ser el próximo presidente, pero sin funciones ejecutivas, o el consejero delegado que sí dispondría de ellas. Azuaga se consolará al poder mantener a lo largo de 2022 al menos sus ingresos de 2021, que alcanzan los 895.000 euros.