Rafael Spottorno, que pasó de jefe de la Casa Real de Juan Carlos I, a dirigir la Fundación de Caja Madrid, como hombre de la máxima confianza de Blesa, y de ahí a la cárcel, se permite dar consejos de lo que hay que hacer con Felipe VI, de cuyo Consejo Privado, en el que participan todos los que han ocupado la jefatura de la Casa del Rey, tuvo que dimitir por el escándalo de las tarjetas ‘black’ de la caja.
Spottorno, en unas declaraciones a La Sexta, lamenta «un progresivo arrinconamiento de la Corona en la irrelevancia», algo que sólo podría «corregir» el Gobierno. «Al final – augura–, por no recibir un golpecito en la cabeza por parte del Gobierno acaba siendo uno irrelevante”. Y concluye: “Eso es el principio del fin». Por otra parte, Spottorno niega que el Emérito tenga obligación de dar explicaciones.
Sorprende la audacia de este personaje, que fue encarcelado por obtener 223.900 euros, a una media anual de 28.000 euros con su tarjeta ‘black’, de los que devolvió el dinero correspondiente al ejercicio 2011 y la mitad de 2012, alrededor de 17.000 euros. Según publicó ‘El País’, exdirectivos de Caja Madrid, entre ellos Spottorno, pidieron ampliar el crédito de sus tarjetas. Spottorno aseguró al periódico que nunca pidió aumentar el límite de su visa. Sin embargo, el diario tiene en su poder correos electrónicos que demuestran lo contrario.
A la puerta del juzgado que le condenó a dos años de cárcel, fue recibido a gritos de “ladrón de Palacio”. Spottorno pidió a la policía que impidiera los insultos que recibió, a lo que la policía se negó argumentando que la gente tenia derecho a expresar su opinión en un lugar público.
“La década encabezada por Almansa y Spottorno –como señala José García Abad en su libro ‘La Soledad del Rey’– ha sido la del gran relajo del monarca; cuando cayeron las más sólidas barreras de la discreción; cuando la ostentación ha ganado por la mano a la sencillez proverbial del Monarca; cuando ha cristalizado una corte, la de la ‘jet set’, aun más irritante que la que rodeaba a sus antepasados”.