El modelo de trabajo híbrido está claro, seguirá creciendo exponencialmente. A medida que el mercado laboral a nivel global se recupera de la pandemia, ahora surge una nueva incertidumbre de cara a una posible recesión económica. En este contexto, más empresas se están dando cuenta de los beneficios económicos, sociales y de salud del trabajo híbrido, como un aliado clave en tiempos de volatilidad financiera. Según un estudio, llevado a cabo por la empresa de consultoría Global Workplace Analytics de mano con IWG, la adopción del trabajo híbrido y la utilización de espacios de oficina flexibles pueden reducir significativamente los gastos fijos de una empresa, como, por ejemplo: el alquiler, la calefacción y el personal de apoyo. Así pues, prescindir de estos componentes puede suponer para las corporaciones una media un ahorro de aproximadamente 10.000 euros por cada empleado, gracias al formato flexible.