Lo ha hecho en los últimos días en los que, la agencia de calificación de riesgo, le sugería al Ejecutivo que era urgente aprobar unas nuevas cuentas públicas. S&P ha puesto el pie en el freno de sus calificaciones y, aunque mantiene a España en A, es decir, aprobado alto, nos sitúa en “perspectiva negativa” bajo amenaza de hacernos perder algunas posiciones. Afirma que bajará la nota si el Gobierno no aprueba unos Presupuestos que sirvan para controlar el déficit futuro “si se debilita el crecimiento potencial de la economía debido a que se derogan reformas como la laboral”. Moody’s por su parte, que nunca llegó a calificar a España con la nota A como S&P, no hace ninguna advertencia y mantiene como estable el Baa1 que da al país.