El pasado martes, 12, se confirmó en las urnas el titular de nuestra confidencia del 20 de junio: Rosa Cañadas, rompedora previsiblemente rota del continuismo del Círculo de Economía. El continuismo representado por Jaume Guardiola, ex CEO del banco Sabadell, cooptado de hecho por el presidente saliente, Javier Faus, fundador de Meridia Capital, gestora de capital riesgo especializada en hoteles de gran lujo, y por lo más florido de la burguesía catalana encarnado por la actual junta directiva con apoyos de la crème de la crème de las grandes familias de Cataluña como Marc Puig (Grupo Puig), Alfonso Rodés (Havas Media Group), y Francesc Rubiralta (Celsa) y la mayor parte de los que han formado parte de la direccion del Cercle: Clara Campàs (Asabys), Rita Almela (101 Ventures), Pol Morillas (Cidob), Teresa García-Milà (Barcelona GSE), Núria Cabutí (Penguin Random House Grup Editorial), Carmina Ganyet (Colonial), Oriol Aspachs (CaixaBank Research), Marc Puig (Puig) o Miguel Trías Sagnier (Cuatrecasas).
Es la primera vez en los 64 años de vida del gran ‘lobby’ empresarial de España que se presenta una mujer y que se enfrentan dos candidaturas cuando la costumbre es que no eran necesarias las elecciones pues se aseguraba el continuismo total en forma de cooptación.
Rosa Cañadas, empresaria que preside la Fundación Tanja y el fondo Trea Capital Partners, rompedora con la tradición, que quería feminizar y rejuvenecer la entidad, coloreaba como “rompedoras” estas elecciones, pero tras las elecciones, con una participación del 71,6%, en las que Guardiola obtuvo 630 de los 877 votos válidos, Cañadas tendrá que irse a romper a otra parte.
Guardiola, en un correo enviado a nuestro director la víspera de las elecciones, manifestó que en estas elecciones no se jugaba la posición sobre el independentismo. Aseguraba que él no es independentista. Aclaraba: “España es una nación y Cataluña también es una nación, son naciones intrincadas”, definía al Cercle como una institución liberal y que defiende la globalización y destacaba que “el liberalismo y el globalismo deben desarrollarse en un marco de igualdad de oportunidades, donde nadie quede atrás y donde el Estado y los organismos internacionalizaciones tienen, en consecuencia, un papel fundamental”.