Es cierto que tanto José Luis Escrivá como Yolanda Díaz van dando a conocer los cambios de sus respectivas reformas, (pensiones y laboral) por fascículos. El mejor ejemplo es de el del nuevo texto sobre el sistema pensiones, en tramitación parlamentaria pero solo la primera parte de la reforma.
El ministro de Seguridad va desgranando y comunicando a los agentes sociales sus propuestas, a veces en formato de globo sonda, que luego lleva a la mesa de negociación. Lo cierto es que esta estrategia de plantear las cosas por etapas no convence a los sindicatos, pero sobre todo no convence a los empresarios.
Tras haber firmado el primer acuerdo sobre pensiones, Antonio Garamendi dice estar sorprendido por el planteamiento que se las ha hecho ahora de subir las cotizaciones, y también por la enmienda presentada por Podemos para destopar las máximas, algo de lo que, al parecer, no se había hablado en ningún momento.
La CEOE se teme, además, que el Ministerio de Trabajo haga lo mismo con la reforma laboral y que plantee las medidas en función de lo que marque Bruselas. Así que los empresarios van a exigir al Gobierno que al menos les presente un borrador “completo” da ambas propuestas.