En la patronal de las nucleares, el Foro Nuclear, andan muy enfadados con la ministra de Transición ecológica, Teresa Ribera por haber firmado una carta solicitando la exclusión de la energía nuclear de la taxonomía de actividades sostenibles. La ministra ha estampado su firma junto a sus colegas del ramo de Alemania, Austria, Dinamarca y Luxemburgo, países que no tienen energía nuclear o que han planificado su cese. Pero España tiene contemplado en su Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC) la continuidad de la generación nuclear hasta el 2030 -y posteriormente hasta el 2035 mediante el protocolo de acuerdo firmado entre Enresa y las compañías propietarias de las centrales nucleares-, por lo que el envío de dicha carta, señalan, compromete este objetivo porque les impide la financiación privada. La nueva taxonomía verde de la Unión Europea viene a decir qué activos son buenos para el cambio climático y el medio ambiente y cuáles no, de tal manera que el capital privado invierta más en unas actividades que en otras y así tratar de ayudar a implantar cada vez más tecnologías limpias que cuiden del planeta.