Enterados del mundillo financiero creen saber que en la decisión de la fuga de Ferrovial de Madrid a Ámsterdam ha jugado un papel decisivo el británico Christopher Anthony Hohn, un personaje de 56 años, hijo de un mecánico del automóvil, fundador y presidente del fondo y de la fundación de Children´s Investment Fund Management (TCI), con sede en las Islas Caiman a quien ‘Forbes’ atribuye una fortuna superior a los 5.000 millones de dólares.
Entre TCI y el propio Chris poseen el 11,9% de los derechos de voto, el segundo puesto tras el de Rafael del Pino y por encima de los hermanos de éste, María y Leopoldo, y de los otros fondos participantes: Lazard, BlackRock y Fidlity. Fue con Chris con quien Ferrovial adquirió el aeropuerto londinense de Heathrow.
Hohn es un personaje singular que ha unido una gestión agresiva en sus participadas con la filantropía a los niños del Tercer Mundo, a quien el presidente Clinton calificó como uno de los inversores más generosos del mundo.
A diferencia de la mayor parte de los fondos, interviene muy directamente en las empresas en las que invierte , como, por ejemplo, exigir que Alphabet y Google expulsaran a una parte importante de su plantilla; conseguir que las empresas de su cartera tuvieran que consultar con sus accionistas sus acciones con el medio ambiente con planteamientos muy radicales; que no se cortó un pelo en llevar a los tribunales al gobierno de la India que compraba poco carbón de la Coal India Limited en la que Chris posee un 1%; que forzó la dimisión del director general de la Bolsa alemana porque éste se negara a comprar la Bolsa de Londres; que consiguió que Japan Tobacco aumentara los dividendos y que exigió, esta vez sin conseguirlo, que Airbus se desprendiera de Dassault, fabricante de aviones militares.
Últimamente Chris Hohn está reduciendo su presencia en España, como por ejemplo reduciendo su participación en AENA.