La Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España (RAC) acaba de presentar la Declaración sobre la financiación y gestión de la investigación científica en España en 2021 y ha aprovechado para dar su opinión sobre cómo deberían gestionarse los fondos europeos. La RAC cree que podrían ser útiles para emprender grandes proyectos que resuelvan asuntos clave, como la transición digital, transición energética y ambiental, o el avance en biociencias, entre otros.
Sin embargo, tampoco ha dudado en expresar sus dudas sobre si servirán para impulsar la investigación básica, pilar fundamental para ese cambio de modelo productivo que dé lugar a una economía moderna y basada en el conocimiento, así como la innovación verdaderamente disruptiva; si llegarán a las pequeñas y medianas empresas, o los acapararán las grandes; si contribuirán realmente a reforzar organismos estatales, como la Agencia Estatal de Investigación (AEI) o los organismos públicos de investigación (OPIs), y si ayudarán a amortiguar la pérdida de personal investigador fijo que se ha producido en España en la última década.
Una buena forma de garantizar la adecuada orientación de los fondos sería, según plantea la Declaración de 2021, que estos se coordinen con la Estrategia Española de Ciencia, Tecnología e Innovación para 2021-2027, a la que confieren un papel crucial para renovar el sistema de I+D+i en nuestro país. Recuerdan, en esta misma línea, que un total de 61 entidades públicas y privadas firmaron el pasado mes de febrero un documento en el que reclamaban un Pacto por la Ciencia, que traiga consigo un incremento de financiación, de autonomía en las agencias financiadoras, la consolidación de las carreras científicas y la recuperación del talento, entre otras medidas.