Inició la saga en los tiempos modernos Julio Feo, sociólogo, quien al volver de Estados Unidos se dedicó a los estudios de mercados, al marketing y a la publicidad y en 1972 fundó Consulta con dinero del Banco de Bilbao. Feo fue secretario general de la Presidencia del Gobierno con Felipe González y dirigió las campañas a las elecciones generales celebradas entre 1977 y 1986. A finales de la década de los ochenta volvió a sus actividades de consultoría.
En la esfera del PSOE destaca Miguel Barroso, que se inició como jefe de prensa de José María Maravall, ministro de Educación en el reinado de Felipe González, y triunfó en el de Zapatero donde, más allá de su cargo de secretario general de Comunicación, formó parte esencial del núcleo duro del sanedrín del leonés, que suplantó al Consejo de Ministros y al Comité Ejecutivo del PSOE. Desembocaría en el mundo de la publicidad como consejero delegado de Young Rubicam España.
Y llegamos a Miguel Ángel Rodríguez, un hombre que procedía de la izquierda y que sedujo a José María Aznar, que le llevó de jefe de prensa cuando era presidente de Castilla y León y que contribuyó de forma notable a que Aznar alcanzara el alto sitial del Palacio de la Moncloa, con quien alcanzó la Secretaría General de Comunicación y la portavocía de facto del Gobierno sin necesidad de un nombramiento ad hoc. Apeado del Gobierno se dedicó a la consultoría y a la dirección de Carat España la gran multinacional de publicidad que obtuvo grandes contratos de la Comunidad de Madrid, regida a la sazón por Esperanza Aguirre.
Ahora Miguel Ángel Rodríguez, “MAR”, las iniciales por las que se le reconoce, director del Gabinete de la Presidencia de la Comunidad de Madrid, se ha reencarnado como brujo predilecto de Isabel Díaz Ayuso, un puesto bien merecido tras el éxito fulgurante de la presidenta. Pero el éxito no se perdona, está cargado de peligros y acechanzas, procedentes mayormente de sus compañeros de partido, donde el compañero es un lobo para el compañero.
MAR ha desplegado sus habilidades cargadas del instinto asesino propio de la política, nada menos que frente a Pablo Casado, el presidente de su partido, en el intento de llevar a Ayuso a la presidencia del PP de Madrid con miras a desplazar a Casado de la jefatura nacional.
Éste ha reaccionado sin ahorrarse fuertes calificativos contra Ayuso, al tiempo que el entorno del Jefe, especialmente su segundo, el secretario general Teodoro García Egea, apunta su artillería contra MAR, constituido en jefe de Estado Mayor de Ayuso. La lucha por el poder en el PP pasa ahora por el resultado de la pugna entre la presidenta de la Comunidad y el presidente del partido, que no está seguro de contar con José María Aznar, amigo íntimo del mago que fue quien catapultó a Casado frente a Mariano Rajoy.
No nos ocupamos en este momento de Iván Redondo, del mago que sedujo a Sánchez, y que tras desempeñar un inmenso poder cayó justamente por una arrogancia que le enemistó con el aparato del PSOE. Ahora sólo promete para el pasado.