Cuando se cumple un año desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró de manera oficial la pandemia de coronavirus, desde el sector farmacéutico se resalta el hito que suponen las vacunas para la Covid 19. Y cierto es que, pese a los retrasos, algunos contratos leoninos y los incumplimientos de estos, actualmente hay cuatro vacunas aprobadas, otras 262 vacunas están en fase de investigación, de las que 81 se encuentran en fase clínica de investigación –probándose en humanos- y, de ellas, 21 están en la fase III, la última de las etapas necesarias.
Nunca había pasado algo así. Pero, es más. En cuanto a los medicamentos, la investigación también es continua. En estos momentos hay más de 320 medicamentos frente a la Covid-19 en investigación en todo el mundo, que incluyen, entre otros, tratamientos antipalúdicos, antiinflamatorios, antivirales, tratamientos autoinmunes, antiinflamatorios, inhibidores; tratamientos con plasma y anticuerpos monoclonales. Pero, además, para alcanzar lo que se conoce como inmunidad de grupo se requiere, al menos, vacunar a un 70% de la población mundial, lo cual significa fabricar en torno a 10.000 millones de dosis, dado que en la mayoría de las vacunas en necesario administrar dos dosis.
Esto significa multiplicar por diez la capacidad mundial de fabricación de vacunas existente hasta ahora en todo el mundo. ¿Cómo lograrlo cuando apenas una decena de empresas farmacéuticas en el mundo se dedican a desarrollar vacunas? Ahí esta el reto.