Los precios que pagaban sus señorías en la cafetería del Congreso, bastante más bajos que los que aplicaban los locales al resto de los ciudadanos, no han podido escapar a la escalada de la inflación. A saber. Un café salía a 0,95 euros y ahora ha pasado a 1,20. El desayuno, aunque también ha subido, sigue estando ‘tirao’ de precio. Café con barrita de pan o bollería, antes era 1,15 euros y ahora, 1,30 euros. El menú en el bufet que costaba 4,50 euros, ha subido dos euros hasta 6,45, aunque, por supuesto, sigue siendo muy barato porque incluye primero, segundo, postre, pan y bebida. En la cafetería-restaurante, el precio se ha incrementado algo más porque el menú de 9 euros está ahora en los 12,90, en la media de lo que se cobra en otros locales.