Los hoteles están reaccionando a la crisis provocada por la pandemia buscándose la vida por libre, con creciente agresividad. Tratan de conectar directamente con los posibles clientes, en ventas directas que prescinden de las agencias de viajes, ahorrándose comisiones.
Ofrecen mejores precios y otras ventajas que las agencias no pueden permitirse, un cierto ‘dumping’ que éstas califican de “práctica desleal”, a lo que están reaccionando con distintas formas de acción, como la creación de grupos de Whatsapp denominados “Parar” a los que ya se han adherido cerca de 2.000 profesionales.
La desintermediación avanza hasta el extremo de que la venta directa ha crecido hasta situarse en torno al 50%. Cada vez más clientes reservan directamente, mayormente en el turismo interior. Los ingresos hoteleros procedentes de la venta directa se han multiplicado por más de seis en lo que va de año en comparación con 2021.
Este fenómeno está provocando una fusión entre las grandes agencias que se inició con la unión de más de 30 entidades que conformaron Ávoris, junto a Globalia, a lo que siguió la fusión de Viajes El Corte Inglés y Logitravel, y está en el horizonte la que negocian los directivos de W2M y Wamos con Nautalia como punta de lanza.