Decía hace apenas unos días al diario italiano La República Francesco Starace, CEO de Enel, dueño de Endesa, que no teme un impuesto a las ganancias extra que han tenido las eléctricas con el encarecimiento de los precios energéticos. No se sabe si Starace tenía en la cabeza a Yolanda Díaz, vicepresidenta del Gobierno español que apuesta por la creación de un impuesto extraordinario a las eléctricas para “obtener ingresos que permitan compensar a los consumidores que afrontan un incremento del precio de la energía, por los beneficios extraordinarios de millones de euros que obtuvieron el año pasado”. Pero, además, Starace, horas antes de que comenzara la Cumbre de Jefes de Estado de la UE, publicaba en su cuenta de twitter que Europa necesita poner un límite temporal a los precios del gas. Una ‘petición’ que firmaba junto a los consejeros delegados de las energéticas Iberdrola, Ignacio Galán y Jean-Bernard Lévy, de EDF. “La forma más económica y efectiva de detener la volatilidad especulativa mientras se desata una guerra en Oriente. Una nueva Europa valiente hacia la independencia energética”.