Pedro Sánchez se aprovechará de que coincidirá el final de la legislatura con su presidencia de la Unión Europea, por lo que está dedicando su atención prioritaria a prepararse para el feliz acontecimiento haciéndolo brillar con esplendor.
En este contexto hay que incluir la reciente visita a países latinoamericanos que han celebrado que Sánchez proclame como lema de su presidencia el acercamiento de Europa a Latinoamérica.
Un hábil detalle de su propósito ha sido implicar a todas las comunidades autónomas, para lo que el habilidoso presidente ha hecho una oferta a los dirigentes regionales y locales que no pueden rechazar: la selección de 25 ciudades para albergar las principales reuniones que se organizarán en el segundo semestre de 2023, cuando España asuma por quinta vez la Presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea.
En la lista aparecen, junto a Madrid, las catalanas Barcelona y Tarragona; las vascas Bilbao y San Sebastián; las castellanoleonesas Valladolid y León; las castellanomanchegas Albacete y Toledo; las andaluzas Sevilla, Cádiz, Córdoba y Granada; las gallegas Santiago de Compostela y Vigo; la extremeña Cáceres; Valencia; Las Palmas de Gran Canaria; Palma de Mallorca; Zaragoza, y obviamente todas las pertenecientes a comunidades uniprovinciales: Murcia, Pamplona, Gijón, Logroño y Santander.