Los empresarios fotovoltaicos, hartos de que se digan mentiras, medias verdades o se les reste relevancia han decidido sacar toda su artillería de argumentos y datos para defender que en un país como España, que tiene una dependencia energética del exterior de aproximadamente un 73%, son necesarios. Entre otros asuntos la patronal del sector UNEF, ha querido destacar que no son un lastre medioambiental y social para las zonas donde se instalan los paneles sino todo lo contrario.
Por eso señalan que la instalación de una planta fotovoltaica es una actividad generadora de ingresos para las entidades locales, debido al Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO), así como el Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE) y el Impuesto sobre Bienes Inmuebles de Características Especiales (IBICES). La construcción de un MW de energía solar genera unos 76.000 euros durante toda la vida útil de la planta en el municipio en el que se localiza. Respecto a que “todos los componentes se importan de China”, aseguran que en España se puede fabricar hasta el 65% de la cadena de valor de un proyecto fotovoltaico.
Y contestando a que las plantas no generan empleo local, argumentan que el sector de la energía solar sí que es una fuente de generación de empleo local, ya que un proyecto de 100 MW puede crear entre 300 y 400 empleos locales que tienen además un efecto de arrastre para la contratación indirecta en el municipio.