Las restricciones acordadas para los próximos festivos, que limitan la movilidad entre comunidades autónomas, ha echado por tierra las esperanzas de los hoteles de salvar en parte la Semana Santa. Las previsiones hablan de que los hoteles estarán por debajo del 5 por ciento de ocupación, con mucha suerte se llegará al 8 por ciento o 10 por ciento en algunos casos. Así que el sector da por hecho que la mayoría de los establecimientos permanecerán cerrados. “Abrir”, se escuchaba decir a un empresario hace pocos días, “supone asumir gastos muy superiores a mantenernos cerrados”.